La denuncia fue en respuesta a las graves declaraciones del embajador quien, en Twitter, reconoció la soberanía británica sobre nuestros territorios usurpados por el imperialismo inglés.
Desde que asumió como presidente, Mauricio Macri ha impulsado una política de subordinación a los intereses de la ocupación colonialista británica sobre nuestros territorios insulares, sus aguas adyacentes, la plataforma continental y la proyección antártica.
Este camino de entrega estuvo signado con la firma de los acuerdos “Malcorra-Duncan” y “Foradori-Duncan” (Foradori fue vicecanciller bajo la gestión de Malcorra), suscriptos en el marco de los Acuerdos de Madrid de octubre de 1989. Se trata de los “acuerdos” que firmaron Menem-Cavallo y que siguieron vigentes hasta la actualidad, desde su firma hace casi treinta años.
En el acuerdo Malcorra-Duncan se definió el camino de subordinación a los intereses británicos en el Atlántico sudoccidental, y en el acuerdo Foradori-Duncan (un “acuerdo” humillante), el gobierno de Macri accedió a todas las demandas de Theresa May, primera ministra del Reino Unido, para favorecer los intereses de la ocupación colonialista.
Las declaraciones del embajador Sersale no son novedosas, aunque revisten una gravedad enorme dada la jerarquía del embajador y por su condición de ser el representante diplomático argentino ante el gobierno del Reino Unido.
Con anterioridad, el vicepresidente del Banco Central, Lucas Llach, manifestó, también en Twitter “yo no sólo entregaría las Falklands (SIC), sino toda Tierra del Fuego a England (SIC), así nos sacamos de encima ese apéndice que le encarece la vida al pueblo.” El gobierno nacional ignoró semejante declaración y designó a Llach en su cargo en el Banco Central.
El canciller, por su parte, Jorge Faurie no se echó atrás y llamó al diálogo entre “dos pueblos”, al referirse a los isleños, aceptando la posición británica que reclama para los kelpers el derecho de autodeterminación como si se tratara de un pueblo originario y no de ciudadanos británicos introducidos desde la primera usurpación en enero de 1833. La inmensa mayoría de los habitantes de los territorios usurpados son burócratas y militares de Inglaterra. La base inglesa de Monte Agradable (Mount Pleasant) reconoce 1.200 soldados británicos y el jefe de la base es el máximo responsable de la política en las Islas, designado por la corona directamente.
Esta política de subordinación es aplaudida por otros personajes. Poco tiempo atrás, José Luis Espert, conocido por sus posiciones de ajuste brutal contra el pueblo y la subordinación a las potencias mundiales, también en un twitter, escribió: “Las Malvinas no son argentinas. Las perdimos en la guerra. Basta de nacionalismos. Bien por Macri tratando de que den plata acordando con el Reino Unido”.
La denuncia de la Confederación de Combatientes de Malvinas lleva la firma de su presidente, Rubén Rada, y cuenta con el auspicio del letrado Dr. Walter Alejandro Di Giuseppe.
Centenares de veteranos de guerra marcharon en Comodoro Py con la consigna “Sí a nuestra soberanía, no a los traidores ni al imperio británico, las Malvinas son y serán argentinas por siempre. ¡Viva nuestra Argentina, viva la patria carajo!”.
Durante la marcha, la denuncia fue ratificada, y el presidente de la Confederación de Combatientes, Rubén Rada, indicó que los combatientes no permitirán que la denuncia caiga en el olvido porque está en juego la soberanía nacional sobre los territorios usurpados y las riquezas de sus recursos con los que se podrían resolver numerosos reclamos populares por trabajo, alimentación, salud, etc.
Corresponsal
Hoy N°1749 09/01/2019
