Hace muchos años en una zona de quintas en Pérez, localidad cercana a Rosario, los compañeros obreros rurales del Partido plantearon que no entendían nada de la página Internacional. Era un momento de mucha tensión mundial y hablábamos de las rutas del petróleo, etc. Contaban que, también, cada vez que el noticiero tocaba lo internacional cambiaban de canal porque no sabían de qué les hablaban ya que ni conocían los países mencionados. Y se daban cuenta de que era algo importante en ese momento.
Un compañero que llevaba el hoy ahí fue un día con un globo terráqueo y un planisferio a una reunión de célula y pacientemente fue explicando la ubicación de los países, las rutas del petróleo, los factores de guerra… Al poco tiempo los compañeros nos recibían contando sobre las noticias mundiales que escucharon por televisión y lo que ellos entendían de eso.
Aparece con frecuencia la preocupación de que el hoy es complejo, que usa muchas palabras que no son conocidas por una parte importante de los lectores. También se hace referencia a las dificultades que muchos compañeros y lectores de pueblos originarios tienen para leer el propio idioma castellano. Y es sabido de la poca costumbre lectora en estos tiempos, lo que hace que muchos compañeros escolarizados durante algunos años hayan perdido ya la posibilidad de leer y comprender un artículo periodístico, más aún si se trata de un análisis político de la compleja situación de nuestro país y del mundo.
El hoy es el primer material de educación y la célula la primera escuela. “Dejar” el hoy sin hacer con él un trabajo político, reduce en muchos casos la lectura a las actividades del movimiento o a algún tema de coyuntura. Y es poco probable que un compañero sencillo avance solo a la comprensión de nuestra línea política táctica y estratégica, al análisis de la Hora Política semanal, a comprender categorías marxistas que le permitan conocer y transformar la realidad, a integrar eso que lee con la realidad de su lugar y los objetivos que se propone.
La lectura colectiva del periódico, tanto en la célula como en grupos de lectores permite elevar políticamente a los compañeros, ayuda a que estos incorporen palabras y conceptos que nunca antes habían visto. Son las palabras y conceptos que, junto a su práctica diaria, lo ayudarán a irse transformando cada vez más, como todos lo hacemos, en comunistas revolucionarios.
El Mes de la Prensa debe servirnos para avanzar en el funcionamiento celular que permita esta lectura colectiva y en la formación de círculos de lectores donde discutamos nuestros análisis y propuestas. Esto nos permitirá dar un salto en la afiliación al PCR y en la integración al mismo de los nuevos afiliados.