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22 de agosto de 2012

Del Nº 18 de Cuadernos de difusión del marxismo leninismo maoísmo: Zetkin/Lenin, “El movimiento de mujeres”, extractamos este texto.

El movimiento de mujeres

Hoy 1433 / La opinión de Lenin escrita por Clara Zetkin

Podemos sentirnos legítimamente orgullosos de tener dentro del partido, dentro de la Internacional Comunista una “elite” de mujeres revolucionarias. Pero esto no es decisivo. De lo que se trata es de ganar para nuestra causa a los millones de mujeres trabajadoras de la ciudad y del campo. Para nuestras luchas, y muy especialmente para la transformación comunista de la sociedad. Sin atraer a la mujer, no conseguiremos un verdadero movimiento de masas.

Podemos sentirnos legítimamente orgullosos de tener dentro del partido, dentro de la Internacional Comunista una “elite” de mujeres revolucionarias. Pero esto no es decisivo. De lo que se trata es de ganar para nuestra causa a los millones de mujeres trabajadoras de la ciudad y del campo. Para nuestras luchas, y muy especialmente para la transformación comunista de la sociedad. Sin atraer a la mujer, no conseguiremos un verdadero movimiento de masas.


“De nuestro punto de vista ideológico se deriva el criterio de organización. Nada de organizaciones especiales de mujeres comunistas. La que sea comunista, tiene su puesto en el partido, lo mismo que el hombre. Con los derechos y deberes comunistas. Acerca de esto, no puede haber discrepancias. Sin embargo, hay que reconocer un hecho. El partido debe poseer órganos, grupos de trabajo, comisiones, comités, secciones, o como quieran llamarse, cuya misión especial sea despertar a las grandes masas femeninas, ponerlas en contacto con el partido y mantenerlas de un modo constante bajo su influencia. Para esto, es necesario, naturalmente, que laboremos de una manera sistemática entre esas masas femeninas, que disciplinemos a las mujeres más despiertas y las reclutemos y pertrechemos para las luchas proletarias de clase bajo la dirección del partido comunista. Y al decir esto, no pienso solamente en las proletarias, las que trabajan en la fábrica o las que atienden al fogón. Pienso también en las campesinas humildes, en las pequeñas burguesas de los diversos sectores sociales. También ellas son víctimas del capitalismo, y desde la guerra más que nunca. La psicología apolítica, asocial, rezagada de estas masas femeninas; su círculo aislado de acción, el corte todo de su vida son hechos que sería necio, absolutamente necio desdeñar. Para trabajar en este campo, necesitamos órganos especiales de trabajo, métodos de agitación y formas de organización especiales. Y esto no es feminismo: es eficiencia práctica, revolucionaria”.