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20 de marzo de 2024

Extractos de un discurso de Otto Vargas (nota 3)

El PCR se quedó para luchar contra la dictadura

Este mes se conmemoran 48 años del golpe de Estado que inauguró la dictadura genocida que asoló nuestra patria entre 1976 y 1983. En este número finalizamos una serie de notas con extractos de la exposición hecha por nuestro querido primer secretario general del PCR, Otto Vargas, en un acto realizado en CABA el 16 de marzo de 2006.

¿Quiénes empujaron el golpe?

Al mismo tiempo estaba la disputa interimperialista entre yanquis y rusos. Los prosoviéticos trabajaron para el golpe institucional; lo hicieron porque tenían mucha fuerza en el movimiento popular, producto de un trabajo de muchos años; mientras que los yanquis eran muy débiles en el movimiento popular.

Trabajaron para el golpe institucional, pero los yanquis los fueron apretando. Es cuando Capellini da el golpe en diciembre de 1975. Los soviéticos tuvieron que aceptar también que no tenían otro camino que el del golpe militar abierto, para dirimir la disputa con los yanquis. Y por esa razón se fue al golpe…

Los soviéticos eran hegemónicos en la Argentina desde 1971, cuando el general Lanusse, apoyándose en el Cordobazo, que hirió de muerte a Onganía, llega a comandante en jefe del Ejército…

Perón tuvo que optar –por la edad que tenía, y ya muy enfermo- entre ceder la candidatura a presidente y obtener el derecho a retornar, o ser candidato presidencial y que le vetaran la fórmula. Y optó por la fórmula Cámpora-Solano Lima, y después volvió.

Claro, cuando triunfó la fórmula Cámpora-Solano Lima y asumió el gobierno el 25 de mayo del ’73, ese movimiento de masas poderosísimo que existía en la Argentina desbordó por todos lados. Y hay un editorial del diario La Prensa, donde ese que era el más gorila de los diarios argentinos le ruega al general Perón que tome la presidencia de la nación, y que desplace a Cámpora….

 

El PCR se quedó para luchar contra la dictadura

Nosotros nos quedamos aquí: decidimos hacerlo. Esa fue otra discusión. Nuestros compañeros presos no ejercieron el derecho de opción a salir del país. A Horacio Ciafardini, para que ejerciera el derecho de opción, le ofrecieron trabajo en algunas de las más renombradas universidades de Europa; y él no aceptó, y se quedó preso hasta el final de la dictadura, en condiciones que después iban a provocarle la muerte. Nosotros nos quedamos y luchamos junto a nuestro pueblo.

Porque acá hubo muchas luchas. Lucharon los ferroviarios, los de Ford, los del Smata. Hubo la gran lucha de Luz y Fuerza, una lucha heroica donde secuestraron al dirigente Oscar Smith. Luchas como las de los obreros de Peugeot, durante 23 días; donde fue el ejército, y 4.000 obreros se sentaron en la fábrica; el ejército disparó al aire, los obreros no se movieron, y les tuvieron que aflojar. Y estuvo la huelga larga de la carne en el frigorífico de Berisso, en 1979, que duró 32 días, donde participaron activamente compañeros de nuestro Partido. Y pocos días antes del desembarco en Malvinas, el 30 de abril, hubo esa marcha donde mataron al obrero Flores.

Acá se luchó, y en primer lugar las Madres de Plaza de Mayo. Y con ellas, desde el primer día estuvieron las compañeras de nuestro Partido, en todas las rondas de las Madres, en Buenos Aires y en todo el país. También hubo luchas agrarias importantes.

Estuvo la lucha para impedir la guerra del Beagle, donde nosotros jugamos un papel muy activo, aliados –digamos así- con el Vaticano, cuando vino el cardenal Samoré (atrás estarían los yanquis, me imagino), cuando la dictadura llevaba a la Argentina a una guerra fratricida contra Chile…

Después vino la lucha de Malvinas. La heroica guerra de Malvinas. Es difícil entender lo que pasó en Malvinas y lo que pasó después sin entender lo que estuvimos viendo. La dictadura decía ser “occidental y cristiana”, pero en los foros internacionales la defendían la Unión Soviética y Cuba, y la atacaban los yanquis. La dictadura nos ilegalizó a nosotros y a otras organizaciones revolucionarias, pero le dejó funcionar los locales al Partido Comunista…

Eso no quiere decir que no cayeron muchos militantes comunistas; porque esta era una dictadura “overa”: si estabas en Córdoba, gobernaba el general Menéndez, y él ponía en el blanco a quienes quería poner. Y entonces, muchos militantes comunistas cayeron, y son mártires también de la lucha antidictatorial…

La dictadura era “occidental y cristiana”. Pero hete aquí que cuando el Ejército argentino se encuentra por primera vez en el siglo en una guerra en serio, en una guerra contra otro ejército, resulta que es contra Inglaterra apoyada por los Estados Unidos. A muchos oficiales del ejército argentino eso les produjo una «diarrea nerviosa»; pero de ahí nació una corriente nacionalista muy poderosa en la Argentina, en la que había un sector “khadafista” –es decir antiyanqui-, y otro “khomeinista” –o sea antiyanqui y antirruso-…

Nosotros, compañeros, creo que no nos equivocamos cuando apoyamos la guerra de Malvinas. Porque nosotros nos basamos en la experiencia nacional, en los patriotas de Mayo. Ellos ya estaban conspirando contra los españoles cuando los ingleses invadieron; pero ellos no se confundieron de enemigo. Fue cuando Belgrano dijo su famosa frase, de que no iban a cambiar de amo. Y movilizaron al pueblo contra el invasor inglés, y esa movilización –que fue la garantía para expulsar a los piratas ingleses- fue posteriormente la base para el triunfo de la Revolución de Mayo.

 

El ejemplo de nuestros mártires

La dictadura quedó herida de muerte después de Malvinas. Nosotros planteamos que no debía quedar piedra sobre piedra de esa dictadura, pero los acontecimientos siguieron otro rumbo: el peronismo y el radicalismo acordaron con la dictadura y se fue a la salida constitucional.

Nosotros tuvimos muchos mártires –recién se leyeron sus nombres- cuyo ejemplo no debemos olvidar nunca, compañeros. Porque sabemos muy bien cómo se comportaron…

Y también los compañeros humildes, compañeros, no sólo los héroes. Porque el Nueva Hora salió regularmente cada 15 días, y cada 15 días se distribuía en todo el país. Hubo compañeros que cayeron en coma en la tortura porque les preguntaban cuál era el contacto que tenían en Buenos Aires, porque nosotros hasta cobrábamos el periódico, compañeros, y tenían que mandar un giro para pagarlo, porque nosotros no teníamos quien nos sostuviera. Y ese periódico había que imprimirlo; después, en esa Argentina, con las razzias en la calle, había que trasladarlo, hacer los paquetes, distribuirlo. Y no sólo esos compañeros clandestinos: los que estaban en el trabajo legal. Había que organizar, como organizaron las compañeras, la conferencia de prensa en el ’78 durante el Mundial de Fútbol, para las Madres de Plaza de Mayo y para los presos de la dictadura. Tenemos compañeras, que uno las ve y dice: “un ama de casa”, que cada 15 días iban a ver a un dirigente peronista, que tenía un policía en la puerta porque estaba con libertad vigilada, y le llevaban el Nueva Hora en su ropa, y nunca le faltó el Nueva Hora a la dirección del partido peronista.

No solamente los mártires, sino los miles de militantes, esos compañeros por ejemplo que fueron radicados por nuestro Partido en pueblitos… Yo hablaba hace un tiempo con uno y le pregunté: ¿cómo era eso? Y dice: “Bueno, cuando a las 3 de la mañana paraba un coche cerca, te imaginás; todas las noches esperábamos que nos vinieran a levantar”. Fueron muchos los compañeros que resistieron. Por eso digo: acá se resistió, acá se luchó, se enfrentó a la dictadura. Y por eso se derrotó a la dictadura, compañeros.

 

Hoy N° 2003 20/03/2024