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22 de febrero de 2017

El 21 de febrero se cumplieron 169 años de la primera edición del Manifiesto Comunista, redactado por Carlos Marx y Federico Engels como programa para la Liga de los Comunistas, en 1848 (ver Cuadernos… Nº 158). 

El Manifiesto Comunista

Una obra fundamental para los revolucionarios

 
En el Manifiesto Comunista, que apareció poco tiempo antes de la Revolución Francesa de 1848, se sientan las bases del materialismo histórico, y traza un programa de acción para los comunistas en ese momento histórico. Pero principalmente, en esta obra se demostró la necesidad histórica, y la posibilidad, de que el proletariado derrote revolucionariamente a la burguesía.

 
En el Manifiesto Comunista, que apareció poco tiempo antes de la Revolución Francesa de 1848, se sientan las bases del materialismo histórico, y traza un programa de acción para los comunistas en ese momento histórico. Pero principalmente, en esta obra se demostró la necesidad histórica, y la posibilidad, de que el proletariado derrote revolucionariamente a la burguesía.
Esta Liga de los Comunistas, organización revolucionaria que integraban Marx y Engels y que estaba basada principalmente en emigrados alemanes, en su Congreso de 1847 planteó que “La finalidad de la Liga es el derrocamiento de la burguesía, la dominación del proletariado, la supresión de la vieja sociedad burguesa, basada en los antagonismos de clase, y la creación de una nueva sociedad, sin clases y sin propiedad privada”, y encargó la redacción del programa en el que Marx y Engels sentaron las bases del socialismo científico, el marxismo. 
El Manifiesto tiene cuatro capítulos: Burgueses y proletarios; Proletarios y comunistas; Literatura socialista y comunista y Actitud de los comunistas ante los otros partidos de la oposición. Comienza con la célebre frase “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo”, y finaliza con la divisa revolucionaria “¡Proletarios de todos los países, uníos!”, que reemplazó a la existente hasta ese momento en la Liga de los Comunistas: “Todos los hombres son hermanos”.
En los prólogos a las diversas ediciones, Marx y Engels han explicado las condiciones en que surgió el Manifiesto…, qué cuestiones mantenían su vigencia y cuáles no por los cambios en los momentos históricos, y su objetivo central. Ellos mismo advirtieron tras la experiencia de La Comuna de París de 1871 que “La comuna ha demostrado, principalmente, que ‘la clase obrera no puede limitarse a tomar posesión de la máquina del Estado en bloque, poniéndola en marcha para sus propios fines’”.
Engels, en el primer prólogo escrito tras la muerte de Marx en 1883, escribió: “La idea central que inspira todo el Manifiesto, a saber: que el régimen económico de la producción y la estructuración social que de él se deriva necesariamente en cada época histórica constituye la base sobre la cual se asienta la historia política e intelectual de esa época, y que, por tanto, toda la historia de la sociedad –una vez disuelto el primitivo régimen de comunidad del suelo– es una historia de luchas de clases, de luchas entre clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, a tono con las diferentes fases del proceso social, hasta llegar a la fase presente, en que la clase explotada y oprimida -el proletariado- no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime -la burguesía- sin emancipar para siempre a la sociedad entera de la opresión, la explotación y las luchas de clases; esta idea cardinal fue fruto personal y exclusivo de Marx”.
 El mismo Engels escribió en Londres, el 1 de mayo de 1890 “‘¡Proletarios de todos los países, uníos!’. Sólo algunas voces nos respondieron cuando lanzamos estas palabras por el mundo, hace ya cuarenta y dos años, en vísperas de la primera revolución parisiense en que el proletariado actuó planteando sus propias reivindicaciones…
“Pues hoy, en el momento en que escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejército, bajo la misma bandera y para un objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París. El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!”.
 
Leer el Manifiesto Comunista
Muchos años después, el líder revolucionario ruso Lenin, escribió en 1914 sobre el Manifiesto…: “Esta obra expone, con una claridad y una brillantez geniales, la nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente aplicado también al campo de la vida social, la dialéctica como la más completa y profunda doctrina del desarrollo, la teoría de la lucha de clases y del papel revolucionario histórico mundial del proletariado como creador de una sociedad nueva, de la sociedad comunista” (“La guerra y la socialdemocracia de Rusia”).
El mismo Lenin, en su artículo “Carlos Marx”, también de 1914, agregaba: “El marxismo nos proporciona el hilo conductor que permite descubrir una sujeción a leyes en este aparente laberinto y caos, a saber: la teoría de la lucha de clases. Sólo el estudio del conjunto de las aspiraciones de todos los miembros de una sociedad dada o de un grupo de sociedades, puede conducirnos a una determinación científica del resultado de esas aspiraciones… 
El Manifiesto Comunista establece la siguiente tesis fundamental del marxismo sobre la táctica de la lucha política: ‘Los comunistas luchan por alcanzar los objetivos e intereses inmediatos de la clase obrera; pero al mismo tiempo defienden también, dentro del movimiento actual, el porvenir de este movimiento’”. 
A 169 años de la aparición del Manifiesto Comunista, y en el año del centenario de la Revolución Rusa, recomendamos la lectura de esta obra fundamental de Carlos Marx y Federico Engels quienes, como plantea el Programa de nuestro Partido Comunista Revolucionario: “Tomando críticamente y desarrollando las doctrinas más avanzadas que la humanidad creó en el siglo 19: la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés, fundaron el socialismo científico, en oposición al socialismo utópico. Descubrieron y elaboraron teóricamente las leyes más generales que rigen el desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento humano, fundando el materialismo dialéctico y el materialismo histórico. Y establecieron las bases de la teoría revolucionaria del proletariado que ha guiado y sigue guiando las luchas de las grandes masas explotadas y oprimidas dirigidas por la clase obrera”.