Tras el extraño incendio ocurrido el 10 de junio, la intervención del Indec impidió la entrada de la Junta Interna y dio asueto a la mayoría del personal hasta el 21 de junio, convocando en esas condiciones a trabajar a unas 160 personas.
Tras el extraño incendio ocurrido el 10 de junio, la intervención del Indec impidió la entrada de la Junta Interna y dio asueto a la mayoría del personal hasta el 21 de junio, convocando en esas condiciones a trabajar a unas 160 personas.
Aunque según los dichos a la prensa del director técnico Norberto Itzcovich el siniestro no afectó las oficinas, la Junta Interna denunció que la intervención aprovechó el asueto en esas condiciones, para irrumpir en el área de la Encuesta Permanente de Hogares, área afectada a la producción de indicadores “sensibles” como pobreza, indigencia, desocupación, etc. Desarmaron las oficinas, desarticulando equipos de trabajo, tiraron mamparas, violentaron y desplazaron escritorios y computadoras y ocuparon espacios con otros sectores.
Todo esto ocurrió sin mediar la más mínima comunicación al personal que allí se desempeña habitualmente –impedida de entrar por el asueto–, realizando trabajos por encima del material laboral y efectos personales de los trabajadores, sin el menor respeto a la información y consultas necesarias a los mismos para encarar tales emprendimientos. Al ingresar después del asueto, los compañeros se encontraron con esta “reorganización” que en realidad era un enorme caos, y con la noticia de que algunos habían sido reasignados a otros edificios y a otros programas.
La Junta Interna también advirtió sobre las extrañas circunstancias del incendio, precisamente en la semana en que se tenía que difundir el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y antes de la publicación de los resultados del Censo de Población, que tenía que hacerse el 20 de junio y ahora se postergó para noviembre.
Por todo esto el miércoles 29 de junio se hizo una jornada de lucha en la puerta del Indec que finalizó con el abrazo postergado, donde además se denunciaron las condiciones de trabajo, entre ellas la falta de calefacción en varias oficinas, y se repudió un nuevo ataque a los trabajadores de la Encuesta Permanente de Hogares, pero también se celebró la Resolución de la OIT que resultó favorable a los trabajadores del Indec y se compartió la alegría por el sobreseimiento de un compañero perseguido por la intervención.
