El miércoles 5 de julio, el diputado nacional macrista Hernán Lombardi propuso, en la sesión que se llevaba a cabo luego de una larga siesta de varios meses, derogar la Ley de Alquileres, sancionada en el 2020. ¿Qué les parece si la derogamos ya, todos juntos?”, planteó Lombardi, hoy alineado con Patricia Bullrich en la interna de JxC. Ante el rechazo del oficialismo, JxC consiguió una “sesión especial” para tratar el tema el próximo 23 de agosto.
Alquilar una vivienda, particularmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y otros grandes centros urbanos, se ha transformado en un drama para millones de familias, ya que la actual Ley de Alquileres es repetidamente ignorada por las grandes cámaras inmobiliarias, que imponen condiciones y precios exorbitantes a los inquilinos.
Según algunas de las organizaciones de inquilinos, hoy en nuestro país hay 10 millones de inquilinos e inquilinas (3 millones de hogares). En doce años (2010/2022) la cantidad de inquilinos aumentó un 70%, consigna el último Censo.
Esto en un país donde hay una vivienda cada 2,6 personas, con una creciente concentración de propietarios y rentistas.
Según “Inquilinos agrupados”, “En la Ciudad de Buenos Aires tenemos 1.500.000 viviendas para una población de 3 millones de habitantes, una vivienda cada dos personas. En la provincia de Buenos Aires, el Indec relevó 6.5 millones de viviendas con una población de casi 18 millones. Una vivienda cada 2.7 habitantes. En Rosario, Santa Fe, hay 460.000 viviendas para una población estimada de un millón de habitantes, una vivienda cada dos habitantes. Rosario, Córdoba, Capital Federal y provincia de Buenos Aires tienen los índices más altos de viviendas vacías.
“En Argentina, según datos oficiales hay 2.5 millones de viviendas en desuso, sólo en la ciudad de Buenos Aires, según censo 2010, la obscena cifra de 350.000”.
Estos datos son consecuencia de una política deliberada a favor de los grandes grupos inmobiliarios, que crecieron a partir de la desregulación del mercado en tiempos de la dictadura de Videla, y que no cesó hasta el día de hoy.
El macrismo, que gobierna CABA hace 16 años, ha llevado esta política favorable a los grandes negociados inmobiliarios a un grado superior. Todo esto de la mano de cambios legislativos favorables a las grandes empresas constructoras, así como de la venta de tierras del Estado para los negociados inmobiliarios). El Frente de Todos de CABA dice en un balance sobre el gobierno macrista “mientras en el año 1995 la vivienda de categoría sencilla constituía el 63% de las viviendas construidas, en el año 2018 este porcentaje ha sido del 22%: el 78% restante corresponde a las categorías confortable, lujosa y suntuosa”.
El macrismo en CABA, junto a los grandes desarrollos vinculados a shoppings y complejos de oficinas y viviendas de altísimo poder adquisitivo, favorece abiertamente que no se cumpla la actual Ley de Alquileres (que obliga a contratos por tres años) y en el último período fomenta, en nombre del “turismo”, que cada vez más propiedades se sumen al sistema de alquiler temporario manejado por Airbnb (plataforma yanqui que está en 190 países). En CABA ya son 45 mil las viviendas destinadas a este sistema, lo que achicó aún más la oferta de alquiler para vivienda, y favorece que las grandes inmobiliarias impongan sus condiciones a los inquilinos.
Los dramas cotidianos de las familias que no pueden cumplir los infames requisitos para acceder a una vivienda (Recibos de sueldo que tripliquen el valor del alquiler, garantías propietarias, cláusulas de aumento muy superiores a la ya de por sí altísima inflación, etc.), llevan a miles de personas a desplazarse a los conurbanos y a la toma de tierras, a los inquilinatos e incluso a quedar en la calle.
Esta situación también repercute en el precio de los alquileres en las villas en CABA, donde por una pieza con baño compartido se puede llegar a pedir hasta 50 mil pesos y te exigen que no tengas hijos. Las más afectadas son las mujeres.
La medida impulsada por la bancada de Juntos por el Cambio, que reclama derogar la actual Ley de Alquileres para favorecer aún más a las grandes corporaciones, es otra muestra de lo que haría el macrismo si vuelve al gobierno.
Por eso peleamos por la organización de las y los millones de inquilinos y por una política que, con centro en las grandes inmobiliarias, congele los alquileres, imponga un impuesto de emergencia a las viviendas vacías (como se está implementando en otros países como Alemania), y desarrolle un plan de viviendas populares con precios y créditos accesibles.
Escribe Germán Vidal
Hoy N° 1969 12/07/2023