Noticias

31 de julio de 2020

El peral y el olmo

Martes 21. Reunión AEA-CGT. “Diálogo” y consenso. Con comunicado final y todo. Una de sus conclusiones: “solo con el esfuerzo de todos se podrá iniciar un proceso de recuperación”. Continuando la lectura queda en claro quiénes tendrán que hacer el esfuerzo. Una desfachatada arenga para, una vez más, hacernos pagar en totalidad, el costo de la crisis. Reclaman:

  • una relación inteligente con el Mundo para lo cual cerrar la renegociación por la Deuda a como dé lugar,
  • perseverar en la primarización y las exportaciones,
  • acelerar la precarización laboral,
  • reducir la “presión” impositiva sobre las empresas.

Un verdadero programa en onda Hoy ajuste, en algún porvenir remoto, derrame.

La Asociación Empresaria Argentina (AEA) es la voz del Poder. La escenografía con más la connivencia de la cúpula cegetista buscan crear la imagen de un acuerdo nacional. Por los mismos carriles transcurren las presiones de los sectores dominantes. Aprietes para que vayamos al pie de Black Rock y demás usureros. Y para cajonear iniciativas tales como el impuesto a las grandes fortunas o la expropiación de Vicentin.

La crema del empresariado ya aplica la “modernización” de las relaciones laborales. Nueva normalidad con mayor explotación. Ejemplos:

  • en plena pandemia Mondelez “simplifica” los protocolos sanitarios y empuja, con diversas artimañas, descuentos salariales. Esto en una alimentaria que no estuvo parada un solo día,
  • el teletrabajo,
  • sindicatos a medida tipo Mercado Libre,
  • ruptura lisa y llana del trabajo formal como el cuentapropismo en las App (Pedidos Ya, Glovo y otras),
  • la naturalización de los millones a los que pretenden sacar del mapa.

 

Los cambios

Al inicio de la pandemia abundaron las predicciones de un Mundo mejor. Que, entrábamos a un futuro donde todo lo conocido iría a “cambiar para siempre”. La fórmula perfecta: crisis = oportunidad. Por lo tanto, a semejante gravedad de la crisis, así la magnitud de las oportunidades que sobrevendrían.

Pasaron los meses. Y, a la hora de rendir cuentas sobre dichas “certezas”, éstas han desaparecido de los discursos. Pocos se acuerdan de ellas. Reina, tozuda, la Sra. Realidad.

 

Optimismo mágico

Esos cantos esperanzadores se apoyaban en una falacia. La presunta capacidad de los reaccionarios de autoenmendarse. Con el COVID-19 poniendo en jaque a la humanidad, con la economía global en terapia intensiva, ¿cómo no iban a brotar los mea culpa por semejantes desigualdades e injusticias? Nada de ello ocurrió. Los responsables de los atropellos son duros de conmover. A buscar entonces por otro lado.

Es un sinsentido pedirle buena voluntad al virus. También lo es esperarla de aquellos actores de carne y hueso que nos llevaron a la actual situación. Por tanto a asumirlo: lo que necesitamos que cambie para siempre no lo cambiarán Ellos.

 

Cambiará si lo cambiamos Nosotros

 Pedirle peras al olmo

Clase magistral de Botánica. El peral da peras. El olmo… ni idea. Pero peras NO.

¿Pedirle peras al olmo por la deuda? ¿No suena a ingenuidad reclamar a los usureros consideración o solidaridad dada la espantosa situación que atravesamos? ¿O suponer siquiera que nos escuchan…? Las alimañas incrementan su agresividad cuando olfatean debilidad.

La Deuda de las Naciones dependientes es el negocio mayor de las oligarquías financieras. Es asimismo instrumento central para condicionarnos económica y políticamente. El endeudamiento promovido por el macrismo fue una fiesta obscena para disfrute de prestamistas y amigos del Poder. Otro tanto lo otorgado por el FMI para apuntalar la reelección de Macri. Las masas populares supimos malograrla. Nos sobran razones para investigarla y repudiar su carácter odioso. E identificar nombre por nombre a sus beneficiarios.

La renegociación de los títulos con legislación extranjera es un curso rápido de cómo se manejan los bonistas. Y de cómo debiera actuar nuestra Argentina. El cártel de los Fondos de inversión se propone transformar una deuda incobrable en deuda eterna. Y enredarnos en una amenazante telaraña de recursos ante la Justicia offshore. Es de suponer que en Nueva York existen innumerables juzgados. Pero todos los que querellan a la Argentina saben de antemano que cualquier litigio que impulsen recaerá en el Juzgado que fuera de Thomas Griessa. Toda una “garantía”.

Los “Mercados” no son la voz de los argentinos. Actúan de socios y/o correveidiles de los bonistas. Los buitres se unen y crean masa crítica para fortalecerse. Así nosotros debiéramos pararnos. Desmovilizar al Pueblo, ante una cuestión tan trascendente constituye un grave error. El Gobierno debiera incorporarlo a esta pulseada. Y simultáneamente convocar a todos los países deudores, victimados como nosotros por la usura institucional y conformar un Frente común para enfrentar en conjunto la problemática de la deuda.

 

Cuando decimos todos, ¿a quiénes nos referimos?

Está el campo popular. Está el campo antipopular. Las diferencias entre ambos son irreconciliables.

Si bien son una minoría minimísima, los sectores dominantes detentan un gran Poder. Sus negocios y negociados pisotean los sagrados intereses del Pueblo y la Nación. La angurria está en su esencia. ¿Qué nos une a los imperialismos que trabajan para uncirnos a su yugo (mientras disputan entre ellos por quedarse con la mayor tajada)? ¿Qué a los monopolios, los terratenientes, la Patria financiera, organizaciones la AEA, la Sociedad Rural, la cúpula de la UIA? Respuesta sencilla: NADA.

Cuando decimos todos nos referimos a los trabajadores, a los desocupados, a la inmensa mayoría del campesinado, a las PyMEs, al estudiantado, a los intelectuales. A quienes llegan y a quienes no llegan a fin de mes. E incluso a sectores medios, coyunturalmente influenciados por el enemigo.

Cuando decimos todos pensamos en nosotros. Jamás los incluimos a ellos.

 

Los que sí estuvieron y lo que no…

Los asistentes al acto central por el 9 de Julio precipitaron un debate aún abierto. Entre los invitados figuraban asociados y partícipes necesarios de la actual dependencia al Imperialismo. ¿Quién sabe cómo hubiesen votado Pelegrina (Rural) y Gabbi (Bolsa) de haberse encontrado en 1816 en el Congreso de Tucumán?

No. No era el día y la hora para sentarlos al convite. Su presencia agraviaba el sentido mismo de la celebración. Y tal menosprecio no se hubiese corregido tan solo ampliando las invitaciones a más referentes populares.

La razón de Estado puede justificar dialogar con quien se crea necesario. Los sectores dominantes llevan décadas embrollándolo todo. Cualquier ingenuidad o “distracción” será, a no dudarlo, costosa.

Varias iniciativas del Gobierno han rozado los intereses de Ellos. La reacción ha sido colosal. Ver sino la tormenta desatada alrededor del Impuesto a las fortunas y frente al vaciamiento de Vicentin. “Que es el ataque final a la propiedad privada; que nos cayó encima la dictadura de los infectólogos; que ya somos Venezuela”.

¿Porqué sorprenderse ante estas agresivas campañas? Si son de manual. ¿Desalentarse por alguna caceroleada de capas medias? Nada que no pueda superarse llevando a fondo las razones para tales medidas.

Ya lo decía Juan Carlos Pugliese: “les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”… No hay que pedirle peras al olmo. Siempre contestan con el bolsillo.

 

A falta de Revolución buenas son reformas

La Revolución es hechura de las masas. En algún momento confluyen, lo insoportable de la situación y la voluntad de cambiarlo todo. Se pone a la orden del día la cuestión del Poder.

Los revolucionarios trabajamos día a día para aproximarnos a ese objetivo. Y en función de ello vivimos y actuamos en el duro presente. No somos indiferentes a ningún cambio sustancial que represente una mejora en las condiciones de vida del Pueblo o en el desempeño de la Nación. Muchos Gobiernos han pasado a la historia por sus reformas.

 

Desecar los pantanos

En las zonas endémicas se combatía al paludismo fumigando mosquitos. Inevitablemente, estos regresaban. Recién se logró erradicar la enfermedad cuando desecaron los pantanos. Chau mosquito, chau malaria.

Atravesamos una crisis excepcional. Urge implementar medidas en consonancia. Viejas conocidas que han dado buenos resultados en un pasado no tan lejano. Recuperar para la Nación soberanía en el comercio exterior mediante el monopolio estatal. Otro tanto con los depósitos bancarios. ¿Y qué de la escandalosa concesión a EDESUR cuyo cese reclaman intendentes del conurbano? Y varias otras que supongan crear trabajo genuino y pongan en marcha la economía en beneficio de las mayorías.

Es entendible el antagonismo de la Rural, las cerealeras y la Bolsa a la reconstrucción de la Junta Nacional de Granos. Mientras estos se oponen miles de voces reclaman avanzar en esta dirección. ¿A quiénes privilegiar? Una disyuntiva de hierro.

Lo que impulsan Ellos suele ser una desgracia para la naturaleza y las gentes. La unidad de quienes conformamos el Frente de Todos y nuestra movilización (aún en las difíciles condiciones que nos determina la pandemia) es la condición de posibilidad para un rumbo nacional y popular.

 

Escribe Sebastián Ramírez