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15 de mayo de 2019

La ciudad en manos del pueblo

El primer Rosariazo

Durante los días 16 al 23 de mayo de 1969, Rosario asistió a una eclosión, primero estudiantil y luego popular, de una magnitud y profundidad como jamás se había conocido anteriormente. 

El Rosariazo conmovió los cimientos del conjunto de la sociedad. Nada sería igual después de esta pueblada.
La Revista Boom de Rosario lo describió así: “Iniciados por los estudiantes que contaron con el apoyo de toda la población, los sucesivos enfrentamientos con las fuerzas represivas alcanzaron por momentos las características de una verdadera guerra comunitaria por el poder”.

Los antecedentes

Durante el año 1968 había comenzado la reanimación de las luchas de los estudiantes. Que hasta ese momento eran dirigidos por la Federación Universitaria del Litoral, con mayoría del Faudi, organización universitaria dirigida por el naciente Partido Comunista Revolucionario. Pero que ya debía unir la lucha, a través de distintas coordinadoras, con organizaciones integradas por sectores peronistas y socialcristianos con un gran crecimiento.

Un hito había sido la conmemoración de los 50 años de la Reforma Universitaria, con un paro estudiantil muy masivo y la organización de una manifestación, rápidamente prohibida por la intervención militar. Causó un gran impacto que un juez progresista, el Dr. Gardella, la autorizara con un dictamen expreso. La marcha se inició, fueron reprimidos y golpeados los estudiantes, el público en general y el propio juez Gardella, presente para garantizarla.

Los conflictos parciales y la fundación de la CGT de los Argentinos, también reanimaron la lucha obrera. Por ejemplo, el Congreso de Delegados de la UOM de Rosario programa a fines de abril medidas de acción contra despidos y suspensiones. El rebrote inflacionario exacerba los ánimos.

Los barrios fueron castigados por grandes inundaciones.

Un movimiento muy intenso recorría la Iglesia Católica. A fin de de 1968 un tercio de los curas de Rosario repudiaban la complicidad del Obispo Bolatti con la dictadura. Muchos son expulsados. En defensa de un cura desplazado, se produce un levantamiento popular en Cañada de Gómez, en julio de 1969. Pero no fue fácil prever un estallido a gran escala, ya que predominaban las opiniones “reflujistas” de la mayoría de las organizaciones políticas.

La “pólvora reseca bajo los pies de la dictadura”, que pregonábamos no parecía prender fuego.

 

El estallido y la muerte de Bello 

Sin embargo, hacia la noche del 15 de mayo, comienzan a llegar las noticias sobre el asesinato de Juan José Cabral en la ciudad de Corrientes. Y se amplifican, despertando un odio inusitado en las pensiones, las facultades y en el gran centro de debate estudiantil: el Comedor Universitario.

El viernes 16 se realizan asambleas estudiantiles en todas las facultades y manifestaciones de repudio.

El sábado 17 los estudiantes ganan masivamente la calle. A las 12 hs., una manifestación arranca en el comedor universitario, sito en la calle Corrientes entre Córdoba y Santa Fe al grito de “acción, acción, por la liberación”. Al llegar a la calle Córdoba es brutalmente reprimida por la policía, cayendo herido de muerte el estudiante Ramón Bello, baleado dentro de la Galería Melipal, por el oficial Juan Lezcano.

La ciudad entera se conmueve produciéndose múltiples manifestaciones de solidaridad de diversos sectores de la sociedad, así como paros parciales dispuestos por las comisiones internas de varias empresas en repudio a la represión policial.

La ciudad natal de Bello, Las Rosas, fue testigo de una impresionante muestra de dolor y repudio antidictatorial durante su entierro.

El Comité de Lucha Estudiantil convocó a todo el pueblo de Rosario a una marcha popular de protesta (que luego sería llamada la Marcha del silencio) para el miércoles 21 de mayo de 1969. Confluyó en esta convocatoria la CGT de los Argentinos, que dirigía Quagliaro, y contó con la adhesión de entidades profesionales, docentes, vecinales, organizaciones religiosas, empresarias, etc.

Simultáneamente la CGT de los Argentinos y la CGT Azopardo llamaron a un paro general para el 23.

 

La ciudad en manos del pueblo

Los manifestantes debían concentrarse en la plaza 25 de Mayo, para marchar en silencio hasta el local de la CGT, aproximadamente 14 cuadras. La policía provincial desplegó desde muy temprano un gran dispositivo de represión para impedir su realización. Miles de personas, sin embargo, habían tomado la decisión de marchar, y así lo hicieron. Se desató una feroz represión con gases lacrimógenos y cargas de la policía, generalizándose intensos combates callejeros que enfrentaron estos embates. Muchos estudiantes y otros sectores, habían concurrido organizados, preparados para los enfrentamientos y con consignas y controles para actuar rápidamente en caso de detenciones, heridos, etc. Actuaban los Comités de Autodefensa, formados en las Facultades.

Los secundarios juegan un papel combativo tan notorio, que son denominados “las pirañas”. Las luchas habían perdido el carácter de “espontáneas”.

La policía se ve obligada a dispersar sus fuerzas. Las barricadas se levantaron en cada esquina, con elementos sacados de las obras en construcción y entregados por los vecinos. Y se cruzaron automóviles para frenar el desplazamiento policial. Crece rápidamente el uso de las bombas molotovs y se tendieron alambres entre las columnas para frenar la caballería. La policía provincial es finalmente desbordada y se retira para concentrarse en la Jefatura de policía. La ciudad entera queda en manos del pueblo.

El asesinato de Blanco

En el camino de la retirada policial, frente a la radio LT8 tomada por los manifestantes, cae asesinado Luís Norberto Blanco obrero metalúrgico de 16 años.

A las 3 de la mañana del día 22, la ciudad es declarada “zona de emergencia” por el 2º Cuerpo de Ejército e ingresan tropas de Gendarmería y la Policía Federal. Hay varios heridos de bala y 9 detenidos pasan a los Consejos de Guerra.

Al día siguiente, más de 100.000 personas concurren al entierro del joven obrero asesinado. Los diarios dicen: “Rosario vio pasar la columna fúnebre más imponente de su historia”.

El paro general del 23 es total y se paraliza Rosario y todo el Cordón Industrial.

El 29 llegan los ecos del “Cordobazo”, y el paro nacional del 30 es total en la zona.

El 27 de junio marchan 5.000 estudiantes con la imagen del Che a la cabeza repudiando la visita de Nelson Rockefeller.

Las luchas estudiantiles y sobre todo las obreras, con un intenso protagonismo de los cuerpos de delegados, fueron creciendo hasta el segundo rosariazo en septiembre del mismo año. Y contribuirán a sellar la derrota de la dictadura en su primer tramo a cargo del General Onganía.

Pero esa es otra historia.

Escribe Luis Molinas

Hoy N° 1766 15/05/2019