La hegemonía de los terratenientes y grandes comerciantes criollos en la revolución de independencia en el Río de la Plata, a principios del siglo XIX, frustró largo tiempo la construcción de la nación, al mantener la dispersión económico-social interna, y trajo aparejadas, entre otras consecuencias, muchas décadas de divisiones y guerras civiles en cuyo transcurso se diluyeron la vida y las expectativas democráticas de indios, africanos, gauchos y otros sectores populares, dilapidadas en disputas cuyo centro estuvo, por años, en el problema del puerto único y la Aduana, en manos de Buenos Aires y el exclusivismo ganadero de los grandes terratenientes.
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