Las petroleras se quejan por la baja del precio internacional, amenazan con ajustes, anuncian disminución de inversiones pero… nunca dan el costo de producción real en nuestro país, con el cual podríamos medir las pérdidas de que nos hablan.
El descenso del precio internacional
Las petroleras se quejan por la baja del precio internacional, amenazan con ajustes, anuncian disminución de inversiones pero… nunca dan el costo de producción real en nuestro país, con el cual podríamos medir las pérdidas de que nos hablan.
El descenso del precio internacional
El aumento de la oferta de crudo por parte de EEUU, la recesión en Europa y la menor expansión asiática produjeron una baja en los precios internacionales. En síntesis, hay una puja entre las potencias imperialistas y los monopolios petroleros de cada una de ellas, dependiendo de su posición en el mercado. (Ver hoy 1552)
Cuando sube el precio internacional, se nos dice que hay que pagarles más a las petroleras para que inviertan, pero cuando baja se nos dice que hay que pagarle más para que no dejen de invertir. Y Argentina siempre pierde…
Al bajar el petróleo debería reducirse proporcionalmente el precio de las naftas. Pero eso no ocurre en Argentina, donde el consumidor subsidia a los monopolios petroleros. En diciembre de 2014, el nivel que fijó el gobierno para el petróleo que se venda a las destilerías sólo bajó de 84 a 78 dólares el barril mientras que en el resto del mundo cotiza por debajo de los 50 dólares. A costa de esto se acordó un descenso del precio de las naftas de sólo el 5%. En otros países la nafta se ha vuelto mucho más barata.
Kicillof confiscó a YPF alegando (con razón) que la voracidad de las petroleras castigaba al consumidor. Hoy ese consumidor paga una de las naftas más caras del mundo. Se nos dice que, hasta ahora, los monopolios petroleros, al cobrar menos que el precio internacional (que llegó a cotizar 120 dólares en 2014,) habían subsidiado a los consumidores y ahora es al revés, en compensación.
¿Es esto cierto?
¿Cómo funciona esta rapiña
del patrimonio nacional?
En Argentina se producen dos tipos de petróleo: los llamados medanito y escalante.
El crudo medanito es de mayor rendimiento que el escalante y es valorado en las refinerías. Al contrario, el crudo de escalante es mucho más pesado.
Por lo anterior el crudo medanito es el que se usa para el mercado interno mientras que el escalante es exportado. Pero como para el mercado interno el gobierno fija el precio de venta a las destilerías (que, como hemos dicho, es superior al actual precio internacional) las petroleras dedicadas a esto reciben un sobreprecio que no tienen las que exportan. A su vez, Shell, (que no tiene producción propia) compra el petróleo más caro en el mercado interno, se queja por ello y pide importar para abastecer a su refinería. En tanto que, las que exportan, buscan que las subsidien equiparándolas a las que venden en el mercado interno.
Las petroleras exportadoras recibían 67 dólares. Desde enero recibirían 60 dólares (aún superior al actual precio internacional) más un adicional de US$ 3, si elevan la exportación de hidrocarburos. Esto beneficia a Chubut y a Santa Cruz, que comparten la cuenca del Golfo San Jorge de donde sale el crudo escalante. El medanito se produce en una cuenca compartida por Neuquén, Río Negro La Pampa y Mendoza.
Las petroleras integradas, que tienen toda la cadena de producción, como Bridas y la YPF S.A. de Galuccio, se ven ampliamente beneficiadas como productoras y como refinadoras. Si un Estado popular, patriótico y revolucionario tuviera el monopolio total, desde la exploración a la comercialización, esas ganancias beneficiarían al pueblo argentino.
La clave para saber si ganan o pierden los monopolios, y cuánto, es conocer el real costo argentino de producción.
Algunos datos sobre
costos reales
“No creo que la baja del crudo tenga impacto en el corto plazo porque los precios locales son aún inferiores a los internacionales. Además, en las zonas no convencionales todavía se está en una etapa de exploración para establecer cuál es la mejor forma de desarrollar los pozos. En esta etapa, el precio del barril no tiene tanta incidencia”, señaló Daniel Gerold, de G&G Energy Consultants.
Como se ve, un reconocimiento expreso, desde el riñón de las petroleras, de que el costo del petróleo convencional es inferior al precio internacional, aún hoy que éste está en descenso.
Pero: ¿Cuál es el costo de producción del barril en Argentina?
Un dato de interés es que, en 2010 (según el contrato de compra del 50% de Bridas por la estatal china Cnocc), se tasó a 6 dólares y hoy es de 10 dólares, a costa de los turnos de 12, 14, 16 horas de trabajo, del desarraigo, “de la permanencia de 30 días”, de los 3.500 petroleros que están con libreta de desempleo en yacimiento, etc. (Ver hoy 1552). Es decir, muy por debajo del precio internacional que, en 2010, osciló entre US$74 en febrero y US$90 en diciembre. Y en 2014 alcanzó US$108 en junio y US$60 en diciembre.
(www.indexmundi.com/es/
precios-de-mercado)
Hace unos diez años el precio internacional osciló entre US$31 y US$46. Por esa época Repsol producía aquí, según sus balances, a unos US$6 el barril. Y Marcelo Bonelli, hacía llegar el costo nacional a US$12.
El producto es enteramente nacional y parece no haber relación entre costo y precio. Además, los salarios que pagan las petroleras no son de nivel internacional.
En la actualidad algunas fuentes indican, como máximo, un costo de US$20, para el barril, en Argentina.
Todo indica que los monopolios petroleros nunca perdieron y siempre tuvieron superganancias monumentales.
No se deben seguir los precios internacionales (cargados de cuestiones políticas, razones externas y especulaciones) sino los costos internos. Pero entonces, tal vez se descubra que estos son inferiores (y lo fueron mucho más en el pasado reciente) lo que significa (y significó) grandes ganancias para las petroleras.
El “sueño” de Vaca Muerta
La explotación de los yacimientos no convencionales es mucho más cara que la de los convencionales. Se dice que el costo de un pozo para el shale es tres o cuatro veces más que el de uno convencional.
De acuerdo a muchos expertos, vinculados a las petroleras privadas, el impacto de la baja del crudo sobre las inversiones locales es limitado por dos motivos: porque los proyectos son de largo plazo y porque el precio local del barril está controlado por el gobierno, lo que lo distancia del valor internacional (siempre, de una forma o de otra, a favor de las petroleras).
De todas maneras Vaca Muerta es parte del proyecto de una Argentina primarizada y dependiente. Y, a más de los impactos ambientales a considerar, consiste en el sueño de convertirnos en un exportador de petróleo crudo. En América, parafraseando a Eduardo Galeano, primero fue el oro y la plata y siguió el azúcar, el tabaco, el guano, el salitre, el cobre, el estaño, el caucho, el cacao, la banana, el café, el petróleo y la soja. Ahora es el shale…
Autoabastecimiento, diversificación energética
y desarrollo petroquímico independiente
A fines del siglo 19, el químico Mendeleiev se oponía a que el petróleo se usara como combustible. Como industrialista, pensaba en la petroquímica, ya que decía: “producir calor, se puede hacer hasta quemando dinero”. Mientras tanto hoy Argentina produce casi el 90% de su energía en base a hidrocarburos, sin diversificar con fuentes renovables, como postulaba Mosconi, y careciendo de una petroquímica y química, pesada y liviana, con control independiente de toda la cadena.
Más allá de su importancia estratégica para la defensa nacional, de la petroquímica derivan varias decenas de miles de productos de uso cotidiano, fundamentales para nuestra soberanía.
El costo real de producción argentino es una clave a investigar. La inexistencia de un desarrollo petroquímico integrado y del monopolio estatal de toda la cadena de producción petrolera, del subsuelo al surtidor, muestra la verdadera cara de un proyecto de dependencia y entrega.