El ministro de defensa de este gobierno, Luis Petri, suscribió con Estados Unidos un convenio para la compra de 207 blindados Stryker, que se destinarán al Ejército “para mejorar los controles fronterizos”.
Con esto, el gobierno no sólo sigue “fortaleciendo la alianza estratégica con Estados Unidos, nuestro socio en la defensa de la libertad y los valores democráticos”, dijo el ministro, sino que además amenaza a países hermanos, fronterizos con la Argentina. El propio Petri hizo declaraciones, justificando la compra de los blindados en el control de las fronteras en el contexto de los enfrentamientos entre Israel y Estados Unidos contra Irán, haciendo referencia a acuerdos del gobierno de Bolivia con el régimen iraní, y a una supuesta presencia de aliados de Irán en la Triple Frontera.
Son millones de dólares que nos atan a la dependencia de otras potencias, así como fue la compra de aviones al inicio del gobierno, en vez de fortalecer nuestra industria de defensa, por ejemplo, activando nuestros astilleros para defender la soberanía en mares y ríos, o activar la fábrica de aviones de Córdoba, cuna de los valiosos Pucará en Malvinas.
Además, distintas voces expresaron el descontento con esta compra de los vehículos blindados Stryker, en lugar del Guaraní brasileño, que se considera más favorable y 32 millones de dólares más económico.
La compra de los tanques a EEUU, caros y vinculándonos al ejército yanqui, es una definición estratégica. Es un peligro para el pueblo y la patria, y para los países de Latinoamérica, alineando a nuestras fuerzas armadas con el eje de EEUU, Gran Bretaña e Israel en medio de los crecientes peligros de una guerra mundial entre las grandes potencias.