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02 de octubre de 2010

Durante el acampe en Plaza de Mayo estuvimos conversando con compañeras desocupadas de la CCC, quienes nos contaron cómo vienen preparándose para este Encuentro.

El Encuentro te cambia la cabeza

Faltan 9 días para el Encuentro de Mujeres

Marta de La Matanza nos decía “vamos como lo hacemos todos los años, a fuerza de sacrificio, haciendo bingos, festivales, peñas, porque es de la única manera que podemos hacer para llegar. Siempre con sacrificio.
“Hemos mejorado porque antes, si teníamos para el pasaje íbamos y si no, no; después aprendimos de compañeras de otras provincias que también podíamos ir haciendo actividades. Por eso te digo que se aprende”.
A su turno Marcela del barrio René Salamanca afirmó: “Estamos invitando a mujeres de los barrios, otras que no son del movimiento y de otros barrios.
“Siempre voy al taller de violencia, porque viví la violencia en mi casa y los Encuentros me ayudaron a salir de eso. En los talleres nosotras intercambiamos las opiniones. Hay mujeres de otras provincias que van también y cuentan cómo superan la violencia en la familia”.
Genoveva de Zona Norte comentó: “Todos los encuentros son maravillosos, pero nunca nosotras empezamos tan temprano a prepararnos. Por eso fuimos a pedir micros a la municipalidad de Malvinas con ochocientos compañeros; nos dijeron que sí por eso estamos esperando, aunque nunca te podés quedar tranquilo con las promesas. Por eso seguimos trabajando porque nos dicen que sí, pero quizá mañana no nos dan.
“Yo empecé con el Encuentro de La Plata. Y es impresionante, volvés con otra cabeza. Llego a mi casa y digo: ¿qué miércoles hicieron éstas?… es el mismo rancho que tenía, pero algo cambió. Por eso empujo y les digo a las compañeras “esto es un cambio total para uno”. Es muy importante, nunca más vamos a ser las mismas”.
Graciela de ACP de La Matanza nos dice “Nosotras, mayoritariamente, participamos en el taller de violencia, por tener una casa refugio.
“Uno de los puntos de discusión va a ser la libertad a Romina Tejerina porque a nosotras nos parece que es injusto que Belsunce, que mató a la mujer esté libre y que Romina siga estando presa. Entonces vemos que hay una justicia para ricos y otra para los pobres”.
En tanto en la zona Quilmes-Berzategui-Varela, las mujeres vienen organizándose desde hace tiempo con diversas actividades. Una compañera de Suteba dice que “tenemos diferentes iniciativas, algunas las hacemos juntas y otras por separado, que el tema del dinero siempre es una traba, no solamente para las compañeras desocupadas”. Y agrega “el sábado hicimos el preencuentro y el 6 de octubre hacemos una peña todas juntas”.
Otra compañera desocupada comenta: “todos los sábados a la tarde nos juntamos a hablar del Encuentro; hemos visto películas en diferentes barrios para discutir y para compartir un momento.
“Siempre con las chicas decimos que hay un antes y un después. Y creo que ese después es totalmente diferente. Porque a una le cambia la cabeza.”
La “Negra” de Jujuy, expresó la voz de los pueblos originarios, comentando que “uno de los debates principales en ese taller es: quién tiene la culpa de que nosotras estemos tan oprimidas; quiénes son los responsables de la situación de los pueblos originarios. Hay sectores que creen que el gobierno no tiene nada que ver, de que es porque el ‘blanco nomás ha venido’. Desde nuestro sector, pensamos que hay que apostar a la unidad pero para golpear a una política. Por una política para los pueblos originarios, por una política de producción, pero no a las minas de cielo abierto y que se lleven todo los capitales extranjeros extrayendo la riqueza de los suelos con el argumento de que da trabajo genuino. Hoy día, las minas que ellos se proponen darían trabajo solamente a 300 personas, pero destruirían toda la comunidad de La Puna; no sólo destruyen donde está la mina, sino todo un ecosistema, el cual nuestros abuelos han cuidado. Han resistido tanto esos suelos que hoy todavía producen riqueza ya sea en los minerales, ya sea en la producción de la vegetación. Todavía podemos seguir diciendo que existimos hoy, a consecuencia de que hemos cuidado; por eso puedo yo poner hoy mi Wilpala.