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18 de octubre de 2017

Además de la retórica militarista entre el presidente norteamericano Donald Trump y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, varias piezas se están moviendo en los últimos días en el agitado tablero internacional.

“El mundo de hoy está lejos de ser pacífico”

Panorama internacional

“El mundo de hoy está lejos de ser pacífico”, afirmó el embajador de China en Gran Bretaña Liu Xiaoming, mientras dos fragatas de guerra de la 26ª Fuerza de Tarea de la Armada china atracaban por primera vez en Londres.

“El mundo de hoy está lejos de ser pacífico”, afirmó el embajador de China en Gran Bretaña Liu Xiaoming, mientras dos fragatas de guerra de la 26ª Fuerza de Tarea de la Armada china atracaban por primera vez en Londres.
Esta sugerente afirmación del funcionario chino es sólo una de las expresiones de las nuevas rondas de “danzas con lobos” que están protagonizando las principales potencias imperialistas, en este mundo que se carga cada vez más de nubes de guerra.
Además de la retórica militarista entre el presidente norteamericano Donald Trump y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, varias piezas se están moviendo en los últimos días en el agitado tablero internacional. 
Estamos presenciando escenas que difícilmente podríamos haber concebido hace pocos años. No sólo buques de guerra chinos visitan oficialmente la capital de Gran Bretaña, sino que ésta potencia, dando nuevos pasos en su política “pos Brexit” por fuera de la Unión Europea, promete reforzar los lazos militares con la potencia asiática, tal lo afirmado por el contralmirante Alex Burton de la Royal Navy.
Esta visita militar china ocurrió pocos días antes de la inauguración del 19º Congreso Nacional del PCCh, que comenzará en Beijing el 18 de octubre, al salir esta edición a la calle. Será sin duda uno de los acontecimientos políticos más importantes del año, no sólo en China, ya que el Congreso se reúne cada cinco años, y todo indica que se fortalecerá la dirección en la potencia imperialista de la jefatura del actual presidente y secretario general del PCCh, Xi Jinping.
Al mismo tiempo, la Rusia de Putin recibió la visita, a principios de mes, de una importante delegación de gobierno y empresarios de Arabia Saudita, encabezados por el rey Salmán bin Abdulaziz al Saúd. Es la primera vez en la historia que un mandatario saudí pisa tierras rusas. Los árabes firmaron en Moscú un acuerdo para la adquisición de sistemas de defensa S-400, así como sistemas defensivos antimisiles, y lanzadoras de cohetes. Esto es toda una novedad, más si tenemos en cuenta que hace pocos meses los sauditas hicieron un contrato por miles de millones de dólares en armamento, con los Estados Unidos. El propio canciller saudita Adel al-Jubeir, expresó que “nuevos horizontes se han abierto en las relaciones ruso-sauditas” que él no llegó a imaginar.
Y para completar el panorama inmediato, mientras entra en una impasse el proceso independentista en Cataluña, debemos mencionar la extensa gira que realizará el capomafia yanqui Trump, quien a principios de noviembre visitará China, Japón y Sudcorea, entre otros países del noreste y sudeste asiáticos. 
Más allá de los gestos diplomáticos, aunque viendo las actuaciones de Trump no podemos esperar demasiado en este sentido, la gira yanqui por Asia mostrará de manera evidente hacia dónde va la política internacional del imperialismo yanqui. 
Que las discusiones sobre esto crecen de tono entre las clases dominantes yanquis se pudo ver en estos días, cuando trascendió que el secretario de Estado Rex Tillerson tildó de “tarado” a Trump. Otro síntoma de estos debates fueron las declaraciones, a fines de septiembre, del general Joseph Dunford, jefe de las fuerzas conjuntas del ejército de EU, quien afirmó en una audiencia en el Senado que “China es la principal amenaza a la seguridad de EU y su más significativo desafío militar en el largo plazo”. El veterano Henry Kissinger, muy influyente aún a sus 94 años, abogó en una reciente conferencia por fortalecer las relaciones económicas entre EEUU y China “para evitar la Tercera Guerra Mundial y la destrucción total”.
Estos últimos hechos confirman cómo el eje de la política mundial se ha desplazado al Pacífico, y permitirán tener más precisiones sobre cuál será el próximo paso en esta “guerra mundial por etapas”, al decir del Papa Francisco.
Las fuerzas revolucionarias, clasistas y antiimperialistas, debemos apoyar las luchas de los pueblos, y denunciar con firmeza los preparativos de una nueva confrontación interimperialista que sólo traerá sufrimiento a los pueblos del mundo.