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04 de junio de 2025

De un artículo de Jacinto Roldán, secretario general del PCR recientemente fallecido

El marxismo- leninismo-maoísmo es una ciencia de la revolución

Extractos del artículo “Construir un gran Partido para la Revolución” de Jacinto Roldan, secretario general del PCR fallecido el 30 de abril. Este artículo como mencionamos en nuestra anterior edición, forma parte del libro Conferencias 2014 del Instituto Marxista-Leninista-Maoísta de la Argentina y está basado en su exposición en el ciclo de charlas realizado en 2014.

Como toda ciencia, tiene que ser estudiada porque sin teoría revolucionaria no hay partido revolucionario. Como nos enseñaron nuestros maestros, concebimos al marxismo-leninismo-maoísmo, no como un dogma, no como algo abstracto, sino como una guía para la acción.

La revolución la hacen las masas, en la Argentina y en cualquier país del mundo, pero sin partido de vanguardia la revolución no puede triunfar. Y nosotros peleamos porque el PCR sea vanguardia reconocida de la clase obrera y el pueblo. Por eso decimos que renunciar a la construcción del Partido es abandonar la lucha por la revolución.

Lo que está en debate después de las derrotas es si es posible la revolución en algún país del mundo; y si es posible, aquí en la Argentina, avanzar en la lucha por la liberación nacional y social para terminar con la dependencia y el latifundio. Es decir, está en debate si vale la pena la lucha por la revolución; está en debate si vale la pena el esfuerzo militante para que el PCR juegue su rol de vanguardia. Este es un punto.

El otro tema importante que nos enseñó el maoísmo es la necesidad de integrar las verdades universales del marxismo a la realidad de la revolución en la Argentina. Sin la integración, el marxismo deja de ser una guía para la acción. La unidad de la teoría y la práctica según Mao Tsetung es uno de los principios fundamentales del marxismo.

Este concepto maoísta, que la doctrina no se «aplica», sino que se integra a la realidad de cada país es una gran enseñanza. Porque, para integrar, es necesario estudiar la doctrina e investigar la realidad: la historia de luchas de nuestro pueblo, los enemigos que enfrenta, toda esa complejidad de un pueblo y de una nación.

Y esto es válido para integrar la línea general del Partido a la realidad de un país, de una provincia, de una ciudad, de una fábrica, de un barrio, de una zona, etc. Porque no es lo mismo un barrio de la Matanza que un barrio del Chaco o un barrio en Salta. No es lo mismo el Astillero Río Santiago que Kraft, que el Swift de Rosario. Cada realidad es particular y distinta.

 

hoy N° 2062 04/06/2025