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24 de octubre de 2012

El justismo y las fiestas patrias (1)

Hoy 1442 / Crónicas proletarias 47

En el Partido Socialista de la Argentina, la temprana hegemonía del sector de Juan B. Justo lo impregnó de un creciente reformismo que no sólo no enfrentó sino que embelleció al naciente imperialismo, como portador del desarrollo. Al PS, el desprecio a la “política criolla” y la admiración sin crítica por todo lo europeo, lo llevó entre fines del siglo 19 y comienzos del 20 a un cosmopolitismo, muy lejos del internacionalismo, y a expresar posturas contrarias a participar en las fiestas patrias.

En el Partido Socialista de la Argentina, la temprana hegemonía del sector de Juan B. Justo lo impregnó de un creciente reformismo que no sólo no enfrentó sino que embelleció al naciente imperialismo, como portador del desarrollo. Al PS, el desprecio a la “política criolla” y la admiración sin crítica por todo lo europeo, lo llevó entre fines del siglo 19 y comienzos del 20 a un cosmopolitismo, muy lejos del internacionalismo, y a expresar posturas contrarias a participar en las fiestas patrias.
“¿El pueblo tiene motivos para celebrar con regocijo, como dice la prensa, esta fiesta patria? No y mil veces no… Si el pueblo fuera sensato, en vez de concurrir como comparsa a las plazas y avenidas, hubiera aprovechado ese aniversario para protestar contra las infamias que en nombre de la constitución se cometen en toda la república escribía el dirigente socialista Adrián Patroni en La Vanguardia (13-7-1895).
 Hubo un caso que armó gran revuelo dentro del PS. En 1905, Bernardo Irurzun era el director de una escuela laica dependiente del Centro Socialista de La Banda, Santiago del Estero, fundada en 1903. Irurzun aceptó la invitación de una escuela estatal para participar de los actos del 9 de Julio, y estalló el escándalo. El corresponsal de La Vanguardia en esa provincia escribió una nota criticando al director, y éste renunció. Se inició en el periódico una larga polémica sobre la conveniencia o no de los socialistas de participar en las festividades patrias, llegando a tomar intervención el Tribunal de disciplina partidario, que ratificó la expulsión del PS de La Banda de Irurzun y su esposa porque “concurriendo a la procesión cívica organizada por el consejo escolar de La Banda, violaba abiertamente los estatutos del partido”.
 Otros dirigentes socialistas, como Enrique Dickmann se opusieron a la sanción, y reivindicaron que “Irurzun, al aceptar la invitación para formar parte de la manifestación patriótica, resolvió concurrir con sus discípulos en carácter de socialista, llevando los alumnos en el ojal escarapela roja en vez de bicolor y cantando el himno de los Trabajadores, que Irurzun pronunció un discurso netamente socialista, estudiando la independencia argentina con el criterio de la lucha de clases, discurso que le valió la censura unánime de los periódicos burgueses de la localidad, y por encima de todo eso, su expulsión del Centro Socialista” (LV, 13/14-08-06). Hubo quienes enfrentaron esta polémica desde posturas nacionalistas, como Alfredo Palacios y Manuel Ugarte, de los que hablaremos en otra columna.