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13 de abril de 2011


El PyT en Formosa

Hoy 1364 / Presentación de la número 72

El sábado 9 de abril, en la capital formoseña se realizó la presentación del número 72 de la revista del PCR, Política y Teoría. La tapa de esta edición, evidencia la brutal represión llevada a cabo por la policía Formosa en la Comunidad Navogoh-La Primavera el 23/11/2010.

El sábado 9 de abril, en la capital formoseña se realizó la presentación del número 72 de la revista del PCR, Política y Teoría. La tapa de esta edición, evidencia la brutal represión llevada a cabo por la policía Formosa en la Comunidad Navogoh-La Primavera el 23/11/2010.
La presentación se concretó en el salón de ATE Formosa, con la participación del director adjunto de la prestigiosa publicación, Carlos Echagüe, quien vinculó la situación política nacional con los hechos que desencadenaron en el asesinato del militante de la CCC, Roberto López. La foto de tapa muestra a Raúl Gómez y las marcas de las balas de goma en su cuerpo y rostro, atrás una vista de la vegetación del lugar: tierra, aguadas, palmeras, que hacen reflexionar acerca de la codicia sin límites del poder.
La revista ha causado un revuelo en las distintas capas sociales: gremialistas que reservaron esta edición con anticipación, aborígenes que la encargaron para los días de cobro, amigos que no pudieron concurrir a la presentación que llamaron para la compra diferida: la palabra del PCR, a través de sus publicaciones ha mostrado la verdad y la perspectiva de la lucha de los qom por la tierra. Pueblo digno el qom, y tan digno como su hijo Roberto. Nuestro hermano y amigo Roberto, nuestro militante de la CCC. Dijimos en PyT que Roberto fue un frontoviki de los qom. Estos fontroviki eran los guerreros del ejército rojo que eran designados a la primera línea de fuego, en Moscú, en Stalingrado, en Berlín, y para ellos ese lugar en el frente del combate los llenaba de orgullo, de orgullo proletario. Sabían, que corrían riesgo de morir. Roberto López presagió su destino fatal, y fue de frente al ataque artero de la escuadra comandada por el genocida Muñiz. Necesitaron tres balazos de una potente arma como la itaca para liquidarlo. Hoy, ancianos, adultos, mujeres y jóvenes, han reverdecido sus ansias de combate, se están planteando que su lucha puede ser la gran unificadora de los pueblos originarios.
 Roberto está vivo, en el corazón de cientos de miles, de sus hermanos. Roberto López dejó una huella y un camino, imposible de borrar.