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19 de julio de 2017

El trabajo cultural del PC (5)

Crónicas proletarias - 276

 A comienzos de 1922, el 18 de enero, el Partido Comunista (Sección Argentina de la III Internacional), como se denominaba entonces, promovió una Exposición Artística a Beneficio de los Hambrientos de Rusia, como parte de sus actividades políticas y culturales en defensa de la Revolución Rusa, en ese momento asediada por el cerco imperialista y enfrentando a los contrarrevolucionarios internos. Hemos mencionado ya la amplitud de esta muestra, de la que participaron pintores y escultores de diversas tendencias artísticas.
El periódico del PC, La Internacional, reseñaba en un artículo algunas de las piezas exhibidas: “Una tela, ‘Maternidad’, de Facio Hebecquer llena de profundidad, un retrato al pastel de Emilia Bertolé de extremada fineza, una gouache de Vigo, tres cabezas de Mascareñas, un Gorki de Centiruión y un Tolstoi de Bilis, ambos al carbón, una acuarela de Ramón Silva donada por sus deudos, un óleo ‘Labor’ de Octavio Fioravanti… Entre las esculturas se destacan Riganelli, José Fioravanti, Bigatti y Lamanna. Veinte obras, algunas de las mejores, han sido elegidas para ser rifadas. La selección se ha hecho con admirable criterio y no dudamos que habrá de tener singular éxito”. De la amplitud de la muestra da testimonio el artículo contando que la inauguración fue cerrada por “el señor navarro Mouzó quien exhortó al público, en nombre de un cristianismo bien entendido, a prestar ayuda al pueblo ruso que lucha en el mundo por imponer un sentimiento nuevo de justicia”.
Esta actividad se dio en el medio –y estimuló– el debate que se daba en la Rusia de los soviets sobre el arte y la cultura. Tanto La Internacional o revistas partidarias como Documentos del Progreso, reflejaban los debates que se daban en torno a estos temas, publicando documentos y/o artículos de Lenin, o del comisario de Instrucción pública, equivalente al ministro de Educación y Cultura, Lunacharsky. En la Argentina, como planteó Cristina Mateu, estos debates estuvieron atravesados “por conflictos y luchas políticas e ideológicas… algunas heredadas del socialismo y del anarco-comunismo, que tuvieron mucha importancia política, económica y cultural”. También vinculada a la defensa de la URSS en el terreno del arte, a comienzos de 1923 La Internacional reproducía una noticia llegada desde Moscú, que afirmaba que “Chaplin es comunista” y que el genial cómico viajaría a Rusia donde “pondría su prodigioso genio cómico al servicio del proletariado, al cual un arte despojado de las mentiras convencionales es ya accesible”.