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02 de noviembre de 2012


El justismo y las fiestas patrias (2)

Hoy 1443 / Crònicas proletarias

La posición del Partido Socialista con respecto a las fiestas patrias, el himno nacional y la bandera argentina fue, para los seguidores de Juan B. Justo, ambivalente, pero en su mayoría en contra. Justo nunca nombró a la Argentina como “mi país”; ya en el primer número de La Vanguardia, periódico fundado por Justo que fuera vocero del PS, se decía “Este país se transforma…”, y en 1898 afirmó “Amo el país en que vivo, y deseo que sean muchos los que tengan motivos para amarlo. Me llamo argentino y quiero que éste sea el nombre de un pueblo respetado por sus propósitos sanos, veo que todavía cada pueblo tiene una bandera, y deseo que mientras la humanidad no tenga una, la argentina o la sudamericana flamee en estas tierras”.
Frente a esta posición, entre fines del siglo 19 y comienzos del 20, surge otra corriente interna que, sin dejar de ser reformista, tuvo planteos correctos sobre estas cuestiones, propiciando el patriotismo y la unidad latinoamericana. Dos de los exponentes más conocidos de esta postura fueron Alfredo Palacios, primer diputado socialista de América, en 1904, y Manuel Ugarte. Palacios decía en 1909 “Nosotros entendemos que cabe la nacionalidad dentro de la internacionalidad… Somos patriotas en el sentido amplísimo de la palabra”.
Tanto Palacios como Ugarte tempranamente denunciaron la intromisión del imperialismo yanqui en nuestro continente, y buscaron la unidad con los países hermanos. Palacios propició en los años 20 la Unión Latinoamericana, como organización contrapuesta a la Unión Panamericana (antecesora de la OEA). Manuel Ugarte, que tuvo una militancia intermitente en el PS, hacia 1907 estuvo como delegado del PS en el Congreso de Stuttgart de la Segunda Internacional. Allí ya comenzaban las discusiones sobre “patriotismo” para justificar el apoyo a las burguesías de los países colonialistas, que desembocaría pocos años después en la traición de la Segunda Internacional ante la primera guerra mundial. A la vuelta de ese Congreso, Ugarte escribió “Yo también soy enemigo del patriotismo brutal y egoísta que arrastra las multitudes a la frontera para sojuzgar a otros pueblos y extender dominaciones injustas a la sombra de una bandera ensangrentada… Pero hay otro patriotismo superior… es el que nos hace defender, contra las intervenciones extranjeras, la autonomía de la ciudad, del Estado, de libre disposición de nosotros mismos, el derecho de vivir y de gobernarnos como mejor nos parezca”. Pese a su liberalismo a ultranza, Palacios mantuvo también posiciones de avanzada en la reivindicación nacional de las Islas Malvinas.