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04 de marzo de 2011

La ocupación de tierras en Villa Soldati

 

Intervenciones revisadas por sus autores, en el panel debate realizado sobre el tema en el Centro Cultural Raíces

El problema de la vivienda y la política del gobierno K y del gobierno macrista

Política y Teoría N° 72 (105) / Marzo - junio de 2011

El problema de la vivienda se pone de manifiesto ahora de manera masiva, pero se viene arrastrando desde hace mucho tiempo. Hace tres años, en el teatro Bambalinas, en un acto que hicimos para juntar los votos-bronca contra Macri, así como contra Filmus, me tocó hablar sobre el tema de la vivienda.

El problema de la vivienda se pone de manifiesto ahora de manera masiva, pero se viene arrastrando desde hace mucho tiempo. Hace tres años, en el teatro Bambalinas, en un acto que hicimos para juntar los votos-bronca contra Macri, así como contra Filmus, me tocó hablar sobre el tema de la vivienda.

El problema de la vivienda se viene arrastrando, como todas las demás plagas que azotan a los trabajadores y al pueblo, golpeando a los que menos tienen. Y con la avanzada de la crisis, que no hemos elegido, que viene de adentro y viene importada, golpea ahora también a las capas medias.  Hace tres años yo dije que había lugares, como en el complejo Soldati, donde en un departamento vivían cuarenta personas. Dije también que había gente que vivía en piezas de 4×5 ,  que subalquilan en la misma villa. En ese entonces, la respuesta que daba el gobierno de la ciudad – Macri – era a través de la Unidad de Control del Espacio Público, dando paliza y sacando a la gente que estaba en situación de calle, para que los pobres no estuvieran en la Capital, que se fueran lejos.

Estuvimos en la lucha contra este manejo, y en ese momento, el que estaba al frente de Espacio Público era Picardo, un empresario de la industria cervecera. Después apareció Santilli. A los tres días hicimos una marcha distintas organizaciones sociales, y nos tocó discutir el tema del trabajo. Le propusimos hacer el desmalezamiento y desratización por el tema del dengue en las vías del ferrocarril Belgrano sur y el Parque. Eran dos cuadras y media de desmalezamiento. Santilli dijo que era una muy buena idea, que la iba a estudiar, y que además la dificultad era que esos terrenos eran del ONABE (Organización Nacional de Bienes del Estado), del Ferrocarril y algo de ellos. Allí, hasta que los compañeros no ocuparon ese espacio, lo único que habitaban eran las ratas.  El día 8 de diciembre, cuando nos convoca el juez Gallardo -después de la represión en la que son asesinados dos compañeros-, le vuelvo a  recordar eso a Santilli, diciéndole que él preferiría  que vivieran las ratas allí, y no los compañeros.
Quiero aclarar que el Parque no fue ocupado. Lo que fue ocupado originalmente era la parte periférica, donde había yuyales, matorrales, ratas y demás animales.
    
Hace poco más de dos meses, en una nota que me hacen en relación al tema del asentamiento La Esperanza, de 250 familias que no tienen censo, no tienen luz, no tienen agua, no tienen nada; yo planteo que no hay una salida por parte de ningún gobierno en relación al problema de la vivienda para los que más la necesitan. Y que entonces, frente a ese drama, lo único que se podía hacer eran cinco cosas: organizarse, unirse, ocupar, construir y resistir. Y estalló esto, que fue la ocupación  más grande que conozco en mis cincuenta años de militancia. Fueron miles y miles de personas que no le pidieron permiso a nadie. Que salieron y se instalaron. Porque lo que necesitaban y necesitan es un pedazo de tierra para hacer su vivienda.

Digo esto porque veníamos trabajando y pensando en hacer una ocupación. Iba a ser más prolija. Pero ésta fue a la plebeya. Estalló. Y en ese estallido nadie le pidió permiso a nadie. Ni siquiera los compañeros nuestros – con los que veníamos conversando el tema –  le pidieron permiso ni a mí, ni a mi partido, ni a la Corriente, ni a nadie. Fueron y se instalaron. Y nos llamaron.  Y estuvimos allí.  Y quiero comentarles que, además de ser la ocupación más grande que conozco de tierras, fue donde se puso al rojo vivo la necesidad de tener un pedazo de tierra. La misma necesidad que tienen de tener un pedazo de tierra nuestros compañeros originarios. Que vienen siendo masacrados por los terratenientes, con la complicidad del gobierno de Kirchner. Como en el caso de Formosa, donde le sacaron a sangre y fuego la tierra a los compañeros qom, llevándose la vida de Roberto López, dirigente originario de la Corriente Clasista y Combativa.

Decimos que hace falta tierra, no sólo para trabajarla, sino para construir un techo digno. Ninguno de los que se metieron en el Parque Roca quiso quitarle el espacio para jugar al fútbol a nadie. Fueron terrenos periféricos. Aclaro esto porque le misma noche que entraron a reprimir, nosotros quisimos llegar con los abogados, junto con Diosnel Pérez –dirigente de la Villa 20- a hablar con el jefe del operativo. No habíamos podido hacerlo cuando llegó la represión. Cuando nos retiramos, el único lugar para hacerlo era cruzar la vía y el puente, donde pasa por encima la Avenida Escalada. Cuando estábamos en la Villa 20, ahí empezaron los tiros en serio. Uno pensaba que eran gases, balas de goma, pero ahí vimos los primeros heridos de bala, y al compañero Bernardo –que le decían “Gallo”- que sufrió una perforación de bala en la boca del estómago que le costó la vida. Dos días antes, con Diosnel Pérez  -que me había llamado: “Tano, están ocupando el parque”- estábamos viendo, y él me decía: “Vamos a tener que hacer algo por la gente”. Claro, al día siguiente estábamos metido hasta acá.

Quiero decir que nosotros, como Corriente Clasista y Combativa, hemos jugado con todo. Nos metimos de pies a cabeza todos los compañeros. Hubo compañeros que no se metieron. No pudimos dar el debate. Pero estuvimos en el lugar que teníamos que estar. Nosotros no dirigimos la ocupación. Estuvimos en el centro político de la ocupación.  Cuando yo lo llamo  a Juan Carlos Alderete, y él dice por radio que  la Corriente no iba a permitir que nos masacraran, que iba a llamar a todo el conurbano a sostener la ocupación, fue cuando nos llamaron del Gobierno. Hasta esa noche –noche de viernes, madrugada del sábado- estuvimos conversando, y dijimos algo muy claro. Porque antes de ir a la Casa de Gobierno, sacamos una asamblea en uno de los centros más importantes donde estábamos, y allí, con la gente que participó, discutimos para qué íbamos  y qué íbamos a llevar. Primero, quedamos en claro que no éramos representativos de todos. Pero que frente al tema de la agresión, los crímenes, la patota, la represión encubierta, íbamos a buscar una respuesta a eso. Y después, una propuesta concreta: ¿qué se iba a hacer en relación a la falta de tierra y de techo para la gente? Fue así. Fuimos allí, y eso nos fortaleció. Quiero explicarles que veníamos de muchas discusiones, o teníamos alguna herida, parte de la lucha política. Puedo asegurarles que a mí todo este proceso me vino muy bien, porque me ayudó a cicatrizar esas heridas, y tener en cuenta que el enemigo lo tenemos enfrente y arriba, y en ese momento y ahora siguen siendo el gobierno de Macri y el gobierno de Cristina.

Hay muchas cosas para hablar. Yo quiero asegurarles que hubo mucha bronca, en el rostro de los compañeros, cuando apareció no sólo Macri lanzando una andanada xenofóbica, de racismo, contra los compañeros bolivianos y paraguayos; sino también contra Schoklender, que dijo que lo del Indoamericano era una guerra entre narcos. Quiero decirles que todas esas bandas que estuvieron operando en la represión, en el asesinato y demás a los compañeros, están estrechamente vinculadas a Schoklender. Que tomó y mancilló la trayectoria de una de las corrientes de las Madres de Plaza de Mayo. A partir de meterse en la construcción de viviendas,  Schoklender fue contratando a toda la gente de la mafia de cada lugar, para resolver la “seguridad”. Por ejemplo en la  villa 15  – Ciudad Oculta – lo primero que hizo fue contratar a Pocho, que era el que estaba al frente de toda la joda habida y por haber, y ahora tiene una  empresa de seguridad al servicio de la Fundación de Hebe Bonafini .  Después tiene a “los Pepones” y a otros. A tal extremo que en los Piletones, el “señor” Osuna se jactaba de  resolver el tema de la seguridad en la Villa, y luego dice que la misma se perdió. En realidad dicha seguridad  la bancaban  el “señor” Schoklender con la Fundación de Hebe Bonafini; y todos los que estaban en la seguridad de la villa se dedicaban a vender droga. Hubo una denuncia y a  Schoklender no le quedó otra que retirarles los fondos.

Hay otro tipo de ocupaciones que venían de antes,  que  venían haciendo dichos elementos, todo alrededor del barrio La Paloma y el Barrio Los Pinos, en la calle paralela a Mariano Acosta, y de Riestra hacia Lafuente. Si se tiene oportunidad de pasar por ahí se ven tarimas. Con cuatro o cinco hacen un lote. Así está loteada toda la parte que está contra los clubes – como el Italiano y otros-. Y eso sí lo hicieron  -y se sigue sosteniendo- con la gente que está en el narcotráfico. Porque en el momento que van a ser desalojados, reciben subsidios. Eso sí lo hizo Schoklender, con estas patotas, para desgastar y desacreditar a Macri. Pero después se fue extendiendo en el Parque, por todos lados, y se convirtió en algo muy masivo. Había de todo. Un periodista me decía: “hay gente que tiene casa…”. Una vez que se hace el censo lo cruzan con los padrones de cada villa y salta. El problema no es ese. El problema es la necesidad de toda la gente
Hasta ese momento Anibal Fernández le venía mojando la oreja a Macri, tratándolo de fascista, que quería reprimir y todo eso, y que  allí no había un delito, era un reclamo legítimo de la gente. Pero eso fue hasta que, al día siguiente, empiezan las ocupaciones en el conurbano. Allí unifican el discurso con Rodríguez Larreta y Macri, diciendo que eso eran ocupaciones ilegales, un delito; incluso llegó a amenazar con sacar los planes sociales a quienes los tuvieran.

El señor Salvatierra – a quien deberíamos llamar en realidad Matatierra – apareció no de casualidad, sino como una necesidad del gobierno de meter alguien del kirchnerismo, porque si no, los que aparecían capitalizando eso – si bien no dirigíamos al conjunto, pero estábamos en el centro – éramos nosotros.  Lo primero que empezó a decir fue que: “no vamos a permitir que se haga política, la Corriente Clasista y Combativa no tiene nada que hacer aquí”. Fue así. La CCC tuvo que  ver y va a seguir estando hasta las últimas consecuencias, hasta que se resuelva esto. Y vamos a hacer una política, no la política que hizo él, levantando la ocupación, diciendo que si no se iban, iba venir la represión  y que teníamos que salir a defender al gobierno de Cristina Kirchner, si no, no llegaba a fin de mes. Fue lo que dijo, está grabado. Entonces, él estuvo haciendo política. Y nosotros vamos a seguir haciendo política. Nuestra política tiene que ver con los intereses de quienes menos tienen. Y quiero decir una cosa. Cuando la represión vino a apretarnos, nosotros le pedimos a la gente que nos quedáramos allí, que no íbamos a salir espantados, que nosotros éramos gente digna, y le dijimos a los gendarmes: “ustedes son tan morochos como los que están acá, si les dijeron que iban a combatir contra el narcotráfico, fíjense en las caras, pueden ser las de su hermana, su esposa, su madre”. Les dijimos que a ellos -se supone- los habían preparado para defender la frontera, y la única frontera que estaban defendiendo era la frontera entre los ricos y los pobres.
Unos momentos antes del desalojo, acordamos que nos íbamos a ir cantando el Himno, y recordé la parte amputada de su letra, que es la mejor respuesta a la xenofobia y al racismo.

Esto es la síntesis. Pero lo más importante es los compañeros que vinieron acompañándome de la toma. Me decían: “estamos cansados de tanta cháchara. Tenemos que ver qué propuesta, qué hacemos”. Me parece que la segunda vuelta va a tener que ser en relación a eso. Discúlpenme. Quiero destacar el protagonismo y la valentía del conjunto de los compañeros, sobre todo de las compañeras.

Mg. Arq. Beatriz H. Pedro
Profesora e Investigadora de la Universidad de Buenos Aires.
Coordinadora del Área Hábitat del Taller Libre de Proyecto Social de la FADU-UBA.

 “Cómo se podrá detener al que entienda de verdad lo que pasa.
Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana.
Y el jamás se convertirá en el hoy.”
Bertolt Brecht,

La problemática que emergió con la ocupación del Parque Indo-americano por miles de familias en el barrio de Soldati de la Ciudad de Buenos Aires, en diciembre de 2010, puso en evidencia la crisis de la vivienda que se vive en las ciudades de América Latina, en las que se concentra el 70% de su población.
Esta crisis es la expresión actual de la contradicción entre la ciudad y el campo, que se manifiesta en el hiper-crecimiento urbano mundial y está impactada por la burbuja inmobiliaria que detonó la crisis económica mundial de los últimos tres años.

El  problema de la vivienda es un problema que recorre la historia de la sociedad de clases, una de cuyas contradicciones fundamentales es la existente entre la ciudad y el campo. Pero bajo el sistema capitalista, ha emergido y crecido en escala. Ya Engels reflexiono, en “Sobre el problema de la vivienda” destacando: “(…) la cuestión de la vivienda no podrá resolverse hasta que la sociedad esté suficientemente transformada para emprender la supresión del antagonismo que existe entre la ciudad y el campo, antagonismo que ha llegado al extremo en la sociedad capitalista de hoy. Lejos de poder remediar este antagonismo, la sociedad capitalista tiene que aumentarlo cada día más”. (pag. 67, 2da edición de 1887- editorial Anteo, Buenos Aires).
 
El proceso de crecimiento urbano, también se desarrolla en la Argentina, miles de familias expulsadas del campo, se asientan en las periferias de las capitales de provincias y en el área metropolitana Buenos Aires.
 

Emergencia habitacional, ambiental y laboral

En relación con la vida del pueblo en las ciudades, haré referencia a una serie de hechos nacionales que han conmovido a la opinión pública en los últimos tiempos: trabajadores cortando las vías de los ferrocarriles urbanos, usuarios de los servicios eléctricos prendiendo fuego en las esquinas; comunidades originarias defendiendo sus tierras ancestrales mediante cortes de ruta; campesinos pobres chaqueños caminando 250 km y acampando durante 90 días en la plaza principal de la Provincia en reclamo de techo, tierra y trabajo; vecinos de capas medias accionando contra las demoliciones de edificios destinadas a la construcción de edificios en altura.  
En varios de esos casos ha habido represión, desalojo, detenidos, muertos. Las necesidades que los ocasionan, sin embargo, siguen sin resolver.

¿Qué refleja esto? Dos aspectos, un mar de necesidades, y una creciente disposición popular a convertir en posible lo que es imperiosamente necesario. ¿Qué hace que alguien salga de su casa con sus hijos y se ponga a acampar en un parque; qué enorme necesidad y qué enorme decisión implica eso? La historia de vida de miles de familias, años de precariedad, de desocupación, de inestabilidad, de desarraigo. Y la decisión de la acción colectiva.

¿Cuántas familias están afectadas por situaciones habitacionales problemáticas? Voy a concentrar estas reflexiones sobre el Área Metropolitana de Buenos Aires –AMBA- (abarca la ciudad de Buenos Aires y 25 partidos de sus alrededores). En ella cerca de 3 millones y medio de personas viven en graves situaciones habitacionales
– En el Gran Buenos Aires- GBA- alrededor de 3 millones de personas viven con graves dificultades habitacionales. Hay 1.000 villas y asentamientos, de las que 630 son posteriores al 2001. Alrededor de 500 mil viviendas necesitan mejoramientos y hay 330 mil viviendas irrecuperables. (Fuente: Observatorio Urbano Universidad de General Sarmiento)
– En la Ciudad de Buenos Aires -CABA- están afectadas alrededor de 500 mil personas (Fuente: Informe de la Comisión de Vivienda de la Legislatura de diciembre de 2010). Hay 220 mil personas viviendo en “villas”, algunas de gran antigüedad como la Villa 31 en Retiro, de ochenta años, o como las Villas 15 y 20 en Lugano-Soldati, de sesenta años. Hay 180 mil personas viviendo en construcciones abandonadas o sin uso. Hay otras 150 mil hacinadas en conventillos y pensiones, en inquilinatos y hoteles. Hay 120 mil hacinados en hogares de familiares. Hay 3 mil –y siguen creciendo- en situación de calle, buscando refugio como pueden en la Avenida 9 de Julio, en las recovas de la avenida Alem, en el Parque Lezama.  

¿Dónde están todas esas familias? ¿Dónde están en la ciudad? Están en las tierras que descarta lo que el hábitat de calidad, determinado por el mercado: tierras bajas, cerca de los ríos, bajo cota de inundación; tierras contaminadas o cerca de fuentes de contaminación; en edificios viejos, deteriorados y abandonados; en espacios que dejan ferrocarriles, autopistas, puentes; áreas donde no hay infraestructura; en las zonas lejanas con dificultades de transporte y comunicación.

Situaciones, todas éstas, que reflejan la imposibilidad de acceder a un hábitat urbano sano, con todo lo necesario: tierra, vivienda, servicios, equipamientos, comunicación y transporte. Y el desplazamiento de los más pobres a las peores situaciones ambientales y de hábitat. Casi siempre los más afectados son los asalariados, los cuenta-propistas, los trabajadores en negro, los precarizados, los tercerizados, los expulsados del campo.

Refleja entonces, también, la imposibilidad de acceder a condiciones laborales con todas las garantías del trabajo, ya que de hecho continúa vigente la ley de flexibilización laboral con su “permisividad contractual”.
También refleja la desproporcionada relación entre salarios (hoy afectados por la inflación) y condiciones de contratación laborales mayoritarias, respecto del valor del suelo, del valor de las viviendas terminadas, del crédito, de los alquileres, de los requerimientos inmobiliarios para poder alquilar, comprar; de los requerimientos bancarios para tener crédito. La relación entre todas esas exigencias y valores, y las condiciones de trabajo son siderales.
Vivimos en una ciudad en emergencia habitacional y ambiental, en la que crecen las demandas de los inquilinos, de los deudores hipotecarios, de los desalojados, de los que viven en zonas contaminadas al lado del Riachuelo, de aquéllos cuya tenencia de la tierra y la vivienda es precaria e insegura. Siguen creciendo, entonces, las necesidades del hábitat.

Experiencia de lucha.

En la Argentina, en referencia al problema de la vivienda, hay una enorme experiencia popular en tomar el tema en sus manos y en forma colectiva para encarar su resolución.
No es la primera vez que miles de familias del pueblo sin tierra ni vivienda se encuentran en el AMBA sin salida y se ven necesitados de violentar legalidades, reclamando trabajo, tierra, vivienda; reclamando su lugar en la ciudad. El pueblo argentino, y en particular el de Buenos Aires, tiene mucha experiencia para recuperar y tomar como ejemplo.

Voy a destacar una en particular de mucha significación para la situación actual: el gigantesco proceso de ocupación de tierras públicas y privadas en el  GBA, que se produjo entre 1982 y 1985, a la finalización de la dictadura, donde un millón de personas ocuparon tierras de lo que hoy se conoce como “asentamientos”, uno de cuyos protagonistas, y en forma destacada, es Juan Carlos Alderete y las familias del Barrio María Elena de Laferrere, La Matanza. Los asentamientos fueron la forma de producción y construcción del hábitat popular en ese período, que se desarrolló y creció bajo los distintos gobiernos constitucionales, en un contexto de progresivo abandono de la solución de la problemática de la vivienda popular por parte del Estado, a favor de su resolución por vía del mercado. Años después y sobre la base de luchas colectivas por la expropiación, la regularización, los equipamientos, la vivienda, y el trabajo, muchos de ellos ya son barrios consolidados, pero aún con grandes necesidades.

En diciembre último la ocupación del parque Indo-americano es parte de un nuevo  proceso que siguió con otras ocupaciones en la Villa 31, en Quilmes, en Esteban Echeverría. Cuando se articulan en la percepción popular las necesidades, las expectativas y las posibilidades, se lucha por transformar las condiciones en que se vive.

 

Las transformaciones socio-urbanas en los últimos treinta años.

Bajo la dictadura, en un mes se desalojó a 220 mil personas de las villas. Se desalojaron industrias de la ciudad de Buenos Aires con distintos procesos de erradicación industrial, reduciéndose en 400 mil los obreros industriales. Se expropió y demolió miles de inmuebles para construir las autopistas, desalojando a sus habitantes. Se derogó totalmente la ley de alquileres del año 1947, con lo que se “incorporó” muchísimas viviendas al mercado inmobiliario, desalojando  miles de familias que habían vivido en ellas durante casi treinta años. Se remataron casas y departamentos con la Ley 1.050 de Martínez de Hoz. Fueron desarticulando la fuerza social asociada a la estructura fabril y barrial que se había configurado en el proceso de industrialización desde 1930 a 1976.

Bajo el gobierno de Menem se vendieron las empresas públicas y de servicios, y con ellas también las tierras donde se asentaban. Se privatizaron los servicios de infraestructura y el transporte  ferroviario, elevando las tarifas. El Estado vendió tierra: la tierra ferroviaria, portuaria, militar, etc. Un ejemplo es la Villa 31, que se encuentra asentada en tierras de varias de las empresas privatizadas. Para radicar y urbanizar la villa se requiere hoy la “expropiación” de esas tierras a sus actuales “dueños”, entre ellos Repsol-YPF, que “las adquirió” junto con la compra de la empresa.

Durante la década del noventa se incorporaron y generalizaron modalidades urbanas -barrios cerrados, torres cerradas, hipermercados y shopping centers, etc.-, que, privatizando zonas de la ciudad se fueron apropiando de la tierra pública, con la operación de Puerto Madero como ejemplo destacado.  Hay cientos de hectáreas de tierra ferroviaria en el Área Metropolitana Buenos Aires, que son mantenidas por el Estado en espera de “oportunidades de negocios”.

 

¿Cómo es en la actualidad?

Se articula la demanda de inversores extranjeros y el dinero de la renta de las exportaciones particularmente de la soja que se invierte en “ladrillos” para mantener su valor, con la política oficial, que considera a la construcción como la locomotora que impulsa la reactivación económica y la generación de empleo.  
En el mercado inmobiliario, desde el año 2003 a la fecha, se desarrolla un boom inmobiliario: se han construido en el AMBA 10 millones de metros cuadrados, de los cuales el 62% es de vivienda suntuaria.
La política pública de vivienda desarrolla el Plan Federal, programa centralizado y estandarizado (sin flexibilidad en los proyectos, en la superficie por familia, etc.). Este Plan propuso construir en 6 años en toda la Argentina, 420.000 viviendas y generar 1.260.000 puestos de trabajo.
Cómo ha sido en el AMBA?
– En el Gran Buenos Aires se proyectó la construcción de 98 mil viviendas. A fin de 2010, se han construido 34 mil y se han hecho 7.500 mejoramientos. ¿En qué tierras? Como la política oficial es de no intervención en el tema de la propiedad de la tierra, y no ha revertido la apropiación del 90 de la tierra pública,  estas construcciones se han hecho en las tierras que históricamente y con su lucha y esfuerzo tienen las familias que habitan las viejas villas, en lotes propios, en tierras de los municipios; y el 50% de lo construido se hizo en las tierras que ofrecieron las empresas en la periferia, en particular en el sur y suroeste del Gran Buenos Aires. ¿Con qué forma de contratación? 15.000 viviendas fueron construidas por empresas; 5.000 viviendas por el Instituto Provincial de la Vivienda y los Municipios; y las 9.000 viviendas en villas y las 5.000 viviendas en lotes propios, por cooperativas de trabajo, con ingresos menores e inestables.

– En la CABA se construyeron por el Plan Federal 2 mil viviendas hasta el 2007, en las tierras de las villas. Desde el gobierno de Macri,  el Plan Federal sólo habilitó inversiones para las viviendas que construye la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Macri, mientras, sub-ejecuta y desfinancia los Programas de Vivienda, apuesta al boom inmobiliario en las tierras de la Ciudad, facilita el desalojo de las construcciones ocupadas –en 2008 llegó a haber ocho desalojos diarios-, limpia el espacio público de personas en situación de calle, y acosó durante dos años a los habitantes de la villa 31, cerrando con la policía los accesos la villa para impedir las construcciones.

La articulación entre el boom inmobiliario y el Plan Federal, generó en todo el país una gran demanda de materiales, llegando por momentos a agotar el stock y provocar el aumento de los precios de los materiales, beneficiando a las empresas monopólicas productoras de cemento, hierro y cerámicos, mayoritariamente en manos extranjeras.

 

¿Qué hacer?

La puesta en marcha de algunas operatorias del plan federal, como el plan de emergencia habitacional, el plan mejor vivir, y la construcción de barrios, desató grandes expectativas y en condiciones desiguales, miles de desocupados aportaron su trabajo para construir viviendas y miles de técnicos y profesionales se comprometieron con las organizaciones sociales.

Y si bien, a 7 años, 34 mil viviendas construidas de las 98.000 planificadas son insuficientes para las 330.000 viviendas irrecuperables y las 500.000 que necesitan mejoras en el gran Buenos Aires, esa suma totaliza la misma cantidad de viviendas “sociales” que se construyó entre los años 1976 y 2003. En el mar de necesidades existente, ver esas 34 mil viviendas es un ejemplo de lo que se podría resolver con un plan de viviendas que priorice la resolución de las necesidades populares.

En estos años y en este contexto, las organizaciones populares han desarrollado interesantes experiencias y aprendizaje en la construcción de viviendas, barrios y mejoramientos en articulación creciente con estudiantes, técnicos y  profesionales. Mencionando ejemplos del AMBA, se han desarrollado procesos de solución habitacional y consolidación urbana de enorme interés como el de la Villa Palito, en San Justo, que ha radicado y urbanizado la villa construyendo cientos de viviendas; el del Barrio María Elena en Laferrere, que ha construido viviendas en lote propio; y otras experiencias notorias como la construcción del barrio René Salamanca en González Catán por la Federación de Cooperativas René Salamanca de la Corriente Clasista y Combativa;  y la construcción de viviendas por cooperativas de vivienda y trabajo en la CABA, en particular las desarrolladas por el Movimiento de Ocupantes e Inquilinos en los barrios de la Boca y Barracas. Y nacionalmente se destaca la experiencia desarrollada en la Provincia del Chaco, que articuló la Mesa del Acampe del año 2009 y las organizaciones campesinas y originarias con el Centro de Vivienda Popular y  estudiantes de tesis de arquitectura del Chaco, para la elaboración y ejecución del programa Tierra, Techo y Trabajo, conquistando con la lucha, que el gobierno provincial facilite su puesta en marcha, buscando que se lo institucionalice y financie con las condiciones y características elaboradas por las organizaciones populares.

Para poder abordar la resolución de fondo de esta problemática, todas las clases sociales interesadas y necesitadas de una Argentina independiente y autosostenida, tienen que unirse y elaborar un Programa que, reclamando tierra, vivienda y trabajo, articule las imprescindibles reformas agraria y urbana. La unificación en un mismo cuerpo de esas necesidades e intereses y la construcción de un programa de fondo, será un aporte significativo a la verdadera democratización del país.
                                                                                                                                                           
 

Gustavo Funes, miembro del CC del PCR, Coordinador del Partido de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Voy a ser breve. Me parece que es muy importante esta iniciativa. Tener el relato vivo de lo que fue la represión, el desalojo y lo que fue la ocupación en el Indoamericano, creo que es un disparador que nos permite tener una imagen de lo que fueron esos momentos. Son de esos momentos donde nosotros recordamos a los que han dado la vida, en este caso en la lucha por la vivienda, por la tierra, y a todos esos compañeros anónimos que han estado, y han aguantado las balas, han aguantado los gases, las balas de goma y la golpiza en la ocupación. Y me parece que es un momento importante para empezar a ver el detalle. Que es la realidad de la  historia del tema de la tierra, la vivienda y la urbanización en la capital y área metropolitana desde una óptica de clase, concreta, que tenemos que poner sobre la mesa, donde debemos resaltar que hay profesionales, arquitectos, que se identifican con las necesidades y las luchas populares y ponen al servicio de esas necesidades años de estudio y de aprendizaje. Y creo que es un momento importante para empezar a ver y elaborar propuestas concretas. Porque eso es lo ha emergido. No solamente el dolor y la necesidad de los que  no tienen nada, sino también la necesidad de, a partir de esta bomba que ha estallado; de como partido, estar a la altura de eso. Si vamos a ser capaces de unir y entramar a una gran cantidad de sectores y organizaciones, de delegados y dirigentes que han aparecido, de familias enteras que han ido a ocupar, si se va a poder coagular en una propuesta que vaya más allá, y que no solamente ubique las cuestiones de urgencia, sino también las cuestiones de fondo, una revolución que termine con las raíces de los males. Porque el volumen de lo que nosotros hemos visto no va a tener solución con medidas intermedias. Pero a la vez tenemos la obligación de tener una propuesta que sea abarcativa, y que contemple las urgencias populares ahora.

Por eso nosotros planteamos reagrupar a las fuerzas populares, a las fuerzas democráticas, patrióticas, antiimperialistas, a las fuerzas antiterratenientes, dado que planteamos la reforma agraria. Porque hablamos de reforma agraria y reforma urbana, que serían una de las grandes reivindicaciones desde el punto de vista democrático de esta etapa. Entonces, a la par de esto, se hace sumamente necesario que nosotros podamos encausar esos afluentes que vienen siendo protagonistas, de una u otra manera, y se han expresado en esta lucha por la tierra de villa Soldati y otros lugares; que se han expresado en la denuncia de la matanza de los compañeros qom de Formosa; de lo que fue lo de Mariano Ferreyra, etc. Vale decir, un conjunto de fuerzas, de organizaciones, que vienen recorriendo las calles, y que nosotros tenemos la obligación de unificar mucho más. Para eso nos colocamos como un sujeto que sea un factor aglutinante y de unidad. Es una de las urgencias que aparecen, y es una de las posibilidades que aparecen.

No vamos a descubrir lo que es la política macrista. Pero una de los cuestiones que aparecen con esto es la necesidad de terminar con esta política. Nosotros no planteamos cualquier camino para el tema de la vivienda. Nosotros planteamos el camino de las ocupaciones de tierra, y ocupaciones de inmuebles. No planteamos cualquier camino porque tampoco nos vamos a engañar y vamos a engañar al público. Sino que planteamos el camino de la lucha, el camino del Argentinazo, el camino de las puebladas, el camino que marcó la rebelión agraria, el camino que marcaron los paros del movimiento obrero, el camino de las ocupaciones. Ese es el camino que entendemos nosotros. Pero eso no quiere decir que no tengamos la obligación de tener propuesta. Y que cuando hablamos de propuesta no estamos hablando solamente de propuestas para la urgencia, que nos quedaríamos solamente ahí. Porque si no, estaríamos abonando una salida intermedia. Sino que planteamos cómo nos aproximamos a las necesarias medidas de fondo que abonen la lucha revolucionaria para destruir este Estado.

Por eso cabe preguntarse cómo terminar de raíz con los Macri y su política en la Capital. Por ejemplo, el reciente estudiantazo ha golpeado a esa política y se han conquistado reivindicaciones importantes. Pero, a la vez, sólo se aumentó en un 1 % la partida presupuestaria para infraestructura. Y miren todo lo que pasó en la Capital Federal. Yo veía que se aumentó un 167% el presupuesto para  las escuelas privadas en la ciudad, y se redujo a la mitad el presupuesto para infraestructura escolar, y esto, los compañeros de las cooperativas de trabajo de la CCC lo pueden contar claramente. No hablemos del tema de los hospitales. Un compañero de ATE contaba que hay un déficit de 7000 enfermeros en los hospitales públicos. Se han sumado nuevos contingentes, precarizados y tercerizados, en el ámbito laboral. Y esos nuevos contingentes son todas las cooperativas de compañeros que eran desocupados y pasaron a cooperativas que trabajan haciendo trabajos tercerizados para el gobierno de la ciudad. Desocupados que pasaron al mercado laboral en estas condiciones. Sin hablar de cuántos miles de los que ocuparon el Indoamericano son   los que trabajan en los talleres clandestinos de costura como los que emplea la Sra. de Macri. Hay más de 30.000 trabajadores contratados en el ámbito de la ciudad. Entonces necesitamos hacer un reagrupamiento muy fuerte para terminar con esta política. Y nosotros vamos a dar la batalla en todos los terrenos. Porque una vez que ellos entran con balas dentro del asentamiento vos no le podés tirar solamente con piedras. Tenés que ver que hacés en ese momento, o mejor dicho, que hacemos antes de ese momento. O sea prepararse para lo que puede venir. Pero esa es una de las cuestiones que van a tener que ver las fuerzas revolucionarias. Porque se ha establecido de hecho, que en las movilizaciones haya ya uno, dos muertos. Como pasó con Mariano Ferreira, como pasó con los compañeros de Formosa, como pasa en el Indoamericano. Hay  ocupaciones y hay muertos, ya  no solamente de balas de la Policía Federal o de la Metropolitana, sino con bandas armadas y parapoliciales. Y entonces nosotros también tenemos la obligación de ver qué respuestas vamos  a dar en ese terreno. Lo que no podemos hacer es no preparar a los compañeros para cualquier situación. Entonces nosotros tenemos que tener propuestas para la lucha, y tenemos que tener propuestas por si viene el terreno electoral  de disputa, que se va a dar, y se va a dar con muertos, como tantas veces ha pasado en la Argentina, -porque uno tiene la impresión que vienen las elecciones y es un campo de rosas donde predominan los discursos, pero eso es para la televisión, mientras que en las calles, en los asentamientos, en las villas se mata, porque hay que contar los que mueren de paco, por las bandas, etc. Por eso también tenemos que tener propuesta de reagrupamiento y propuesta en este terreno.

Tenemos un recorrido muy importante. Tenemos claro como a partir de ese reagrupamiento podemos romper la falsa contradicción que nos quiere imponer el gobierno nacional entre un gobierno nacional que es “nacional y popular” y un fascista como Macri. Pero es muy importante lo que pasó en el Indoamericano. Porque empezaron juntos la película, matando a sangre y fuego, la Federal con la Metropolitana, y terminaron Aníbal Fernández y Rodríguez Larreta anunciando que acá los usurpadores esos – así denominan a los “sin techo” – , si vuelven a hacerlo, se les va a quitar todos los beneficios sociales, y no tienen ningún privilegio para ninguna vivienda. Entonces, empezaron juntos la película y la terminaron juntos en esta etapa. Por eso es bueno graficar como estos tipos del gobierno nacional hablan y hablan pero en la práctica no sólo comparten las votaciones en la legislatura, sino que también comparten este tipo de fechorías como la que han hecho contra el pueblo en la ciudad. Que nosotros podamos reagrupar un conjunto de fuerzas que denuncie con una política independiente que ninguno de esos sectores tiene como objetivo los beneficios populares. El Plan Federal de Vivienda, está hecho para la necesidad de las constructoras privadas, o tratar de corromper alguna organización social y transformarla en una empresa privada de construcción. Entonces, como nosotros lo sabemos, nosotros lo denunciamos y a partir de ahí tratamos de reagrupar a los  sectores que estén dispuestos a dar esa batalla por un camino independiente, popular, antiimperialista.  Estos son los objetivos inmediatos que tenemos planteados en la Capital Federal.

Juan Carlos Alderete, dirigente histórico de villas y asentamientos, miembro del CC del PCR, Coordinador Nacional de los Desocupados de la CCC.

Voy a referirme a dos cuestiones. Para reivindicar y homenajear a nuestros compañeros asesinados tanto en la lucha por la defensa de su tierra en Formosa, como también a los compañeros que asesinaron en Soldati. Creo que esto, para nosotros, para la Corriente Clasista y Combativa, pasa a ser principal. Por principio creo que allí predominó –porque la línea nuestra no pudo predominar porque éramos pocos en el asentamiento- una línea que impulsó el gobierno nacional, que hizo que nos quedáramos solos, aislados. Pero con un espíritu y una fortaleza extraordinarios. Porque también esos compañeros que quedaron hasta el final entendieron que únicamente se puede negociar con la ocupación. Fuera de la ocupación es que nos dieron una piña, y cuando te dan una piña fuerte vos tenés que retroceder para preparar, nuevamente, ir al ataque. Para homenajear a esos compañeros que murieron por la tierra y la vivienda, como también la forma en que uno entiende que se tiene que negociar. Por eso quiero referirme a cuatro delegados de Soldati, que se encuentran presentes, que la verdad me pone contento, porque esos compañeros van al encuentro de nuestra línea, porque esos compañeros ya quieren volver de nuevo, a tomar el predio, y de nuevo volver a tomar las tierras, porque es la única forma de negociar, estando adentro y no estando afuera.

En este sentido hemos sido expulsados, porque son luchas largas, no son luchas cortas. Y ese es el recorrido de nuestra historia en las ocupaciones, ha sido así.. Nos ha costado vidas también en distintos momentos. Claro, yo vengo de ser dirigente villero en los años setenta. Era dirigente de villa Matienzo, en Colegiales, donde había cinco villas –Porvenir, Fénix, Dorrego, Villa Mitre, Matienzo, cinco mil familias vivían allí. Y allí entendí también que la lucha que emprendíamos en ese lugar en los años setenta, jamás podríamos nosotros regularizar la situación dominial, porque existen leyes, ante este estado burgués, que no hacen nada para mejorar los problemas nuestros. Se podrían mejorar, mejoraron algunas calles, pero jamás hubiésemos sido dueños de nuestros propios lugares. Así es que nos expulsaron también. La dictadura hizo desaparecer las cinco villas en el año ´78-79, y nos derivaron a cualquier lado. Pero por supuesto que se dieron una política de hacer desaparecer algunos compañeros dirigentes de esas cinco villas, y algunos tuvimos que pasar a la clandestinidad, y desmembraron todas las comisiones que dábamos batalla en ese tiempo. También nos costó muertes. Y aprendiendo eso es que logramos, en los asentamientos de los años 82-85 en el conurbano, donde se ocupaban predios muy grandes, y que también costaron vidas en ese momento. Pero en algunos lugares predominaba una línea que decía “nos tenemos que quedar”, y, haciendo honor a los compañeros y a la compañera que mataron, “nosotros de acá no nos vamos, y de acá que nos lleven en una cajón”, esa era la única manera de negociar. Y así es que se forman muchos de estos asentamientos, y el gobierno, al llegar el gobierno constitucional impulsaban otra línea: convertir los asentamientos en villas, lo que hacía imposible la regularización dominial y facilitaba los negocios inmobiliarios de “amigos” y los resultados son que en muchos de ellos no está regularizada la situación dominial, porque se entregaron a la línea del gobierno. Inclusive hoy no se pudo revertir esa situación. Otros, que impulsamos los asentamientos en el conurbano,  a los años, logramos la regularización dominial.

Entonces  creo que en esto acá, en la Corriente no hay dos líneas, hay una sola línea, y esa línea es la ocupación. No se puede negociar por fuera de la ocupación, porque así uno no negocia nada, tiene que aceptar lo que te van dando para después tener que volver a ocupar. Por eso la Corriente de todo el país tiene que estar atenta. Acá están presentes cuatro compañeros delegados, pero dicen que hay otros también, que van a impulsar de nuevo una toma. Nosotros tenemos que acompañar con toda nuestra fuerza, y acompañar, y nuestra organización tiene que impulsar en todo el país las tomas, como se impulsaron en los años 83-84-85, porque cuando hay muchísimas tomas en muchísimos lugares, el gobierno no puede salirse con la suya, en cambio si hay una o dos solamente, se le facilita poder reprimirnos, se le facilita poder desalojarnos.

Por eso es que nosotros aceptamos y entramos en el tema de las cooperativas, por más que en algún momento hemos recibido críticas de distintas organizaciones partidarias, sociales, de que nuestra Corriente “acepta dádivas”. Claro, esa es una crítica fácil, si se hace desde vivir en una habitación confortable mientras muchos compañeros no tienen donde vivir. Nosotros entramos para construir nuestras propias viviendas, y eso ya no tiene sólo un valor económico o simbólico, tiene un valor inmenso. Porque uno se preguntaría, ¿dónde viven los compañeros que construyen en Puerto Madero?, ¿quién construye si no son los compañeros que viven en las villas, los asentamientos, paraguayos, bolivianos, provincianos? Son ellos. Por eso, cuando se trata de construir tu propia vivienda la calidad va a ser mejor, porque es para tu propia familia, donde vos vas a vivir por toda la vida, y no queremos nada regalado. Pero, claro, con cuotas que sean accesibles a la entrada que yo tengo, no con las cuotas del Plan Federal, que son elevadas, y uno tiene que tener un recibo en blanco. ¿Cuántos son los compañeros que trabajan que tienen recibo en blanco como para poder acceder a ese programa?. Y las cuotas son elevadas. Por eso hablamos de viviendas populares. Que en los últimos años las únicas viviendas populares que se han construido en serio en nuestro país ha sido por el esfuerzo del pueblo. Las villas, los asentamientos son los verdaderos barrios populares que se han construido. Desde allí seguimos la pelea, desde allí seguimos la lucha, exigiendo a los gobiernos provinciales, municipales que nos compren tierra para poder hacer un barrio, donde van a vivir nuestros compañeros, con la necesidad que tienen. Y así es que logramos en distintos lugares hacer comprar tierra a los municipios y construir barrios de la nada. Uno de ellos es el barrio Rene Salamanca, en La Matanza. Y después también hemos construido en villas, y estamos construyendo en asentamientos, donde viven nuestros compañeros, y tienen la posibilidad de construir su vivienda, corriendo las casitas precarias a un costado, y con cuotas accesibles, de $35, no indexadas, a cincuenta años.  

Y en este sentido, ¿cómo es que nosotros tenemos que tener propuesta e ir elaborando propuestas? Hay distintas propuestas, y hay que agarrarlas todas, para tener una propuesta uniforme. Hace pocos días estuve en un pueblo, América, reunido con el intendente y todos los concejales. Como me habían escuchado en la televisión, donde hablé de medio millón de chacras, y hablé de la reforma urbana, me preguntaron: ¿cómo sería la reforma urbana? Justamente en ese pueblo, América, que no es precisamente un pueblo demasiado pobre, se ve pujante, me preguntan: ¿cuántas has se precisan, alrededor del pueblo, para resolver el problema de que no se desarraiguen los vecinos de acá que no tienen posibilidad de trabajar? Nosotros tenemos que afinar, para no hablar en general. Acá se está negociando para pagar al Club de París. ¿Cuánta plata es esa? ¿Y cuántas viviendas populares se podrían construir? Que los beneficiarios puedan pagar de acuerdo a lo que ganan. Pero también veníamos hablando de la clase media, donde el discurso de Macri contra “los negros” o “los paraguayos” pega, en muchas provincias inclusive los “morochos” pobres son tan discriminados como cualquier compañero que viene del exterior que no tendría que ser discriminado, la clase media también se hacina, pero de otra manera , diferente de la que nos hacinamos nosotros, con todos los problemas de salud que eso nos acarrea para los chicos, para los grandes. La clase media también se hacina. O ¿hay posibilidad de que la clase media acceda a un crédito hipotecario? Cuando un joven se casa quizá va a vivir con los padres, donde creció, con su mujer. Es otro tipo de hacinamiento. ¿Cómo elaboramos un programa que englobe a todos? Creo que merecemos hacerlo. No se resuelve sólo con una reforma agraria o una reforma urbana. Tienen que ir las dos cosas juntas, porque cuántos compañeros nuestros que vienen de las provincias, o vienen del exterior quieren volverse a su pueblo. Uno ya tiene su querencia acá, se casó acá, tiene los hijos acá, los amigos acá, es medio difícil volver a su pueblo. Pero también puede haber compañeros que quieren volver a su pueblo, porque allí fueron expulsados y tuvieron que emigrar a la gran ciudad. Creo que es un momento  donde el conflicto de Soldati desnudó la mentira del gobierno, desnudó esa realidad del déficit habitacional que tenían tapada con la alfombra, que en un país que crece a tasas chinas, y dicen ellos que van a seguir creciendo durante este año, donde los ricos son más ricos, y los pobres y los trabajadores vivimos soportando todas las dificultades que soportamos, para dar vuelta la tortilla va  a ser necesario que hagamos todos los esfuerzos de juntarnos con todo lo que sea posible de juntarnos.

Para esto tenemos que seguir elevando cuestiones de nuestra organización. Prestar atención a la existencia de cuerpos de delegados, elegidos democráticamente y revocables en cualquier momento,  donde los compañeros de los asentamientos protagonicen y decidan.

Y mientras tanto, vuelvo a repetir, impulsar en todo el país que se tomen tierras, para acompañar no sólo a los compañeros del Indoamericano y Formosa, sino también para resolver los problemas que tienen miles y miles de compatriotas.  Y por último, qué gran orgullo, que gran alegría, ese compañero va a ser fiel, sigue siendo fiel y leal a nuestra organización hasta que se muera, porque la organización, junto con él, hemos logrado que él tenga una vivienda, y eso no se puede olvidar nunca jamás.  Jamás se puede olvidar un compañero que tuvo, con la lucha, con el esfuerzo que puso, construyó su propia vivienda, hoy es dueño de su propia vivienda, y eso es más categórico que cualquier teoría que se haya elaborado de que no recibamos dádivas del gobierno. Nosotros no recibimos dádivas del gobierno, nosotros exigimos, no recibimos. Todo lo que hemos logrado lo hemos logrado con mucho esfuerzo, y seguramente los esfuerzos van a valer la pena cuando realmente demos vuelta la tortilla, imponiendo a favor del pueblo un gobierno de unidad patriótico, democrático y popular. Así que, a los cuatro compañeros delegados de Soldati, que han sido los protagonistas centrales de allí, tienen no sólo nuestro compromiso y acompañamiento, sino que el mejor homenaje que tenemos que hacer a los compañeros que asesinaron y a nuestras familias, es pensar cómo volvemos a la carga y ocupamos nuevamente.

Y en este sentido, ¿cómo es que nosotros tenemos que tener propuesta e ir elaborando propuestas? Hay distintas propuestas, y hay que agarrarlas todas, para tener una propuesta uniforme. Hace pocos días estuve en un pueblo, América, reunido con el intendente y todos los concejales. Como me habían escuchado en la televisión, donde hablé de medio millón de chacras, y hablé de la reforma urbana, me preguntaron: ¿cómo sería la reforma urbana? Justamente en ese pueblo, América, que no es precisamente un pueblo demasiado pobre, se ve pujante, me preguntan: ¿cuántas has se precisan, alrededor del pueblo, para resolver el problema de que no se desarraiguen los vecinos de acá que no tienen posibilidad de trabajar? Nosotros tenemos que afinar, para no hablar en general. Acá se está negociando para pagar al Club de París. ¿Cuánta plata es esa? ¿Y cuántas viviendas populares se podrían construir? Que los beneficiarios puedan pagar de acuerdo a lo que ganan. Pero también veníamos hablando de la clase media, donde el discurso de Macri contra “los negros” o “los paraguayos” pega, en muchas provincias inclusive los “morochos” pobres son tan discriminados como cualquier compañero que viene del exterior que no tendría que ser discriminado, la clase media también se hacina, pero de otra manera , diferente de la que nos hacinamos nosotros, con todos los problemas de salud que eso nos acarrea para los chicos, para los grandes. La clase media también se hacina. O ¿hay posibilidad de que la clase media acceda a un crédito hipotecario? Cuando un joven se casa quizá va a vivir con los padres, donde creció, con su mujer. Es otro tipo de hacinamiento. ¿Cómo elaboramos un programa que englobe a todos? Creo que merecemos hacerlo. No se resuelve sólo con una reforma agraria o una reforma urbana. Tienen que ir las dos cosas juntas, porque cuántos compañeros nuestros que vienen de las provincias, o vienen del exterior quieren volverse a su pueblo. Uno ya tiene su querencia acá, se casó acá, tiene los hijos acá, los amigos acá, es medio difícil volver a su pueblo. Pero también puede haber compañeros que quieren volver a su pueblo, porque allí fueron expulsados y tuvieron que emigrar a la gran ciudad. Creo que es un momento  donde el conflicto de Soldati desnudó la mentira del gobierno, desnudó esa realidad del déficit habitacional que tenían tapada con la alfombra, que en un país que crece a tasas chinas, y dicen ellos que van a seguir creciendo durante este año, donde los ricos son más ricos, y los pobres y los trabajadores vivimos soportando todas las dificultades que soportamos, para dar vuelta la tortilla va  a ser necesario que hagamos todos los esfuerzos de juntarnos con todo lo que sea posible de juntarnos.

Para esto tenemos que seguir elevando cuestiones de nuestra organización. Prestar atención a la existencia de cuerpos de delegados, elegidos democráticamente y revocables en cualquier momento,  donde los compañeros de los asentamientos protagonicen y decidan.

Y mientras tanto, vuelvo a repetir, impulsar en todo el país que se tomen tierras, para acompañar no sólo a los compañeros del Indoamericano y Formosa, sino también para resolver los problemas que tienen miles y miles de compatriotas.  Y por último, qué gran orgullo, que gran alegría, ese compañero va a ser fiel, sigue siendo fiel y leal a nuestra organización hasta que se muera, porque la organización, junto con él, hemos logrado que él tenga una vivienda, y eso no se puede olvidar nunca jamás.  Jamás se puede olvidar un compañero que tuvo, con la lucha, con el esfuerzo que puso, construyó su propia vivienda, hoy es dueño de su propia vivienda, y eso es más categórico que cualquier teoría que se haya elaborado de que no recibamos dádivas del gobierno. Nosotros no recibimos dádivas del gobierno, nosotros exigimos, no recibimos. Todo lo que hemos logrado lo hemos logrado con mucho esfuerzo, y seguramente los esfuerzos van a valer la pena cuando realmente demos vuelta la tortilla, imponiendo a favor del pueblo un gobierno de unidad patriótico, democrático y popular. Así que, a los cuatro compañeros delegados de Soldati, que han sido los protagonistas centrales de allí, tienen no sólo nuestro compromiso y acompañamiento, sino que el mejor homenaje que tenemos que hacer a los compañeros que asesinaron y a nuestras familias, es pensar cómo volvemos a la carga y ocupamos nuevamente.

Enero 2011