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02 de octubre de 2010

La Redacción de “La Verdad”, órgano del Partido Comunista Revolucionario del Uruguay, nos envía una reseña del festival de la empresa imperialista Botnia en Fray Bentos.

El “Festival siete toques” de Botnia

Hoy 1206 / La lucha contra la pastera en Uruguay

"Ciento sesenta efectivos de Jefatura y Prefectura se preparan para aplicar una ‘fuerte marca personal’ a los piqueteros argentinos que crucen la frontera para manifestarse contra Botnia. Las autoridades esperan 17.000 asistentes al festival “Siete Toques”.
Así tituló el sábado 1/3, el diario de la Secta Moon, Ultimas Noticias, que junto a gran
parte de la prensa reaccionaria y el gobierno, han venido creando desde hace varios días, un clima de terrorismo contra la justa y sacrificada lucha de los hermanos argentinos de Gualeguaychú.
Mientras los fraybentinos se preparaban a disfrutar del megafestival musical ofrecido por la empresa Botnia en el Polideportivo de la capital departamental, el Ministerio del
Interior alistaba fuerzas de choque del grupo GEO y de Prefectura y un doble vallado frente a la empresa para detener la supuesta invasión de ambientalistas de Gualeguaychú. La policía filmaría a los asistentes al festival para identificar a posibles responsables de disturbios. El río fue custodiado con embarcaciones de Prefectura y se mantuvo una guardia
en el puerto de Botnia.
La empresa contrató a exponentes de primera línea de distintos géneros musicales, para atraer público al máximo (más de 10.000 personas). Muy bien pagos actuaron (y quedaran pegados) Jaime Roos, Buitres, el dúo Cantaclaro y otros.
Coincidentemente aterrizó en Uruguay el presidente de Botnia, Erkki Varis, y otras altas autoridades de la empresa, para visitar la planta y recorrer las plantaciones de Forestal Oriental. El martes 4 ofrecieron un brindis para 400 invitados en el Cabildo de
Montevideo, donde se esperaba la presencia del presidente Tabaré Vázquez y su gabinete.
Con el “Festival”, este monopolio imperialista rapaz trató de recuperar algo de la opinión pública, que va perdiendo en Fray Bentos y en la zona a partir de la finalización de la obra y de la entrada en funcionamiento de la planta en noviembre, por la desocupación y otros graves problemas sociales que deja, los accidentes laborales –algunos de ellos fatales–, y el olor a podrido cada vez más presente a pesar de que van maniobrando, produciendo a media máquina, eligiendo horarios, etc.