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01 de agosto de 2018

Viva el 50 aniversario del PCR de la Argentina (10)

El gobierno alfonsinista

Nuestro querido Partido Comunista Revolucionario cumple 50 años. Continuamos con la publicación de artículos que muestren los momentos más destacados de su rica historia en el camino de la revolución democrática-popular, agraria y antiimperialista, en marcha ininterrumpida al socialismo.

Con el triunfo de Alfonsín en las elecciones proscriptivas del 30 de octubre de 1983 y su asunción al gobierno, se creó una situación compleja. El gobierno radical fue un gobierno heterogéneo, en el que predominaron los representantes de intereses terratenientes, de gran burguesía intermediaria y del imperialismo, especialmente los vinculados al socialimperialismo ruso y a la socialdemocracia europea, sectores que habían sido los principales beneficiarios del período dictatorial. La línea principal de ese gobierno fue proterrateniente, promonopolista y proimperialista, y no expresó los intereses de la burguesía nacional.
El resultado electoral del 30 de octubre golpeó el proceso de ascenso del movimiento de masas. Todo este nuevo ciclo de auge está teñido por la sangría dictatorial y el balance que las masas han realizado de la misma. Luego, lentamente, las masas fueron retomando el camino de organización de los cuerpos de delegados y comisiones internas, desde abajo.
Los obreros de Ford estuvieron en la avanzada de ese proceso imponiendo desde abajo los delegados por sección, rompiendo el tope salarial y jugando un rol importante en la derrota de la Ley Mucci. Ley que fue un intento del alfonsinismo de dividir al movimiento obrero e imponer la flexibilización laboral.
La histórica ocupación de la planta de Ford durante 18 días en junio-julio de 1985, protagonizada por sus 4.500 obreros dirigidos por su comisión interna y cuerpo de delegados, con puesta en marcha de la producción, trascendió lo gremial para convertirse en lucha política contra el plan de hambre de las clases dominantes, en lo que jugó un papel fundamental nuestro PCR. Crecieron las luchas y movilizaciones campesinas en la Pampa Húmeda y otras regiones del país, las movilizaciones de mujeres, estudiantiles y docentes con la histórica Marcha Blanca. En 1986 se realizó el Primer Encuentro Nacional de Mujeres. El 13 de octubre de 1986 el paro activo convocado por la CGT, los empresarios y el conjunto del pueblo de Mar del Plata contra los acuerdos pesqueros con la URSS, fue la primera movilización de masas que enfrentó la penetración del socialimperialismo en nuestro país.
Con tres mil quinientas huelgas y trece paros nacionales, la clase obrera fue el motor de la lucha popular. Desde 1986 nuestro Partido planteó la necesidad de la confluencia de las luchas obreras, campesinas, estudiantiles y populares contra la política alfonsinista de hambre, entrega e impunidad a los genocidas de la dictadura, y la necesidad de la unidad política de todas las fuerzas que se le oponían. En abril de 1987, estimulada por la política alfonsinista de hijos y entenados que beneficiaba a la cúpula gorila lanussista, eclosionó la crisis militar de Semana Santa que se venía incubando desde la derrota de Puerto Argentino. Se produjo así una fractura en las Fuerzas Armadas, que puso en evidencia la existencia de una importante corriente nacionalista enfrentada a los mandos lanussistas. Asimismo quedó claro para las grandes masas que Alfonsín no era garantía para impedir el golpe de Estado.
Al poco tiempo sancionó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. En 1987 las masas castigan en las urnas a la política alfonsinista. Esto, y el triunfo de Menem en la interna del peronismo en julio de 1988, abrieron una nueva situación política en la Argentina, caracterizada por el hambre de grandes masas desatada por la hiperinflación alfonsinista.
La política del frente opositor plasmó en el Frente Justicialista de Unidad Popular (alianza integrada por once partidos) y en sus comités de apoyo, en dura lucha por arriba y por abajo.
Tres afluentes confluyeron para la derrota del alfonsinismo: 1) La lucha creciente de la clase obrera fue la avanzada del combate antialfonsinista; 2) la rebelión de la oficialidad subalterna y gran parte de la suboficialidad que deterioró seriamente a la cúpula lanussista de las Fuerzas Armadas; y, 3) el Frejupo, el frente político que derrotó al alfonsinismo en las urnas, del que nuestro Partido formó parte.
Con la derrota del alfonsinismo se debilitó principalmente el sector prorruso hegemónico en las clases dominantes. Tanto el movimiento obrero, como la rebelión militar nacionalista y el Frejupo, fueron hegemonizados por diferentes corrientes burguesas. La dirección que la burguesía ejerció en este proceso es clave para ubicar lo que sucedió después del 14 de mayo de 1989.

Programa del PCR. 12 Congreso, 2013

Hoy N° 1728 01/08/2018