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02 de octubre de 2010

El kirchnerismo quiere adueñarse del Bicentenario, a espaldas del pueblo que lucha por la segunda y definitiva independencia que refunde una nueva Argentina.

El pueblo quiere saber de qué se trata

Hoy 1318 / La hora política

1. A 200 años de la Revolución de Mayo
Se cumplen 200 años de la Revolución de Mayo con la que nacimos como nación.
La lucha emancipadora recorrió más de tres siglos, con rebeliones de los pueblos y naciones originarias, africanos esclavizados y criollos, que se fueron uniendo para enfrentar a los poderosos imperios europeos que dominaban el mundo en aquella época. En ese terreno abonado por levantamientos e insurrecciones, incluyendo las que derrotaron a las dos invasiones inglesas, triunfó la Revolución de Mayo, derrocando al virrey e instaurando la Primer Junta. Una guerra difícil y prolongada consolidó la independencia, en un proceso que hermanó a los pueblos latinoamericanos y sus nacientes naciones.
El partido de la independencia, y las fuerzas avanzadas, Moreno y Belgrano, Artigas y Andresito, Güemes y Juana Azurduy, pugnaron por unir la lucha independentista con la lucha por la libertad de la opresión feudal. Pero se impuso una oligarquía de grandes terratenientes que se adueñaron de las tierras, cerrando el camino a las aspiraciones de las grandes masas populares que habían regado con su sangre la victoria independentista.
La Revolución de Mayo quedó inconclusa. Los dos siglos vividos desde entonces han sido, en otras condiciones históricas, de nuevos combates. Las viejas y nuevas oligarquías cipayas sometieron y someten al país a una nueva dependencia. Y las fuerzas obreras, campesinas, populares, patrióticas y democráticas, luchan para conquistar la segunda y definitiva independencia, y refundar una nueva Argentina.

2. El pueblo en las calles
El 25 de Mayo 1810, los revolucionarios impusieron la Primera Junta a un Cabildo que tres días atrás lo había impedido. Lo hicieron apoyados por cientos de “chisperos” armados comandados por French y Beruti, y las milicias organizadas contra las invasiones inglesas reunidas en el fuerte que hoy es la Casa Rosada.
El gobierno kirchnerista pretende apropiarse del Bicentenario. Pero, a diferencia de 1810, el pueblo es “invitado” a ser un simple observador de los discursos y adornos del “festejo”.
El pueblo está movilizado y es protagonista en fábricas, hospitales y escuelas; en pueblos y ciudades. Luchan por salarios y condiciones de trabajo los obreros de la alimentación, los trabajadores de comercio, los docentes, los estatales. El 12 se realizó una nueva jornada nacional de los desocupados; y también hay movilizaciones de los jubilados. Se multiplican las asambleas y actos de protesta en el campo. Los originarios vienen de realizar una gran jornada. Hay brotes de lucha estudiantil. El pueblo de Gualeguaychú ratificó el corte y programó nuevas medidas de lucha.

3. Gobierno usurero y desmalvinizador

¿Cómo puede pretender adueñarse del Bicentenario un gobierno que ahorca a las provincias con alma de usurero?, (ver pág. 3).
La Revolución de Mayo se financió sin contraer deuda. Fueron las oligarquías cipayas las que iniciaron el endeudamiento con los “empréstitos”. El gobierno kirchnerista mostró la hilacha al llamar “Fondo del Bicentenario” al dinero que manoteó de las reservas del Banco Central para pagar deudas ilegítimas reclamadas por los usureros imperialistas y sus socios nativos. Ahora presenta como un “triunfo” el canje de bonos de deuda que los bancos compraron por centavos y ellos van a pagar a 50 dólares. Y negoció ese “canje” con un banco inglés, el Barclays, el mismo que financia y es accionista de las empresas inglesas que están realizando el robo del petróleo en Malvinas.
Cristina Kirchner volvió a mostrar la hilacha cuando invitó al nuevo primer ministro inglés, Cameron, un hombre del riñón de la burguesía imperialista inglesa, a “una cooperación fructífera entre los dos gobiernos”. La respuesta del vocero del gobierno pirata fue directa: “No tenemos dudas acerca de nuestra soberanía sobre las islas Falklands (Malvinas) y las áreas marítimas circundantes”. ¿Qué va a hacer el gobierno K por la independencia de esa porción de territorio colonizado y saqueado? Más chamuyo. Es incapaz de hacer lo que hicieron los patriotas de Mayo, cuando expropiaban los dineros de los españoles colonialistas para financiar las campañas de la emancipación.

Remachan la dependencia
Los revolucionarios de Mayo tuvieron un proyecto de Nación, que se expresó en el Plan Revolucionario de Operaciones, escrito por Moreno con la colaboración de Belgrano. Tenían la idea de una patria grande.
El kirchnerismo definió su política basándola en la alianza estratégica con China, con el Mercosur y con Europa; relaciones “maduras” con Estados Unidos, y acuerdos con Rusia. Ahora, la burguesía imperialista china usa el peso que tiene en la compra de aceite de soja para forzar “el libre comercio” que arruinaría ramas enteras de la industria nacional. Brasil y la Unión Europea amenazan con tomar represalias por las tibias medidas arancelarias tomadas por el gobierno. Los rusos presionan por las exportaciones de carne bloqueadas por el gobierno K. Y los yanquis “aprecian” la colaboración argentina en su campaña contra Irán, y la devoción kirchnerista en el pago de la deuda.
El proyecto de una patria grande es lo opuesto a la política kirchnerista de remachar la dependencia, de hacer negocios con otros países para llenarse los bolsillos, como aparece ahora en la Korrupción del intercambio con Venezuela, o funcionarios como Jaime que de la noche a la mañana aparecen dueños de aviones, yates y mansiones.
Artigas, Güemes y otros patriotas mostraron cómo avanzar con el reparto de tierras, clave entonces, y una de las claves de la Argentina actual.
¿Cómo puede pretender el kirchnerismo adueñarse del Bicentenario, si viene de gobernar Santa Cruz, en donde están los más grandes latifundios de la Argentina, y los propios K, a través de testaferros se han convertido en grandes terratenientes? Han destruido –con la sojización que enseñorea a los terratenientes, los pules y los monopolios imperialistas cerealeros–, ramas enteras de la producción agraria, por lo que tienen responsabilidad directa en el encarecimiento de los alimentos que consume el pueblo.

4. El Centenario
Las derechas opositoras al kirchnerismo –que expresan a sectores de las clases dominantes distintos a los que se apoyan los Kirchner–, no han mostrado mucho empeño en la celebración del Bicentenario.
Algunas lo contraponen con el Centenario, cuando la vieja oligarquía tiraba manteca al techo, con los bolsillos llenos de libras inglesas que iba a gastar a Europa, a costa de la miseria de trabajadores en los conventillos y los obreros rurales y campesinos arrendatarios en el campo. Celebran a los gobiernos que fusilaban a los originarios, a los peones de la Patagonia rebelde y a los obreros de la Semana de Mayo o La Forestal.
Mauricio Macri es hijo de la nueva oligarquía, que heredó la esencia de “la vieja” oligarquía (explotadora, represora, corrupta, golpista, etc.). Lo demostró cuando puso y defendió al frente de la policía porteña al “Fino” Palacios, el jefe policial que dirigió la represión asesina del Argentinazo, y al recontra espía Ciro James. La “solidaridad” de De Narváez y otros con “Mauricio”, demuestra que los “ajustes” que planean van acompañados de “mano dura”.

5. El Bicentenario del pueblo
La crisis mundial zamarrea a Europa. Castiga a Grecia, España está en la picota, y otros países imperialistas como Inglaterra e Italia están en la mira. Pero también, las huelgas enfrentan el ajuste en Grecia, los piquetes cortan las calles de Madrid, el pueblo y la guerrilla nepalesa rodean a Katmandú, y el pueblo tailandés profundiza su insurrección.
En ese mundo, el Bicentenario de nuestra Revolución de Mayo está vivo en la lucha de los obreros de Arcor y la alimentación que han llevado adelante un duro plan de lucha. En los petroleros despedidos de Comodoro Rivadavia que cortan la ruta. En los ferroviarios del Sarmiento en lucha. En la heroica lucha de los docentes de Neuquén que llevan 11 semanas enfrentando la prepotencia del gobernador Sapag. En el combate de los trabajadores de Massuh por mantener su fuente de trabajo. En los cortes de calles y rutas de los desocupados y jubilados. En las luchas silenciadas de los campesinos pobres y originarios. En la protesta chacarera que va creciendo. En la pelea contra el desafuero y los juicios penales a los trabajadores de la comisión interna de Kraft que dirigió la histórica lucha.
El Bicentenario está vivo en la unidad obrera, campesina y popular, patriótica y democrática, que se va gestando en multisectoriales y coordinadoras, rodeando de solidaridad a las luchas, reclamando la investigación y no pago de la deuda ilegítima, y acordando puntos de unidad para impedir que se siga descargando la crisis sobre las espaldas del pueblo, como empuja la política kirchnerista, ahora con el impuesto inflacionario.
“Es amplio el arco de alianzas que se organizan en multisectoriales y coordinadoras de luchas en todo el país. Esto crea condiciones favorables para organizar un amplísimo movimiento político, cultural y social que conmemore en forma combativa el segundo centenario de la independencia en lucha por una segunda y definitiva independencia nacional” (Informe del CC del PCR, 8/5/10).
El Bicentenario estará vivo en las actividades que se preparan, con vigilias en las rutas y plazas, maratones culturales y actos unitarios, en los que se exprese la continuidad histórica de aquella gesta. No con un doble discurso como el kirchnerismo. Tampoco con la visión fraudulenta de otros sectores oligárquicos. Sino el Bicentenario de los patriotas, obreros, campesinos y del pueblo, dispuestos a llevar al triunfo sus banderas.