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“De 32 millones de hectáreas que se siembra en el país, 16 millones son de soja. Esto no es sólo porque tiene mayor rentabilidad. Sino que con la tecnología que trajo la soja, permitió conquistar nuevos terrenos. Es decir, la frontera agrícola se expandió.
La soja no es el enemigo. El enemigo hoy es el gobierno que le quita la rentabilidad a las otras producciones y no permite desarrollarlas. Sólo te queda pasarte a la soja”.
—¿Por qué la participación de chacareros en el conflicto agrario es tan grande?
—Porque todos los productores que perdieron sus producciones, llámese novillos, terneros o leche se pasaron a la soja; o mitas y mitad. Lo único que les quedó es con la soja subsidiar internamente cada uno sus producciones. Que ahora le quite la rentabilidad a la soja y el girasol, es un golpe bajo, que no te permite seguir con las otras producciones tampoco.
Por eso la participación es tan grande y amplia de una punta a otra del país.
—¿Cómo es la realidad de la zona?
—La rentabilidad de nuestros campos está siendo totalmente confiscada. Está muy complicado para sembrar este año porque el año pasado hubo muchas inclemencias climáticas como heladas y sequías; los rendimientos no fueron buenos. Encima, con estas retenciones móviles, la plata que uno tenía contada para sembrar este año y arrancar la campaña no nos alcanza para cubrir el 80% del gasto.
En muchos lugares, lamentablemente, no se va a sembrar trigo. Ya no como una medida de fuerza sino como una medida económica.
Tandil es una cuenca lechera importantísima. Hoy se cierra un tambo por día. Cada tambo que se cierra no sólo perdés la leche que se produce sino también la fuente de trabajo para 11 personas.
Pasa lo mismo con la hacienda. El año pasado se liquidaron un millón de vientres. Equivale a un millón de terneros, un millón de novillos. Es mucha hacienda que se pierde simplemente por la falta de rentabilidad. Se promueve la liquidación de vientres y se la desplaza la ganadería a zonas más marginales, donde la producción es menor.
Hoy el campo está muy complicado, pero por todo el apoyo que nos da la gente no vamos a dejar de luchar. Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias para que nos den lo que queremos: poder producir y que le llegue a todo el mundo al precio que se merece, no los precios que están cobrando hoy en el mercado interno.
