Ser unilateral significa pensar en términos absolutos, es decir, enfocar los problemas metafísicamente. En la valoración de nuestro trabajo, es unilateral considerarlo todo positivo o todo negativo. Hay todavía no poca gente dentro del Partido Comunista, y mucha fuera de él, que aborda las cuestiones de esta manera. Considerarlo todo positivo es ver sólo lo bueno y perder de vista lo malo, es admitir únicamente los elogios y no las críticas.
Ser unilateral significa pensar en términos absolutos, es decir, enfocar los problemas metafísicamente. En la valoración de nuestro trabajo, es unilateral considerarlo todo positivo o todo negativo. Hay todavía no poca gente dentro del Partido Comunista, y mucha fuera de él, que aborda las cuestiones de esta manera. Considerarlo todo positivo es ver sólo lo bueno y perder de vista lo malo, es admitir únicamente los elogios y no las críticas.
Presentar nuestro trabajo como si fuera totalmente bueno es contradecir los hechos. No es cierto que todo sea bueno; todavía existen deficiencias y errores. Pero tampoco es cierto que todo sea malo; pensar así es, igualmente, ir en contra de los hechos. De ahí la necesidad de hacer análisis. Negarlo todo es creer, sin ningún análisis, que nada se ha hecho bien y que la grandiosa empresa de la construcción socialista, esta gran lucha en que participan centenares de millones de personas, es un embrollo sin nada digno de elogio.
Esta manera de abordar las cosas es sumamente errónea y perjudicial y sólo contribuye a desalentar a la gente, aunque muchas de las personas que adoptan este enfoque se diferencian de las que son hostiles al sistema socialista. En la valoración de nuestro trabajo, es erróneo tanto el punto de vista de que todo es positivo como el de que todo es negativo.
A los que incurren en esta unilateralidad los debemos criticar, pero, naturalmente, con una actitud de ayuda, partiendo del principio de “sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro, y tratar la enfermedad para salvar al paciente”.
Hay quienes arguyen que, como se trata de una campaña de rectificación y como a todo el mundo se le pide expresar sus opiniones, la unilateralidad es inevitable y que, por tanto, al proponer evitar la unilateralidad, parece que, en realidad, se quiere impedir que la gente hable. ¿Es acertada esta observación?
Es difícil exigir que no haya en nadie un mínimo rastro de unilateralidad. La gente siempre examina y trata los problemas y expresa su criterio a la luz de su propia experiencia; por eso, es ineludible que a veces muestre un poco de unilateralidad. Sin embargo, ¿no deberíamos pedirle que supere gradualmente esa unilateralidad y mire los problemas con una visión más o menos completa? En mi opinión, se le debe pedir. Si procediéramos en otra forma, si no exigiésemos que de día en día, de año en año, hubiera un mayor número de gente capaz de enfocar los problemas con una visión más o menos completa, nos estancaríamos y estaríamos dando carta blanca a la unilateralidad, lo cual equivaldría a ir en contra del propósito de la campaña de rectificación.
Unilateralidad significa violación de la dialéctica. Pedimos que gradualmente se divulgue la dialéctica y que, paso a paso, todos aprendan a manejar este método científico. A algunos de los artículos que ahora aparecen lo que les sobra en grandilocuencia les falta en contenido, pues no saben analizar los problemas y carecen de argumentos y fuerza convincente. Es deseable que cada vez haya menos artículos de este tipo. Al escribir un artículo, uno no debe estar pensando todo el tiempo “¡Qué brillante soy!”, sino considerar a sus lectores en absoluto pie de igualdad. Si uno dice algo erróneo, la gente lo refutará, así tenga muchos años de militancia revolucionaria. Cuanto más aires se dé una persona, menos caso le hará la gente y menos se molestará en leer sus artículos. Debemos cumplir honestamente con nuestro trabajo, tratar las cosas con espíritu analítico, escribir artículos que tengan fuerza convincente y nunca darnos ínfulas para amedrentar a la gente.
Hay quienes sostienen que la unilateralidad se puede evitar en un escrito extenso, pero no en un ensayo corto. ¿Necesariamente tiene que pecar de unilateralidad un ensayo corto? Como ya he dicho, muchas veces es difícil eludir la unilateralidad y no hay nada de terrible en que se deslice por ahí una brizna de ella. Exigir que todo el mundo enfoque los problemas con una visión completísima significaría estorbar el desarrollo de la crítica. No obstante, pedimos que cada uno se esfuerce por enfocar los problemas con una visión más o menos completa y por evitar la unilateralidad tanto en los artículos largos como en los cortos, incluidos los ensayos.
Algunos preguntan: ¿Cómo es posible hacer análisis en un ensayo de unos pocos cientos o de mil a dos mil caracteres? Yo respondo: ¿Por qué no? ¿Acaso no lo logró Lu Sin? Método analítico es método dialéctico. Cuando decimos análisis, nos referimos a analizar las contradicciones en las cosas. No es posible ningún análisis acertado sin un conocimiento íntimo de la vida ni una comprensión real de las contradicciones que se hallan sobre el tapete.
Los ensayos de Lu Sin escritos en los últimos años de su vida son de una extraordinaria profundidad y vigor y están exentos de unilateralidad, precisamente porque ya en ese entonces el había asimilado la dialéctica. A algunos escritos de Lenin también se los puede llamar ensayos cortos; son satíricos y mordaces, pero no tienen nada de unilateral. Casi todos los ensayos de Lu Sin apuntaban al enemigo, mientras que los de Lenin estaban dirigidos unos al enemigo y otros a camaradas.
¿Se puede escribir ensayos al estilo de Lu Sin contra los errores y defectos en el seno del pueblo? Creo que sí. Por supuesto, debemos trazar una línea divisoria entre el enemigo y nosotros, y no adoptar una posición hostil hacia nuestros camaradas tratándolos como a enemigos. Hay que hablar en un lenguaje lleno del ardiente deseo de defender la causa del pueblo y de elevar su conciencia política, y en ningún momento ridiculizándolo o atacándolo.
¿Qué hacer cuando la gente no se atreve a escribir? Algunas personas dicen que, aun cuando tienen algo sobre qué escribir, no se atreven a hacerlo por temor de ofender a otros o de ser criticadas. Pienso que esos recelos bien pueden descartarse.
El nuestro es un Poder democrático popular, y esto asegura un ambiente propicio para escribir en interés del pueblo. La política de “Que se abran cien flores y que compitan cien escuelas” ofrece nuevas garantías para el florecimiento de la ciencia y el arte. Si lo que usted escribe es correcto, no tiene por qué temer a la crítica y, a través del debate, puede aclarar aún más sus correctos puntos de vista. Si, en cambio, lo que escribo es erróneo, la crítica puede ayudarle a corregir, y en eso no hay nada de malo. En nuestra sociedad, la crítica y la contracrítica revolucionarias y combativas constituyen un método eficaz para poner al descubierto las contradicciones y resolverlas, desarrollar la ciencia y el arte y asegurar el éxito en todo nuestro trabajo.