1. Petróleo convencional, Petróleo no convencional
Primero hay que decir que tenemos dos industrias: la industria del petróleo convencional, actualmente la más importante en la Argentina y el mundo, y la industria del petróleo y gas no convencional, que incluye la producción de hidrocarburos de las arcillas (“gas de esquisto”, “shale gas”, “shale oil”).
1. Petróleo convencional, Petróleo no convencional
Primero hay que decir que tenemos dos industrias: la industria del petróleo convencional, actualmente la más importante en la Argentina y el mundo, y la industria del petróleo y gas no convencional, que incluye la producción de hidrocarburos de las arcillas (“gas de esquisto”, “shale gas”, “shale oil”).
La primera es la industria que logró producir energía de una manera barata, fácil, y un producto fluido, fácil de transportar.
La segunda es la aplicación de técnicas más complejas para lograr producir petróleo y gas en rocas donde las técnicas simples y convencionales no permiten la extracción de hidrocarburos.
2. La contaminación en la industria de petróleo y gas convencional
La contaminación producida por la industria de petróleo es antigua: fisuras de tubos, fluidos de perforación esparcidos en superficie y en ríos, hidrocarburos y tóxicos infiltrados en las capas freáticas donde la población toma agua, derrames en el mar y muchos otros procesos de contaminación han dejado en las regiones petroleras grandes pasivos ambientales.
La lucha contra este tipo de contaminación ha reducido algunos factores de riesgo que causan contaminación. Se ha desarrollado una importante especialidad en ingeniería ambiental aplicada a petróleo y gas de tal manera que se han definido procedimientos de producción con bajo riesgo ambiental y un conjunto de normas y controles ambientales locales, nacionales e internacionales.
Las luchas contra la contaminación han llevado a que la mayoría de los países petroleros tengan leyes de control ambiental, y a la aparición de procesos judiciales de particulares, asociaciones y estados contra algunas petroleras que han causado daños ambientales. Algunos de los juicios más conocidos recientemente son el del Estado de Ecuador contra Chevron y los juicios contra BP por el derrame en el Golfo. Este contexto de juicios, producto de las luchas de las masas, ha llevado a las petroleras y a las asociaciones de empresas petroleras a establecer procedimientos y controles internos para reducir los riesgos de daños ambientales, especialmente aquellos de contaminación.
Sin embargo los procedimientos y controles de bajo riesgo ambiental son contradictorios con el fin mismo de las compañías petroleras. La ganancia máxima, la producción de gran escala, la corrupción, las coimas, es decir, el fin mismo de la empresa capitalista imperialista conspira con una política de bajo riesgo ambiental. Los controles se “pagan”, los informes de impacto ambiental son realizados por consultores privados y pagados por las petroleras. La presión de directores y gerentes para realizar más rápido y barato las operaciones también conspira y agrega riesgos que muchas veces terminan en accidentes ambientales.
3. La industria de hidrocarburos no convencionales
También llamado gas de esquistos, shale gas, shale oil, esta actividad está basada en una práctica antigua y se ha desarrollado fuer- temente en los EEUU desde la década del ´70, pero su explosión se dio desde el 2007-2008 en adelante, cuando el barril de petróleo subió a 140 dólares.
Esta actividad tiene elementos tomados de la industria de petróleo convencional, como los pozos verticales y horizontales. Y tiene por otro lado grandes diferencias. La principal diferencia es que mientras en la industria convencional el hidrocarburo (gas o petróleo) se extrae de los poros naturales de la roca reservorio, en el petróleo y gas de las arcillas el hidrocarburo se extrae de la “roca madre” roca muy rica en hidrocarburo pero con poros muy pequeños y mal conectados, que requiere de fracturas artificiales para su extracción.
La fracturación de la roca madre se realiza inyectando una mezcla de agua y arenas especiales a alta presión por orificios realizados a través del pozo a la profundidad en que se encuentra la roca rica en hidrocarburos (roca madre: Vaca Muerta en Neuquén).
Esta particularidad en el procedimiento de extracción de hidrocarburo condiciona la economía de la industria no convencional: las producciones de cada pozo son pequeñas, las inversiones en fracturas son grandes, con lo cual para que un yacimiento tenga una producción regular se requiere una gran cantidad de pozos, y una gran infraestructura de equipos que sostenga un régimen de fractura en numerosos pozos.
A esta industria no convencional se le llama a veces “fábrica de petróleo” por su similitud a una fábrica manufacturera, donde se involucra muchos equipos y una planificación de procesos continuos. También este nombre se aplica al proceso de producción, creación de porosidad artificial por fractura (la extracción de petróleo o gas), pasar al pozo vecino a 200 metros e iniciar nuevamente la fractura y los procesos sucesivos.
La economía de estos proyectos está hoy en discusión. Fue rentable en EEUU en el período 2008-2009, cuando el precio del petróleo WTI trepó a 140 dólares por barril, hoy, según algunos analistas, a 90 dólares por barril no es rentable en EEUU.
Pero debido a la potencialidad que tiene esta industria de producir grandes volúmenes en el futuro, las empresas petroleras han definido sus objetivos estratégicos en el shale gas y shale oil, y están volcando grandes inversiones en estos proyectos.
4. La contaminación en los no convencionales
Esta industria tiene los mismos problemas ambientales que tiene la industria convencional pero agravada por dos aspectos:
a) Las fracturas o mega-fracturas que involucra el manejo de grandes cantidades de agua, alta presión, manejo de aguas residuales, químicos, posibles conexiones de acuíferas con capas con hidrocarburos.
b) La gran escala de los proyectos, para tener producciones normales. El mayor número de pozos y fracturas aumenta la extensión de la superficie intervenida por locaciones, caminos, instalaciones de procesos y transporte de líquidos, y por lo tanto el aumento de los riesgos generales de la industria como derrames de líquidos.
5. Vaca Muerta en Argentina
El petróleo y gas presente en la formación Vaca Muerta tiene un gran potencial energético para el futuro de la Argentina, es estratégico para el futuro del pueblo y la nación. Por esta razón es sumamente crítico no entregarlo a las petroleras imperialistas, pues los objetivos estratégicos de las petroleras son antagónicos con los nuestros.
Argentina tiene los elementos principales para desarrollar una producción nacional del petróleo y gas de la formación Vaca Muerta: 1) La cuenca y la formación geológica Vaca Muerta, 2) muchos obreros petroleros con gran experiencia en técnicas modernas, 3) profesionales preparados y con capacidad para capacitarse aún más, 4) tiempo y experiencia para investigar y desarrollar las técnicas y equipos de fractura apropiadas para la formación Vaca Muerta.
Es fundamental para poder utilizar estos elementos para una política nacional, estatizar el 100% de YPF por el gran valor que tienen sus obreros, profesionales, historia, archivos, etc. También las otras petroleras deben ser estatizadas en el 100%, porque la mayoría de ellas están tratando de obtener parte de la entrega de Vaca Muerta.
Solamente con una YPF estatal 100% y con todo el subsuelo recuperado de las petroleras imperialistas, se podría planificar una política estratégica nacional que tenga pasos de experimentación y pruebas técnicas de fracturas y producción en la formación Vaca Muerta u otras equivalentes, donde las futuras cantidades a producir este determinada por las necesidades del pueblo y la nación, que determine y minimice los riesgos ambientales, que las operaciones sean controladas por el pueblo y las comunidades locales para evitar accidentes ambientales.
La estrategia que se están dando las petroleras en Argentina para los hidrocarburos de la formación Vaca Muerta en la cuenca neuquina está en contradicción con una política nacional: tomar concesiones exploratorias en Neuquén, hacer pruebas de pozos y fracturas para analizar la factibilidad de producción, certificar reservas y recursos exploratorios para incidir en la cotización de sus acciones en la bolsa, y en un futuro, cuando el precio del barril permita la explotación con ganancias positivas, hacer inversiones en equipos importados para una explotación en gran escala, y si no hay una gran demanda interna exportar todo lo que se pueda rápidamente.
Esta última etapa sería la consecuencia de la entrega de la Vaca Muerta neuquina a las petroleras, y así perderíamos, entre otras cosas, el control de la producción y la renta petrolera.
Juntamente con la pérdida del control de la producción perdemos el control de riesgo ambiental. Con una YPF estatal y con el control obrero se podrá tener una política energética y de hidrocarburos que minimice los riesgos ambientales al punto requerido por el pueblo.