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02 de octubre de 2010

Reproducimos una nota acerca de las elecciones presidenciales enviada por la redacción La Verdad, órgano de difusión del PCR de Uruguay.

Elecciones 2009 en Uruguay

Hoy 1290 / Un primer balance

Al mediodía del lunes con los datos de la Corte Electoral al 100% y faltando sólo los votos observados, unos 32.000 (un 1,4%) se confirma que habrá segunda vuelta electoral, ya que el Frente Amplio, con la fórmula Mujica-Astori, obtuvo el 48,16% , retrocediendo de la elección anterior, del 2004, donde había obtenido el 50,5%.
La mayoría parlamentaria, el otro tema en cuestión, queda en suspenso, ya que ella va a depender de qué partido gane en noviembre, que obtiene un senador por el cargo de vicepresidente, y está pendiente conocer el resultado de los observados.
En segundo lugar queda el Partido Nacional, con la fórmula Lacalle-Larrañaga, con casi un 29%, retrocediendo un 6% de la elección anterior, sobretodo por la recuperación del Partido Colorado, con la fórmula de Bordaberry (hijo del dictador)-De León, que pasó del 10 al 17%.
El cuarto lugar lo obtuvo el Partido Independiente, socialcristianos y socialdemócratas de centroderecha, que no llega al senador, y que tuvo el 2,5%.
Por último la Asamblea Popular, que como tal se presentó por primera vez (donde predominan sectores antiimperialistas consecuentes, que abandonaron el FA en este período) y que está integrada por el Movimiento 26 de Marzo, el Partido Comunista Revolucionario, el Modeju (jubilados), Avanzar (movimiento de San José y varios departamentos) e independientes, donde se destacan el Dr. Helios Sarthou, Raúl Rodríguez candidato a presidente y la profesora y destacada ambientalista Delia Villalba, que obtuvo algo más de 15.000 votos, el 0,67%, más que triplicando las internas de junio, pero que no llega a obtener una banca de diputado, uno de los objetivos planteados (para lo que habría que superar el 1%). Estos sectores habían obtenido unos 40.000 votos en las elecciones anteriores, dentro del FA.
Los votos en blanco y anulados sumados obtuvieron alrededor del 2,5%.
Además de esta elección nacional, donde participaron finalmente el 90% de los cerca de 2.600.000 habilitados, se realizaron dos plebiscitos, uno por la Anulación de la Ley de Impunidad, con la papeleta rosada que no superó el 48% y el otro por el voto epistolar que sólo logró el 36%.

Un primer balance
El retroceso del 3%, del FA, partido que gobernó y que sufrió cierto castigo, menor al merecido (“le salió barato al FA” dijo una compañera), se expresó de distinta forma: por izquierda, por haberse desenmascarado como un gobierno del oportunismo, continuista y proimperialista; en parte de la abstención que hubo, en parte del voto blanco y anulado y en el voto a la Asamblea Popular; y por “derecha”, donde pesaron el candidato del FA (Mujica), el tema seguridad, el impuesto a la renta de las personas físicas (el IRPF) que golpeó más a sectores medios, votos que “volvieron” a los partidos tradicionales o fueron al Partido Independiente.
Los candidatos de los partidos tradicionales representantes de los sectores más derechistas, ayudaron en parte a que el FA retuviera electorado, y la candidatura de Mujica renovó en parte las esperanzas de que ahora pudiera haber un cambio “hacia la izquierda”.
Pesaron también en la “buena” votación al FA a pesar de todo, los planes asistencialistas, y los efectos de la propaganda electoral masiva por los medios, donde el gobierno jugó fuerte.
La crisis económica internacional que se ha ido instalando en nuestro país fue ocultada por la propaganda, y porque con importantes inversiones en obras públicas este año se encubrieron los efectos de la desocupación generada por la caída de la industria y el agro. Hay que tener en cuenta que los cuatro primeros años del gobierno de Tabaré, hubo un crecimiento económico promedio del 7%, por el auge de los precios internacionales de las materias primas y que esto lo vivió el pueblo como cierta recuperación de las fuentes de trabajo y el salario después de la crisis del 2002.
La Asamblea Popular que ha ido reagrupando fuerzas combativas, antiimperialistas y por el Socialismo, si bien no entra en el Parlamento, realizó una gran campaña con escasos medios y a pesar de ello logró una amplia difusión de sus denuncias: del Programa antiimperialista y popular, las “40 Medidas”, difundido por decenas de miles y la extensión de su organización al plano nacional, abriendo con esto muy buenas perspectivas de que se convierta en una fuerte herramienta al servicio de las luchas de nuestro pueblo en todos los terrenos en los que esta se expresa.
En esta lucha tuvo una participación importante el PCR, que también ha desarrollado su organización y su llegada a las masas.

La lucha por la anulación de la ley de impunidad va a seguir
El FA que tuvo en este período de gobierno la mayoría parlamentaria para aprobar la Anulación de la Ley de Impunidad, no lo hizo y luego usó en forma oportunista a sectores de perfil de izquierda para hacer una campaña por el plebiscito para su anulación, lo que le permitió a la postre retener electorado, mientras los sectores de Astori, Huidobro y otros no lo impulsaron.
Lograron que esta infamia se volviera a legitimar, pero 1.100.000 orientales votaron por el Sí a la anulación, justificando con creces la necesidad de redoblar la lucha directa del pueblo para obligar a hacerlo y a abrir un cauce para la verdad y el juicio y castigo para los responsables de los crímenes de la dictadura militar fascista y sus cómplices civiles.