Tras el cachetazo electoral de agosto, y previendo la pérdida de su mayoría automática en el Congreso después de las elecciones de octubre, sin dar tiempo a que se discuta, el gobierno kirchnerista apresura la sanción del presupuesto para 2014, con la cláusula que autoriza al jefe de Gabinete a cambiar a su arbitrio el destino de los fondos presupuestados.
Tras el cachetazo electoral de agosto, y previendo la pérdida de su mayoría automática en el Congreso después de las elecciones de octubre, sin dar tiempo a que se discuta, el gobierno kirchnerista apresura la sanción del presupuesto para 2014, con la cláusula que autoriza al jefe de Gabinete a cambiar a su arbitrio el destino de los fondos presupuestados.
Además, curándose en salud hasta 2015, apresura la sanción de la prórroga por dos años más de la ley emergencia económica, que viene desde 2001, que delega al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias en materia cambiaria, bancaria y financiera, como también a la hora de renegociar contratos de servicios públicos.
El tercer componente del paquete económico que pretende imponer en Diputados consiste en la prórroga hasta diciembre de 2015 de una serie de impuestos que vencen a fin de año, entre ellos la tasa a los débitos y créditos bancarios, más conocida como el impuesto al cheque; el régimen de monotributo y el adicional sobre el precio de los cigarrillos. Con esta prórroga pretende asegurarse una recaudación de 55.000 millones de pesos anuales, sin modificar la coparticipación de las provincias, que en el caso del impuesto al cheque mantiene en sólo un 15%.
Los lineamientos
del Presupuesto
La iniciativa oficial proyecta para 2014 una inflación de apenas 10,4% por ciento. Un porcentaje que está muy lejos de la realidad actual de más de 25%, que el gobierno nacional trata de ocultar mediante el falseamiento del índice de precios que mide el Indec. Y que tampoco se condice con la política monetaria expansiva que practica el gobierno desde hace varios años para financiar su creciente déficit fiscal.
Contradictoriamente con la tasa de inflación prevista, el proyecto prevé un incremento de los ingresos tributarios del orden del 25,5%, lo que implica que el gobierno piensa seguir con su política inflacionaria. Esto contrastado con un crecimiento nominal del gasto primario que se presupuesta en un 15,6% de aumento, indicaría la intención de un ajuste de más de 10% a través de la inflación, con el agravante de que dentro de dicho gasto lo presupuestado para intereses de la deuda pública se proyecta en un 73,2% de aumento.
Para que le cierren las cuentas, el Poder Ejecutivo ha elevado su proyección de la tasa de crecimiento del PBI al 6,2% para 1914, muy por encima de la ya inflada tasa de 2013, para alegría de los usureros que así podrán volver a hacerse con el Cupón PBI de otros 5.000 millones de dólares en 2015, si es que quedan reservas para entonces. Pues para 2014 el gobierno prevé casi 10.000 millones de dólares para el llamado “Fondo de desendeudamiento”, los cuales saldrán de las reservas del Banco Central. Ni más ni menos que el 28% por ciento, del monto bruto de reservas ya reducido a 35.000 millones de dólares, con cepo cambiario y todo. Esa utilización de las reservas para el pago de la deuda pública y el financiamiento del también creciente déficit energético, a cambio de letras intransferibles por diez años que suman ya 37.447 millones de dólares, habla a las claras del deterioro de la situación patrimonial de la entidad monetaria del país.
Para que se tenga una idea de cuales son las prioridades del gobierno kirchnerista, indicamos en el cuadro adjunto algunas áreas clave que muestran una fuerte caída en su presupuesto, en relación a la inflación real.
