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03 de mayo de 2018

Somos una ola que no para de crecer

El movimiento de mujeres

El movimiento de mujeres ha adquirido un protagonismo importante en la escena política del país, es un movimiento autónomo, pluralista, politizado, solidario con las luchas obreras y populares que cuenta con la simpatía de muchos sectores de la sociedad.

La historia del movimiento de mujeres de Argentina no es nueva. En un largo proceso se han construido multisectoriales, redes, campañas por el aborto legal seguro y gratuito con la consigna “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”; contra la trata y la explotación sexual de mujeres, niñas y niños con el lema “Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución”; exigiendo la declaración de emergencia en violencia hacia la mujer, igual salario por igual trabajo, entre otros reclamos.
La mujeres, como parte del conjunto de nuestro pueblo, llevamos en nuestra memoria, enormes jornadas históricas como el Cordobazo del ‘69, la gran huelga obrera de El Chocón, la pueblada del Cutralcazo del ‘96 y el Argentinazo del 2001, entre otras grandes luchas que recorren nuestra historia, y hasta se manifestó en los duros años de la dictadura corporizadas en las Madres de Plaza de Mayo con sus rondas en la plaza exigiendo la aparición con vida de sus hijas e hijos.
Desde hace 33 años realizamos los Encuentros Nacionales de Mujeres. Una instancia única en el mundo; horizontal, autónoma, autoconvocada, plural, autosostenida, democrática y federal. No hay experiencias similares en otros países, por su masividad, su funcionamiento horizontal, democrático y su continuidad.

Un profundo cambio cultural
Centralmente el reclamo que desencadena estas grandes luchas es la violencia hacia las mujeres y los femicidios, entre otros.
Donde hay una mujer violentada hay un varón violento, una familia involucrada, un grupo social que expresa su hartazgo, un Estado que mira para otro lado, que responde a otros intereses. En cada mujer violentada se pone al descubierto esta estructura de opresión y desigualdad.
La opresión y la violencia hacia las mujeres no es únicamente “un problema de las mujeres”, es un profundo problema social que nos involucra a todas y todos. Es político, responde a nuestros derechos como parte del pueblo. No se trata de problemas del ámbito privado, de lo “doméstico” y por lo tanto subordinado es un problema social y esencialmente político, así se expresa en las calles.
Las mujeres hemos dado un salto muy importante, estamos desbordando los márgenes del corralito de lo doméstico, lo íntimo y privado, de los problemas “específicos”, politizamos nuestra sexualidad, la maternidad, los cuidados y crianza de nuestros hijos e hijas. Estamos transitando un profundo cambio cultural que no sólo nos libera a las mujeres, sino a la sociedad toda.
Cambio cultural que se expresa cotidianamente, en especial de la mano de las jóvenes, si no, veamos lo ocurrido esta semana en un colegio secundario de Villa Urquiza, ante el llamado de atención, de parte de la directora, a una alumna que no llevaba puesto el corpiño. Inmediatamente la respuesta no se hizo esperar con la consigna “El corpiño no define que tan buena alumna soy”. Ganaron los medios, se sumaron estudiantes de otros colegios y manifestaron frente al Ministerio de Educación con un “corpiñazo”. Este accionar era impensado hace pocos años atrás.
Así como nosotras analizamos y nos preguntamos ¿hacia dónde va este impresionante movimiento? ¿Qué desemboque tendrá?, las clases dominantes toman nota de lo que se expresa en este proceso, que no para de crecer y trabajan para sectorizarnos, aislarnos del resto del pueblo.
Le arrancamos a Macri el tratamiento de la ley de legalización del aborto en el Congreso Nacional; él dobló la apuesta y anunció la presentación de un proyecto de ley que garantice “igual salario por igual trabajo”. Cabe que nos preguntemos: ¿le rebajará el salario a nuestros compañeros varones? Respondemos que lo que debe hacer el presidente es garantizar la plena vigencia de las leyes, decretos y convenios internacionales, debe ocuparse de que las cumplan sus amigos empresarios; ya en el año 1951 la Organización Internacional de Trabajo (OIT) sostenía “igual remuneración por mano de obra masculina y femenina, sin discriminación por sexo”, el artículo 41 de la Constitución Nacional dice: “igual remuneración por igual tarea”, el Decreto Nacional 254/98 establece un “Plan para la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres” y la Ley de Contrato de Trabajo en el Art. 172 inc. 2 dice “igual retribución por un trabajo de igual valor”.
El movimiento de mujeres de la Argentina se ubica a la vanguardia de las luchas populares, nos movilizamos y hacemos temblar cada ciudad y cada pueblo a lo largo y ancho del país, somos una ola que no para de crecer y que se profundiza en el tiempo. Las mujeres tenemos que crear consensos muy amplios, contamos con la simpatía de muchos sectores de la sociedad, es un gran desafío el que tenemos por delante, para que esta lucha que es social y política pueda triunfar en un desemboque nacional y popular.

Derecho a la interrupción voluntaria del embarazo
Hoy la interrupción voluntaria del embarazo, producto de nuestra lucha y nuestra persistencia en las calles, se ha transformado en un debate nacional. Sostenemos que no es un tema de creencias personales, ni religiosas, es un problema político, de salud pública y de derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.
El debate sobre la legalización del aborto se ha instalado en el Congreso Nacional. Debemos tener en cuenta que la ley que sanciona el aborto como delito, que centralmente penaliza a las mujeres y profesionales de la salud que se atreven a ayudar a las mujeres ante la situación de un embarazo no deseado, es una ley que, en sus casi 90 años de vigencia, muy poco impacto ha tenido.
Es una ley que arroja a las mujeres a la clandestinidad de la práctica del aborto, con las consecuencias que ya conocemos sobre los riesgos de devastación a su salud sexual y reproductiva y el peligro de perder su vida, en especial las mujeres de los sectores populares que mueren por abortos mal practicados.
Sostenemos que el debate sobre si estamos de acuerdo o no con el aborto, es un debate que nos plantea cuestiones muy profundas que hacen a creencias milenarias de mujeres y varones. Para la religión católica y otros credos religiosos el aborto es considerado pecado, respetamos esta decisión, no opinamos sobre si es correcta o no. Lo que sí exigimos las mujeres, desde hace ya muchos años, es que la interrupción voluntaria del embarazo deje de ser un delito.

La situación en Neuquén
Las neuquinas también estamos atravesadas por este debate, que ha ganado las calles de nuestra ciudad, tenemos voces que ya han expresado su posición a favor de la legalización en el Congreso Nacional y el Sindicato de los Profesionales de la Salud de Neuquén ha expresado públicamente su adhesión a la legalización del aborto, organizaciones gremiales y sociales han iniciado campañas de junta de firmas a favor de la legalización.
También tenemos las neuquinas las voces que expresan en contra de la legalización, pretenden que esta legislación que ya ha demostrado no ser eficaz siga vigente. La señora subsecretaria de Salud Pública de la provincia de Neuquén en una entrevista radial manifestó que en nuestra provincia no se registran muertes de mujeres post aborto y que llevará al Congreso su posición personal que definió, fiel a su creencia religiosa, como “pro vida”. Esta señora no tiene en cuenta que es funcionaria de un Estado laico, que va a exponer al Congreso por su condición de funcionaria pública.
Ella puede consultar con su pastor todo lo que quiera, pero la legalización del aborto es un problema político, de salud pública como tal debe tratarlo y dar respuestas desde la ciencia médica y la política de salud. Además, si en Neuquén no mueren mujeres por abortos es porque nosotras nos ayudamos entre nosotras, como todo el mundo lo sabe. Las organizaciones de mujeres le estamos haciendo el trabajo a Salud ¿Por qué lo hacemos? Porque a nosotras sí nos interesa la vida, por eso nos ocupamos de lo que su Secretaria no se ocupa.
Seguiremos con este gran desafío de lograr la legalización del aborto, es un tema que concita apasionados debates, un tema de una importancia social extraordinaria para toda la sociedad argentina.

 

Hoy N° 1715 03/05/2018