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24 de octubre de 2018

Frente Granate, Ocre y Siete

Elecciones en Adosac Santa Cruz

Las agrupaciones Granate, Ocre y Siete hemos acordado un frente para las elecciones de delegados a congresales de nuestro gremio, Adosac (Asociación de Docentes de Santa Cruz), que se realizarán el 25 de octubre.

En el marco de una provincia en la cual por aumento del dólar sus ingresos se han incrementado por ser una provincia generadora de recursos energéticos y mineros, los empleados estatales y en particular el sector docente vemos cada día más socavados nuestros ingresos.
Nos unimos en una lista en defensa de nuestros derechos, porque nuestra construcción ha surgido de esta manera, escuchando opiniones distintas, aceptando las diferencias para avanzar, con pluralidad de posiciones pero que las mismas no son obstáculo para que todas estas voces se puedan unir para fortalecer a la Adosac que queremos.

En ese contexto el Consejo provincial de Educación citó de manera obligatoria para el sábado 20 a una jornada institucional en cada escuela de cada nivel y modalidad, con el título “qué escuela queremos”.

Desde el frente de agrupaciones Granate, Ocre y Siete, decidimos para dicha jornada plantear los siguientes puntos, dentro de una situación donde el CPE llamó a dicha jornada de manera unilateral, autoritaria, indiscriminada y totalmente fuera de lugar.

¿Qué escuela queremos?
Es tan amplia la respuesta que podríamos dar, pero solo mencionaremos las necesidades a cubrir de manera más urgentes.

Queremos una escuela en la que los directivos y supervisores nos acompañen en el proceso de enseñanza – aprendizaje, que nos puedan brindar herramientas para reforzar la calidad educativa. Que posean capacitación permanente en servicio.

Queremos una escuela en la que los directivos y supervisores no estén abrumados y sobrecargados con tareas administrativas.
Queremos una escuela con condiciones edilicias dignas y preparadas para el trabajo.

Queremos una escuela abocada a lo pedagógico, con cortes evaluativos para fortalecer la práctica docente y planificar distintos métodos para que los alumnos logren la reconstrucción, apropiación y construcción del conocimiento.

Queremos una escuela que no esté ajena a la crisis que nos atraviesa como sociedad y garantice gabinetes interdisciplinarios en todos y cada uno de los establecimientos escolares.

Queremos una escuela que se preocupe y ocupe de la deserción escolar, sin propuestas que lesionan la calidad educativa y precariza el empleo docente.

Queremos una escuela que no tenga que solicitar donaciones o realizar actividades con el objetivo de juntar fondos para comprar los insumos que requiere el funcionamiento administrativo o el material para pequeñas refacciones.

Queremos una escuela en la que no tengamos que dejar parte de nuestro sueldo para la adquisición de material didáctico, resmas de papel, tóner para la fotocopiadora, azúcar, leche, etc.

Queremos una escuela en la que no cuelguen los cables de las instalaciones eléctricas, que los pisos no estén rotos, que no se inunde cuando llueve.

Queremos una escuela que no dependa de un presupuesto educativo insuficiente porque considera a la educación como un gasto y no como una inversión.

Queremos una escuela que garantice los cargos necesarios en los establecimientos educativos, para brindar la educación que demanda la población estudiantil y que cesen en la creación de cargos políticos como favores partidarios.

Queremos una escuela en la que la inclusión e integración no sea una imposición, sino que tenga el acompañamiento a los docentes que deben atender la diversidad.

Queremos una escuela que no impulse como igualdad de oportunidades la misma cantidad de alumnos por aula, sino que considere las particularidades de cada institución, porque en varias de ellas hay niños y jóvenes judicializados, con problemas de adicciones, de violencia doméstica, etc.

Queremos una escuela que no exponga estadísticas sobre los saberes adquiridos por los alumnos, extraídas de evaluaciones enlatadas y estándares que no tiene en cuenta las condiciones particulares de la matrícula que se está evaluando y el ámbito socio cultural en donde se está desarrollando el proceso educativo.

Queremos una escuela que nos dé la tranquilidad de percibir nuestros haberes en legal tiempo y forma, con docentes con un solo cargo, cuya remuneración sea igual al costo de la canasta familiar.

Queremos una escuela que no nos sumerja en la incertidumbre y la angustia de estar meses sin cobrar, por un circuito administrativo cuyo fracaso está demostrado.

Queremos una escuela que no descalifique nuestro rol y que por el incumplimiento de nuestro empleador no vea interrumpida nuestra labor.

Queremos una escuela cuya cooperadora esté abocada a favorecer el trayecto escolar de los alumnos con falta de recursos económicos, que dejen de cubrir las falencias edilicias y exijan el refuerzo de la copa de leche.

Queremos una escuela que no descargue la responsabilidad del Estado sobre los integrantes de la comunidad educativa.

Queremos una escuela democrática, con funcionarios políticos competentes en sus cargos, sin improvisaciones, sin autoritarismo.

Queremos una escuela que valore nuestra tarea educativa en lugar de privilegiar el estar y permanecer por encima de la formación docente y la ausencia del perfeccionamiento en servicio y gratuito por parte del Estado.

Queremos una escuela que no nos presione, que no esté sometida a los vaivenes partidarios y los funcionarios vayan saltando de cargo en cargo.

Queremos una escuela que nos proteja y nos asista legalmente cuando somos víctimas de agresiones de los alumnos y/o sus tutores.
Queremos una escuela que no olvide que “La educación pública es la más creadora de todas las fuerzas económicas, la más fructífera de todas las medidas financieras”.

Queremos una escuela donde alumnos y docentes quieran asistir.

Queremos una escuela donde las horas institucionales sean para debatir la mejora de la enseñanza y no apoyo escolar.

Hoy N° 1740 24/10/2018