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02 de octubre de 2010

“¡Salud tiempo en que nuestro silencio será más poderoso que las voces de los que hoy nos sofocan con la muerte!” Albert Spies, frente a la horca.

El origen del 1º de Mayo

Hoy 1214 / Dia internacional de los trabajadores

En 1886, la American Federation of Labor de Estados Unidos había lanzado un llamamiento a la huelga en la lucha por la jornada laboral de 8 horas que se venía llevando adelante. El 1° de mayo, en Chicago se desarrollaba una manifestación. Una bomba explota en medio de las fuerzas policiales, es la excusa para que se abra fuego sobre la multitud de obreros. Al final, varios dirigentes reconocidos son arrestados y acusados por la policía, bajo las órdenes del procurador del Estado de “hacer las redadas primero y consultar las leyes después”.
Ocho trabajadores fueron juzgados por complicidad de asesinato de los policías muertos. No hubo ninguna pretensión de que ninguno de los acusados hubiese cometido ni planeado el bombazo. Por el contrario, se instruyó al jurado diciendo que “La ley está siendo juzgada. La anarquía está siendo juzgada. Estos hombres han sido seleccionados por el Gran Jurado, e inculpados por ser líderes. No son más culpables que los miles de sus seguidores. Señores del jurado; hállenlos culpables, hagan un ejemplo de ellos, cuélguenlos y salven nuestras instituciones, nuestra sociedad” (demás está decir que esos “señores del jurado” no eran otra cosa que hombres de negocios de la época, un pariente de uno de los policías muertos y demás “ciudadanos imparciales”).
Como no podía ser de otra manera para la justicia burguesa, los 8 acusados fueron hallados culpables. Siete de ellos sentenciados a muerte, uno a 15 años de cárcel.

Una jornada internacional
La Segunda Internacional, reunida en París en 1889, declara el 1° de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores, en homenaje a los 5 obreros ejecutados el 11 de noviembre de 1887.
La clase obrera de nuestro país no estaba ajena a esas luchas de fin de siglo por la reducción de la jornada laboral, la “lucha sagrada por las ocho horas”, como la llamaban los obreros anarquistas y socialistas. El club alemán Vorwarts convocó en 1890 a todos los gremios obreros a celebrar ese 1º de Mayo como fiesta universal de todos los trabajadores. Había dirigentes de la Sociedad Cosmopolita de Oficiales Sombrereros, Tipógrafos Alemanes, Sociedad Figli del Vesubio, Sociedad Scandinavian Norden, Círcolo Reppublicano Campanella, Sociedad de los Países Bajos, Unione e Fratellanza, Societé de Mutuo Socorso de Chivilcoy, entre otros. En el documento que se firmó allí podía leerse como primer punto: jornada de ocho horas para todos. Fueron los obreros yeseros –aquellos que hacían los cielorrasos y sus molduras– los primeros en obtener la jornada, en 1895. Un año más tarde la lograron los pintores y los constructores de carruajes.

Día de recordación y de lucha
La clase obrera de todos los países del mundo se pone de pie cada 1° de Mayo. Nunca imaginaron aquellos “señores” la certeza de las palabras de Albert Spies, que el odio de clase que masticamos fue creciendo y organizándose. No pudieron evitar que grandes revoluciones proletarias conmovieran al mundo en pocos años, garantizando por primera vez el trabajo, la comida, la educación para millones y millones de seres humanos.
Insistían e insisten en que sólo hay un sistema posible, y a pesar de sus embestidas, sus teóricos y sus aparatos represivos, la clase obrera de cada país, la clase obrera de nuestro país ha parido en la lucha partidos que no han traicionado, que se desarrollan y fortalecen en cada combate y que lograrán barrer, más temprano que tarde, este sistema de opresión.