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17 de julio de 2013

El jueves 11 de julio, venciendo una inhóspita tarde de lluvia, gran cantidad de personas participaron de la charla debate de Plataforma 2012 que se realizó en el Auditorio de ATE en Capital Federal.

El estado de la cultura en un Estado en crisis

ENCUENTRO-DEBATE DE PLATAFORMA 2012

Fueron panelistas Diana Dowek (artista plástica), Alejandro Katz (ensayista y editor), y José Miguel Onaíndia (abogado, gestor cultural). La mesa fue coordinada por Gabriela Massuh (escritora y editora). Onaindía, quien fue director del Instituto de Cinematografía en el gobierno de De la Rúa, y director del Centro Cultural Rojas, partió de la pregunta ¿porqué el Estado tiene que promover la cultura? Para desarrollar la cuestión de la legislación en materia de cultura, de la que dio abundantes ejemplos, desde los tratados internacionales, la Constitución Nacional y diversas leyes. Destacó que esta legislación es federal, ya que la hay en nación, provincias y municipios. Señaló entre otras cuestiones que es una legislación mayormente vetusta, ya que no contempla la informática, que es una legislación con contenido corporativo de los distintos grupos de la cultura; y la ausencia de una regulación del derecho del acceso a la cultura.
Alejandro Katz, que acaba de publicar “El simulacro. Porqué el kirchnerismo es reaccionario”, y tiene vasta trayectoria en el área editorial, intentó aproximar una definición de cultura: “aquello que distintos grupos de una misma especie hacen de manera diferente”. Profundizó en la diferencia entre la industria y el individuo, particularmente en la industria editorial, y la situación de ésta en el país. Planteó que se profundiza tanto la brecha entre grandes grupos y pequeñas editoriales, como la brecha tecnológica, que no es rentable para los pequeños.
Planteó que las políticas públicas con el libro no son muy distintas de las políticas públicas en general, y que están abordadas como una relación básicamente mercantil. Calificó a estas políticas como “unitarias, verticalistas, jacobinas, ideológicas, y opacas (por lo poco transparentes)”.

Los intelectuales y el poder
De Diana Dowek, la presentadora destacó su trayectoria como artista plástica, con más de 12 muestras unitarias y muchas colectivas, y mencionó la aparición de su reciente libro “La pintura es un campo de batalla”. Diana Dowek historió la relación de los intelectuales y artistas con el poder político, dando ejemplos “de cómo los poderosos han querido disciplinar el arte y a los artistas”, y el temor de los poderosos hacia el arte “porque están los artistas que no se han doblegado y no se doblegan… En nuestro, país destacados artistas han tomado partido con su producción, no estar del lado de los poderosos sino con los humillados”. Dando ejemplos desde De la Cárcova, los años 60, y la resistencia y el Movimiento por la Reconstrucción y desarrollo de la cultura Nacional en 1981, en plena dictadura, del que Dowek formó parte. Luego se refirió a las actividades de distintos sectores de la cultura que enfrentan las políticas del kirchnerismo. De este gobierno dio como ejemplo lo sucedido en la Bienal de Venecia, donde intervinieron la obra de la artista Nicola Constantino sobre Eva Perón:
“Intrusivamente le impusieron en un espacio al final de la muestra, como epílogo, titulado, Vida, muerte y resurrección. En tres pantallas desarrollan el discurso pretendidamente “peronista”, uno la Eva de la Fundación, en la segunda su muerte y sepelio y el tercero, una propaganda oficialista, en momentos de tensión electoral, donde aparecen manifestaciones con carteles de La Cámpora que convirtieron la obra de la artista invitada en una apología partidista”, relató Dowek, para concluir “Creo y afirmo que este accionar es una muestra emblemática de cuál es la política cultural del kirchnerismo/cristinismo, en la que si bien se promueve la lucha y la discusión política, se tergiversa la historia con el Instituto de revisionismo histórico, se rodean de artistas e intelectuales rebajándolos a aplaudidores de toda nimiedad o acto que pueda cortar una cinta, convirtiendo lo falso en verdad. Todo evento se realiza con sobreactuación y grandilocuencia para lograr rédito político, pero se desguaza a los museos por falta de presupuesto en la adquisición de obras que alimentarían nuestro patrimonio artístico, las universidades y el propio IUNA, con docentes ad honorem o bajos salarios y con una situación en la educación ya colapsada… Estas medidas inciden profundamente en el ámbito cultural y artístico que están al servicio de una hegemonía cultural y política dominante, a una retórica falaz que se dice progresista, nacional y popular”, continuó la artista plástica.
Luego se desarrolló un interesante intercambio de opiniones sobre distintos aspectos de una problemática compleja, coincidiendo la mayoría en la importancia de desarrollar estos espacios de debate, negados por el gobierno.