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03 de octubre de 2010

En el Hoy del 30/1/08 se publicó una nota sobre el testamento de Lenin. Creo importante considerar el contexto histórico y precisar que hay varias versiones sobre su difusión (para un desarrollo del tema el lector puede ver mi libro Revolución, restauración y Crisis en la Unión Soviética, tomo 1, pp.89-101).

El testamento de Lenin

Hoy 1203 / Sobre el contexto histórico y su difusión

El testamento es su Carta al Congreso, que reúne varias notas dictadas por Lenin entre el 22 de diciembre de 1922 y el 4 de enero de 1923.
A la vez, el 30 y 31 de diciembre, Lenin dictó dos durísimas notas contra las prácticas y concepciones nacionalistas gran rusas que evidenciaron Stalin y Dzerzhinski en su intervención en cuestiones conflictivas en Georgia.
En enero y febrero de 1923, Lenin produjo sus últimos escritos que, de conjunto, esbozaron una estrategia y táctica para la revolución y construcción socialistas, en las condiciones de la NEP (Nueva Política Económica), del cerco capitalista sobre la URSS y en que la “jornada de mañana en la historia mundial, será justamente la del despertar definitivo de los pueblos oprimidos por el imperialismo y la del comienzo de una larga y áspera batalla decisiva por su liberación”.
En su Carta al Congreso, Lenin reiteró que la base objetiva del problema de la unidad del Partido era que éste se apoyaba en dos clases. Por lo tanto, advertía desde su lecho de enfermo, su inestabilidad sería posible, y su caída inevitable, si no pudiera establecerse el acuerdo entre estas dos clases sociales.
En los años ‘20 el foco de la lucha de líneas en el Partido fue la alianza obrero-campesina. Lo siguió siendo, con mayor agudeza aún, durante la colectivización y la industrialización. Se pudo mantener la unidad del Partido en medio de borrascosas batallas políticas e ideológicas y pese a las dramáticas rupturas en el núcleo dirigente. Ello se logró sobre la base de una línea que, en los diversos períodos fue capaz de conseguir la unidad con el campesinado trabajador, bajo la dirección del proletariado, contra los campesinos ricos (kulaks) y demás elementos capitalistas en función de avanzar por el camino socialista.
Lenin propuso aumentar el número de miembros del Comité Central (CC) a 50 o 100, incorporando decenas de obreros y campesinos, sobre todo aquellos que no hubiesen asumido funciones administrativas en los años anteriores.
“Pienso que es necesario –decía Lenin– tanto para elevar la autoridad del CC como para mejorar a fondo nuestro aparato, y también para impedir que los conflictos de pequeños sectores del CC adquieran una importancia demasiado grande para los destinos del Partido”.
La Carta contenía también “una serie de consideraciones de orden puramente personal”, con críticas a varios dirigentes, especialmente a Stalin y Trotski “Pienso que, en ese sentido, el punto esencial en el problema de la estabilidad son los miembros del CC tales como Stalin y Trotski.
Las relaciones entre ellos constituyen, en mi opinión, lo principal en ese peligro de escisión que se podría evitar, para lo cual, entre otras cosas, serviría, creo yo, el aumento de los miembros del CC llevado a 50 o 100 personas.
El camarada Stalin –continuaba Lenin–, convertido en secretario general, ha concentrado en sus manos un poder ilimitado, y no estoy seguro de que siempre sepa utilizarlo con la suficiente prudencia.
Por otra parte, el camarada Trotski, como ya lo demostró su lucha contra el CC en el problema del Comisariado del Pueblo para las Vías de Comunicación, no se destaca sólo por sus capacidades eminentes. Personalmente tal vez sea el hombre más capaz del actual CC, pero también es presuntuoso en exceso y se apasiona demasiado por aspectos puramente administrativos del trabajo.
Estas dos cualidades de dos líderes eminentes del CC actual podrían llevar incidentalmente a una escisión; y si nuestro partido no toma las medidas necesarias para oponerse a ello, la escisión puede producirse en forma inesperada”.
En la última de las notas reunidas en la Carta, de fecha del 4 de enero de 1923, Lenin propuso “a los camaradas que reflexionen sobre el modo de desplazar a Stalin de ese cargo y de nombrar a otra persona que tenga sobre el camarada Stalin una sola ventaja: la de ser más tolerante, más leal, más cortés y más atento para con los camaradas, de un humor menos caprichoso, etc. Estas características podrán parecer un ínfimo detalle. Pero en mi opinión, para protegernos de la escisión, y teniendo en cuenta lo que escribí más arriba sobre las relaciones entre Stalin y Trotski, no se trata de un detalle, o bien es un detalle que puede adquirir una importancia decisiva”.
La NEP generaba, objetivamente, un terreno propicio para las desviaciones en el seno del Partido. Stalin sostenía que “en Rusia, en las condiciones de la NEP, ha surgido una nueva burguesía que, al no poder actuar abiertamente en la arena política, trata de romper el frente del comunismo desde dentro” (O.C., tomo VI, pág. 247). En el campo, los bolcheviques eran todavía muy débiles. Por ejemplo, según datos publicados en Moscú en 1924, en los soviets rurales de las provincias rusas, el porcentaje de miembros del Partido oscilaba entre el 0,3% y el 1,8%.
El 12 Congreso del Partido celebrado en abril de 1923 fue el primero al que Lenin no pudo asistir. Se desató una aguda lucha política e ideológica con el trotskismo que recorrió todo ese año.

La difusión y discusión del testamento
Lenin falleció en enero de 1924 y el 13 Congreso se realizó del 23 al 31 de mayo de 1924.
La Carta, a pedido de su autor, debía leerse en el Congreso siguiente a su muerte. Según nota de la edición de las Obras Completas de Lenin (tomo 36, pág. 692), el testamento se leyó a los delegados al Congreso y “por unanimidad, el Congreso decidió no publicar la carta, ya que consideraba que le estaba destinada y que no había sido escrita para ser publicada en la prensa”.
Según la versión oficial del Manual de historia del PCUS publicado en 1961 (con la demonización de Stalin por la dirigencia revisionista encabezada por Jruschiov), en cada una de las delegaciones se dio lectura y se discutió la Carta. Y las delegaciones se pronunciaron por la continuidad de Stalin en la secretaría general, a condición de que tuviese en cuenta la crítica de Lenin. Se amplió el CC a 53 titulares y 34 suplentes, más o menos en la dirección propuesta por Lenin.
Según fuente oficial de 1960, en la primera sesión del nuevo CC electo en el 13 Congreso Stalin presentó su renuncia y fue rechazada.
Según dice Isaac Deutscher, en su voluminosa biografía de Trotski, “el CC y los anteriores delegados se reunieron el 22 de mayo para tomar conocimiento del testamento de Lenin que Krupskaya [la viuda de Lenin] había conservado hasta entonces”, Trotski no dijo una palabra y también se mantuvo en silencio cuando se desechó la propuesta de Lenin de reemplazar a Stalin y cuando se resolvió por aplastante mayoría no publicarlo, pese a la protesta de Krupskaya. Tampoco dijo nada al respecto en las sesiones plenarias del congreso (edición francesa, tomo 2, pp.193-194 y 197).
En definitiva, no se leyó y discutió abiertamente en las sesiones del Congreso tal como Lenin había pedido, pero en realidad, de una u otra manera, el testamento se dio a conocer y fue discutido.
La gran mayoría de los militantes veía en Trotski el peligro principal para la unidad del Partido. Por el contrario, Stalin era visto como el portavoz de la dirección colectiva y de la lucha por la unidad partidaria. Esta opinión se reflejaba en la gran mayoría de los delegados al Congreso.

La lucha por la unidad
Luego de su derrota política en la Conferencia de enero y en el Congreso de mayo de 1924, Trotski, lejos de respetar democráticamente la posición de la mayoría, recrudeció su actividad fraccional.
A principios de 1925, una sesión del CC condenó sus actividades contrarias a la unidad partidaria y consideró que sus posiciones eran “una adaptación a los modelos ‘europeos’ del seudomarxismo, o sea, en última instancia, en el sentido de la socialdemocracia europea”.
En este plenario Zinóviev pidió la expulsión de Trotski del Partido o, al menos, de su CC. Esta moción fue rechazada por una mayoría encabezada por Stalin. Kámenev solicitó entonces la exclusión de Trotski del Buró Político. También fue rechazado. Stalin planteó que Trotski debía permanecer en el Buró Político porque –según dijo más tarde en el 14ª Congreso– “sabíamos que la política de amputación entrañaba grandes peligros… Hoy se amputa a uno, mañana a otro, pasado mañana a un tercero, ¿quién quedaría entonces en el Partido?”
Poco después, en el curso de 1925, se conformó una nueva oposición, la de Zinóviev y Kámenev. Fue derrotada en el 14 Congreso de fines del mismo año, por 559 votos contra 65. En la primera sesión del nuevo CC se eligió un nuevo Buró Político, en el que continuaron como titulares Trotski y Zinóviev, pasando Kámenev a suplente.
Sin embargo, en el curso de 1926, se unieron Trotski, Kámenev y Zinóviev. Constituyeron un centro fraccional. Operaron intensamente en las distintas instancias del Partido y del Estado contra la línea aprobada en el 14 Congreso.
Conminados a cesar en su labor fraccional, en octubre de 1926 publicaron una declaración en Pravda (órgano central del Partido) anunciando la disolución de su organización y proclamando que era necesaria y válida la prohibición de las fracciones.
Pero, simultáneamente, el amigo y partidario de Trotski, Max Eastman, publicaba en el New York Times el testamento de Lenin con el evidente propósito de que rebotase desde Estados Unidos al interior de la Unión Soviética. Esta maniobra ocurría apenas un año después de que Trotski mismo hubiese negado públicamente la autenticidad del testamento.
El texto completo de éste se publicó en el Boletín de circulación interna durante el 15 Congreso de fines de 1927, que selló la derrota de esa “oposición unificada”.
Luego del 20 Congreso (febrero de 1956), con el fin de instrumentarlo en la vil campaña contra Stalin, editaron la Carta al Congreso de Lenin en tiraje masivo.