La base de la política agraria kirchnerista no es nueva, viene de la dictadura videlista: concentración de la tierra en manos de los terratenientes y pooles, y del mercado en manos de cerealeras y aceiteras, expulsando a obreros rurales y campesinos del campo. En Entre Ríos, en 1973, la relación entre la población urbana y la del campo era mitad y mitad; actualmente hay menos de 230.000 habitantes en el campo y más de 800.000 en las ciudades.
Con el kirchnerismo el genocidio rural se profundizó en la pampa húmeda y se extendió a provincias que tenían sus cultivos y producciones regionales, golpeando la cría de ganado, la lechería, el algodón, la horticultura, el arroz (San Salvador, en Entre Ríos, era "la capital nacional del arroz", ahora tiene uno de los mayores índices de desocupación del país), etc.
El hachazo con las retenciones fue el detonante que volcó a las rutas a las masas castigadas por toda esta política. El gobierno las estafó con promesas no cumplidas una y otra vez. Por eso ahora no le creen.
02 de octubre de 2010