Vimos en la anterior nota como El Facundo tenía un capítulo final, Balance y perspectivas, presente y porvenir, que constituía una parte muy importante del libro, por ser el programa político que se proponía implementar una vez derrotado Rosas.
Curiosamente, los románticos como Sarmiento, cuando tienen que formular un programa, recurren a las tesis elaboradas por Rivadavia y los racionalistas europeizantes, en la década de 1820.
Vimos en la anterior nota como El Facundo tenía un capítulo final, Balance y perspectivas, presente y porvenir, que constituía una parte muy importante del libro, por ser el programa político que se proponía implementar una vez derrotado Rosas.
Curiosamente, los románticos como Sarmiento, cuando tienen que formular un programa, recurren a las tesis elaboradas por Rivadavia y los racionalistas europeizantes, en la década de 1820.
Inmigración, libre navegación de los ríos interiores, respeto a la vida y la propiedad, una Constitución que legalizara la hegemonía política de las clases dominantes, libertad religiosa, y educación popular.
Pero al mismo tiempo, este último capítulo programático del Facundo contenía dos temas molestos una vez producido Caseros. Primero tomaba distancia política de los unitarios exilados en Montevideo, que con Alsina y Mitre pasaron a dirigir la provincia de Buenos Aires luego de Caseros. Además, sugería la necesidad de nacionalizar las rentas de la aduana de Buenos Aires.
Sarmiento necesitaba confluir políticamente con los separatistas bonaerenses, y ese capítulo les molestaba. Encontraron la solución en las ediciones posteriores; durante algún tiempo El Facundo se publicó sin el último capítulo.
Durante la polémica de Alberdi y Sarmiento, en 1853, Alberdi denuncia la amputación con estas palabras “El Facundo no es solamente la historia de la barbarie y de los caudillos, sino también la historia de los errores de la civilización argentina representada por el partido unitario… El Facundo es más oportuno hoy que en la época de su publicación… Esa introducción y el ultimo capitulo, han desaparecido de la segunda edición, por consejo del Dr. Alsina, representante actual, del antiguo partido unitario.” Ver Juan B. Alberdi, Tercera carta Quillotana.
Este capítulo mutilado reapareció cuando Sarmiento dejó de ser presidente, y en cierta medida tomó distancia de Mitre, y no tenía por qué dar explicaciones sobre las rentas de la aduana.
No será la primera ni la última vez que en Argentina, un capítulo o texto molesto se oculta o se mutila.
Que Sarmiento haya sido un político que escribía y difundía desde la política, no nos molesta, pero resulta necesario resaltar este detalle del Facundo mutilado durante algún tiempo, para ayudar a reconstruir cómo fueron las corrientes políticas y la lucha de líneas entre los que organizaron el país con posterioridad a Caseros.
