Noticias

11 de noviembre de 2010


El Partido

Documentos del PCR / tomo 6

En nues­tro país ha sido la falta de un par­ti­do mar­xis­ta-leni­nis­ta de van­guar­dia, con arrai­go de masas y con­so­li­da­do ideo­ló­gi­ca, polí­ti­ca y orgá­ni­ca­men­te, lo que impi­dió al pro­le­ta­ria­do argen­ti­no lle­var al triun­fo la revo­lu­ción agra­ria y anti­im­pe­ria­lis­ta y abrir así el cami­no al socia­lis­mo, en los momen­tos de auge revo­lu­cio­na­rio en 1918-19, en 1945-46 y en 1969-70.
Hoy exis­te el Partido Comunista Revolucionario, maoís­ta (que es la exi­gen­cia con­tem­po­rá­nea para ser mar­xis­ta-leni­nis­ta), for­ja­do en más de 20 años de lucha dura y difí­cil.
El Partido Comunista Revolucionario de la Argentina es el par­ti­do revo­lu­cio­na­rio del pro­le­ta­ria­do, la forma supe­rior de su orga­ni­za­ción de clase. Se basa en el pro­le­ta­ria­do indus­trial y su teo­ría es el mar­xis­mo-leni­nis­mo-maoís­mo. Y es inter­na­cio­na­lis­ta, por­que es el par­ti­do de van­guar­dia en la Argentina de una clase –el pro­le­ta­ria­do– que es inter­na­cio­nal.
La defen­sa y la prác­ti­ca de un méto­do mar­xis­ta-leni­nis­ta –que impli­ca el cen­tra­lis­mo demo­crá­ti­co–, la crí­ti­ca y la auto­crí­ti­ca y la lucha ideo­ló­gi­ca acti­va que per­mi­ta que el par­ti­do sea un orga­nis­mo vivo, que no se buro­cra­ti­ce y no dege­ne­re.
Es impo­si­ble la exis­ten­cia de un movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio sin un par­ti­do revo­lu­cio­na­rio que lo diri­ja, y es impo­si­ble alcan­zar el comu­nis­mo sin un movi­mien­to comu­nis­ta de masas, lo que pre­su­po­ne un par­ti­do autén­ti­ca­men­te comu­nis­ta que sea fer­men­to revo­lu­cio­na­rio y guía de ese movi­mien­to comu­nis­ta.
Están dadas las con­di­cio­nes, obje­ti­vas y sub­je­ti­vas, para trans­for­mar al PCR en el par­ti­do que nece­si­ta la clase obre­ra argen­ti­na. Transformarlo en un par­ti­do orga­ni­za­do en todo el país, un par­ti­do revo­lu­cio­na­rio, con un amplio carác­ter de masas, vin­cu­la­do a éstas por millo­nes de lazos; y apo­ya­do por las masas explo­ta­das y opri­mi­das por haber éstas com­pro­ba­do, a tra­vés de una prác­ti­ca pro­lon­ga­da, que es su par­ti­do de van­guar­dia.