Tras lo dispuesto por las asambleas de los distintos parajes, más de 250 campesinos pobres y medios (y sus familias) de las quintas que rodean a la ciudad de La Plata, se movilizaron hasta 7 y 32, cortando la vía de acceso más importante a la ciudad de La Plata. Exigieron la presencia de funcionarios del gobierno nacional, provincial y de la Municipalidad para dar una respuesta a sus reclamos.
Fueron acompañados por la Multisectorial en defensa de los recursos naturales y la producción sustentable, de la que forman parte junto con la CCC, la CEPA, y docentes entre otros.
Los compañeros exigen una serie de medidas que todavía no han tenido respuestas, como el subsidio por las inundaciones de febrero que se les se entregó solo a algunos. Y reclaman que, les prometieron ayuda por la sequía y todavía no hay nada. Y aclaran: “Hay varios proyectos parados desde hace dos años a pesar de que el dinero está. Por ejemplo nos dieron una camioneta para transportar mercaderías y no nos terminan los papeles para poder usarla. Tenemos todo para armar un galpón de empaque y fábrica de herramientas y no nos dan los terrenos, tampoco no dan un pedazo de tierra para una fábrica de abono. Armamos cuatro plantineras y estamos esperando planes de capacitación para los compañeros que van a trabajar en ellas. Resumiendo, una serie de proyectos que si bien no solucionan nuestros problemas de fondo ayudarían a paliar la crisis y sin embargo no se concretan porque no hay decisión política de hacerlo”.
Otra opinión afirma: “Mientras tanto la crisis nos golpea con todo. Nuestra situación es grave, estamos al borde de desaparecer. Muchos ya estamos desocupados”.
Los palos no pueden callarlos
Los campesinos pobres y medios, después de que no se presentara ningún funcionario, decidieron encolumnarse con los tractores y marchar a la Gobernación. La infantería intentó detenerlos y comenzó a reprimirlos, pegándole a mujeres y chicos. Los compañeros y compañeras resistieron con coraje, no retrocedieron ni ante las balas de goma. Finalmente las autoridades acordaron realizar una reunión con representantes del gobierno nacional, provincial y municipal para tratar los reclamos presentados.
Se agrava la situación
Para explicar la gravedad de la situación, los compañeros de Asoma, a continuación detallan el aumento de los precios para producir: en el 2008 alquilar una hectárea valía $ 100 ahora cuesta $ 400. Una factura de electricidad de 400 pesos, ahora –con el aumento– llega hasta 2.000. Aumentó el gasoil, muy usado en los tractores y los motores de riego (en especial con la sequía). Las semillas, los fertilizantes, los remedios se cotizan a valor dólar. Para cosechar 1.000 plantas de tomate hay que invertir no menos de $ 6.000.
Esta situación se agrava porque producen para el mercado interno, el que se ha achicado por la crisis, y por las sequías que estropearon la mayoría de los sembrados. Y acusan al gobierno nacional que tiene una política que descarga la crisis sobre el pueblo, también al de la Provincia porque aplica la misma política: “el ministerio de Asuntos Agrarios nos pelotea y no resuelve lo que está a su alcance, la Municipalidad ni siquiera nos recibe”.
Teniendo en cuenta esta situación, además de exigir lo que se les debe, han reiterado una serie de pedidos sobre todo tierra y vivienda:
“Somos parte de la lucha agraria nacional y exigimos a los gobiernos Nacional Provincial y Municipal medidas de fondo para nuestro sector.
Que se paguen los subsidios que nos deben desde febrero. Que se concrete la ayuda por la emergencia agropecuaria. No al tarifazo. Cooperativas de trabajo. Planes sociales. Becas para los jóvenes. Alimentos y más comedores para paliar la situación de los más necesitados”.