Vivimos un momento difícil frente a la intensificación de la labor provocadora, divisionista y conspiradora de los enemigos del pueblo y la patria: los imperialistas, especialmente los yanquis, y la oligarquía terrateniente y grandes capitalistas a ellos asociados.
Vivimos un momento difícil frente a la intensificación de la labor provocadora, divisionista y conspiradora de los enemigos del pueblo y la patria: los imperialistas, especialmente los yanquis, y la oligarquía terrateniente y grandes capitalistas a ellos asociados.
En este marco se desarrolla la lucha del heroico proletariado cordobés por justas reivindicaciones frente a una empresa imperialista que lucra con el trabajo argentino. Estas reivindicaciones (salarios, salubridad) son las de todos los mecánicos y todos los obreros del país, ya que así como un mecánico cordobés no puede mantener a una familia con dos hijos con 190.000 $ promedio de salario mensual, tampoco lo puede hacer un obrero del Gran Buenos Aires.
El ministro Otero –que ni hace cumplir la ley de salubridad– se pone del lado de los patrones monopolistas y del jerarca Rodríguez, quien en 2 meses ni fue a Córdoba; los escucha a ellos y se niega a escuchar al SMATA–Córdoba. Son ellos: la empresa, Otero, Rodríguez, los responsables de los problemas creados, problemas que facilitan la tarea de los que trabajan por la restauración yanqui-oligárquica. Las consecuencias, como en el 55 ó como en Chile, las pagará el pueblo.
El camino de Otero; el camino del “Pacto Social”que condena a los obreros a salarios de hambre, mientras las empresas imperialistas (como IKA-RENAULT) y un puñado de grandes burgueses (como Gelbard) se llenan los bolsillos; el camino de premiar el cierre patronal enviando a la gendarmería y golpeando a los obreros, es un camino de derrota frente al imperialismo. Este camino es el que transita con estas medidas el gobierno de la Sra. María E. Martínez de Perón. Es este camino el que afecta la estabilidad del gobierno y lo lleva al desastre, y no la justa lucha de los obreros mecánicos, gráficos, metalúrgicos de Propulsora, ferroviarios, etc., que exigen salarios acordes con el elevado costo de vida. De persistir en esa actitud la Sra. Presidente cavará la tumba de su gobierno ante el golpe restaurador proyanqui.
Nuestro pueblo tiene la más férrea voluntad de combate para impedir otro 55. Para que así sea, la clase obrera debe ser la columna vertebral y la vanguardia del necesario Frente Único Antiyanqui. Este Frente será capaz de asegurar un gobierno revolucionario de unidad antiyanqui con todas las fuerzas antiyanquis dirigidas por la clase obrera, y la derrota definitiva de nuestros principales enemigos: los yanquis y los sectores a ellos asociados, abriendo así el camino para la definitiva liberación de nuestra patria de todo amo extranjero y para la definitiva liberación de nuestra clase obrera y las masas populares. Esta lucha enfrenta enemigos poderosos, dispuestos a jugarse el todo por sus intereses; así lo demuestra el terror blanco desatado por las bandas proyanquis que estos días han cobrado nuevas víctimas como los obreros y revolucionarios asesinados en La Plata; por eso, para triunfar, el pueblo debe estar sólidamente unido, organizado y armado.
El camino del triunfo pasa por la expropiación de los yanquis y los terratenientes y grandes capitalistas a ellos asociados y la afectación impositiva de las grandes ganancias de los terratenientes y los pulpos monopolistas, principalmente de los monopolistas intermediarios de la comercialización interna y externa, interviniendo y controlando sus actividades. Así podrá enfrentarse exitosamente el desabastecimiento y garantizar aumento de sueldos para los asalariados, precios compensatorios para los campesinos pobres y medios, presupuesto sanitario y educacional, etc. El camino del triunfo pasa por la más amplia y profunda democracia para las masas obreras y populares y para sus organizaciones. Este combate decisivo es parte del que libran los pueblos y naciones oprimidas en todo el mundo contra las dos superpotencias y su política imperialista.
La lucha cordobesa no tiene, como ha declarado insistentemente René Salamanca, otros objetivos que las reivindicaciones de los mecánicos, no tiene otro blanco que la empresa monopolista y es parte de la lucha contra el imperialismo. Distintos sectores burgueses en pugna dentro del gobierno tratan de aprovecharla a su favor, al tiempo que coinciden en golpear a los mecánicos y a su dirección clasista y combativa. En el combate contra el enemigo fundamental son requisitos de triunfo la independencia de clase; la defensa de los intereses de clase del movimiento obrero; la inquebrantable voluntad de lucha; la más amplia unidad y solidaridad en el campo del pueblo. Con esta orientación se ha conducido y se conduce la lucha de los mecánicos cordobeses.
Nuestro Partido llama a la solidaridad combativa con el SMATA-Córdoba y asume plenamente su responsabilidad histórica para servir a los supremos intereses de su clase, de su pueblo y de la Nación.