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12 de febrero de 2014

El incendio del depósito en Barracas impactó a población por las víctimas heroicas entre quienes combatieron el fuego. Pero, después del primer momento, es necesario investigar. Como en Cromagnon, Once o las inundaciones de La Plata, nos surgen las mismas dudas, preguntas y afirmaciones.

El incendio en Barracas

Es hora de buscar las causas

Miembros del personal actuante dijeron “así no se puede seguir”. ¿Tal vez no se contó con los medios necesarios?

Miembros del personal actuante dijeron “así no se puede seguir”. ¿Tal vez no se contó con los medios necesarios?
Un ex bombero voluntario explicó que no teníamos los medios más modernos porque son caros y deben ser importados. ¿Fue un problema de costos? Es decir ¿la ecuación costo-beneficio de la empresa indicaba que era más “barato” correr el riesgo? ¿Hubo complicidad o connivencia de los funcionarios, destinados a controlar, que facilitaron esto para favorecer a la filial del monopolio extranjero?
La habilitación es de noviembre de 2007. Debió haber habido una inspección cada dos años. ¿Las hubo y fueron “reales”? Los dispositivos de seguridad deben chequearse cada mes. ¿Esto se realizó?
El defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires habló de la “necesidad de tener protocolos de acción simples y generalizados ante desastres”. ¿No existen esos protocolos? ¿No hay planes de contingencia? Si esto es así ¿por qué y quiénes son los responsables?
El director del cuartel de bomberos de Vuelta de Rocha confirmó que la empresa tenía habilitado un sistema para combatir incendios pero no funcionó. 
¿Era adecuado el edificio a su objetivo? Tenía alrededor de cincuenta años. Expertos en seguridad dicen que carecía de divisiones interiores que hubieran “tabicado el incendio inicialmente”. Sus techos eran de chapa y madera. El sistema de prevención debía haber actuado primero previniendo el evento y luego desatando el disparo del sistema de liberación de agua, aún antes de que aparecieran las llamas. Esto fracasó o no funcionaba o no era adecuado. Un empleado de la empresa dijo que, cuando se disparó la alarma, fue al lugar de inicio y trató de apagar el fuego con matafuegos que no funcionaron y luego intentó hacerlo con baldes de agua. Todo muy precario. ¿Por qué?
Según las noticias, no había en la acción personal de la empresa especializado en estos eventos. Una empresa de primer nivel, dedicada a la acumulación (y eventualmente su destrucción) de documentos sensibles (altamente combustibles) debiera tener un área especializada para actuar en estas circunstancias. Sin embargo permanecían en el lugar, en el momento de iniciarse el siniestro, sólo cuatro personas.
 
Los dueños
Iron Mountain es una empresa de origen norteamericano, cotiza en Wall Street y tiene presencia en 35 países. 
Su historia de varios incendios en sus depósitos, en distintos lugares del mundo, algunos de los cuales fueron sospechados de intencionales, hace que algunos sugieran que el siniestro ocurrido en Barracas podría tener relación con la eliminación de documentos de empresas comprometidas en ilícitos.
 
La hipótesis del siniestro intencionalmente provocado
En un país donde se sabe diariamente de la destrucción de pruebas de la corrupción de funcionarios y de beneficios ilegales a empresas vinculados a los gobiernos que gerencian la rapiña de nuestro patrimonio nacional, esto no puede descartarse.
La población ha visto más de una vez cómo, filmados por cámaras de seguridad, funcionarios o empleados de organismos públicos hacen desaparecer pruebas. 
También es cierto que, por la última razón, no hace falta provocar un siniestro para hacer desaparecer documentación. La impunidad reina aquí. Sin embargo es una hipótesis a considerar.
 
La hipótesis del fracaso del sistema de prevención
Los datos a que hicimos referencia al principio hacen necesario considerar esta otra hipótesis. 
Si esto fuera cierto, estaríamos ante una empresa que es beneficiada con consideraciones especiales, con la complicidad de los gobiernos, para maximizar su ganancia. Y, cabe decirlo, esto es bastante frecuente por estos “pagos”. ¿No fue eso lo que ocurrió en Cromagnon, Once y las inundaciones de La Plata?
¿Acaso no se le han perdonado a Repsol sus “pasivos ambientales”, forma eufemística de mencionar la destrucción del ambiente en su propio beneficio? 
Por lo tanto, este “fracaso del sistema de prevención” tendría causas y culpables.
 
Análisis de riesgo y prevención
En todo plan de seguridad pública ante accidentes y desastres hay, primero, hipótesis de eventos indeseables posibles, de la misma manera que en el plano militar hay hipótesis de conflicto. Es lo que se llama “Análisis de Riesgo”.
¿El sistema de prevención de desastres y accidentes tiene hipótesis de eventos indeseables y se prepara para ello? Si esto no ocurre indicaría ineptitud por parte de las autoridades. Es más que eso. Es defensa de los intereses de los sectores privilegiados que llevaron a Argentina al lugar y la situación en que se encuentra.
Una vez que se han analizado las catástrofes posibles, deben existir tres fases a planificar:
1. Fase de prevención. Destinada a evitar que el siniestro ocurra.
2. Fase de acción en la emergencia. Destinada a actuar si, a pesar de lo anterior, el siniestro ocurre, 
3. Fase paliativa. Destinada a paliar los daños morales y materiales. 
Y así como hay un concepto restringido de la defensa nacional que la limita a los medios militares y un concepto amplio que incluye elementos y personal bélico y no bélico (integrando al personal profesional militar -las milicias-, en una guerra popular, y un pueblo en armas en defensa de la Nación agredida), hay también una Acción ampliada frente a siniestros, que debe integrar al personal profesional (desde los bomberos hasta el personal sanitario), la defensa civil organizada y la acción en el lugar de la población, que actúa solidaria y “espontáneamente” (pero con un cierto “entrenamiento previo”).
 
Hipótesis de conflicto militar y acción ante desastres 
No tenemos hipótesis de conflicto militar en un país con una parte de su área territorial terrestre y marítima ocupada por el colonialismo británico. Tampoco hipótesis de catástrofes en un país con accidentes de todo tipo: inundaciones, contaminación ambiental, etc.
El esquema de Defensa Nacional y de Defensa Civil ante catástrofes es el mismo. No lo hay y esto es parte de políticas de Estado en Argentina. Son las que se aplican, desde 1976, en gobiernos de todos los colores.
Todos los que hablan de ajustes se refieren a ajustar el gasto destinado al pueblo y su defensa. Nunca se tocan los intereses de los que lucran con las distintas variantes de “modelo” que se unifican en lo esencial: maximizar las ganancias de los usufructuarios de esas variantes. Esconden sus ilegalidades, hacen como que controlan, no exigen lo que deben exigir, los benefician de distintas maneras, etc.
Las carencias en Defensa Civil y Acción ante Desastres son parte de eso. La corrupción y la falta de servicios adecuados de salud y educación son parte de eso. La miseria es parte de eso. Las enfermedades y catástrofes evitables también. 
Desde la Patria Contratista de la dictadura militar y Alfonsín, hasta los Cirigliano, Báez y Cristóbal López de hoy y siempre, las filiales de monopolios de potencias que nos esquilman.
Si no se tienen los elementos más modernos para la acción es porque hay una total indefensión nacional y civil. Y es por la misma razón por las que no tenemos balas más que para dos horas o que sólo un Hércules de la Fuerza Aérea esté en condiciones de operar.
Es que los subsidios no fueron al pueblo. Fueron para enriquecer empresarios y monopolios “amigos”. Tal vez detrás de este luctuoso suceso haya algo de eso.