El domingo 27 de octubre se realizaron las elecciones nacionales en Uruguay, donde se elige la composición de las dos cámaras del parlamento, 30 senadores y 99 diputados.
Para la elección del presidente y el partido que gobernará por los próximos 5 años es necesario lograr más del 50% de los votos válidos, y de no lograrse esto, como sucedió en esta oportunidad, los dos partidos más votados pasan a una segunda vuelta, el 24 de noviembre.
El Frente Amplio, seudoizquierda, que gobernó del 2005 al 2020 y perdió las elecciones del 2019, obtuvo esta vez el 44%, siendo el partido más votado, le siguió el Partido Nacional, con el 27%, un partido de la derecha tradicional, que está en el gobierno al frente de una coalición que incluye a la ultraderecha y que preside Lacalle Pou.
Es importante tener en cuenta que la Coalición Republicana, integrada también por el Partido Colorado, Cabildo Abierto (ultraderecha) y el Partido Independiente (de origen socialdemócrata), en su conjunto obtuvo algo más del 47%, con lo que en la segunda vuelta la disputa va a ser pareja.
Por otro lado, dada la acumulación por sublemas que tiene el FA y no la CR (donde cada partido va por su lado), obtuvo ya la mayoría en el Senado con 16 senadores aunque no la obtuvo en Diputados donde tiene 48, mientras la C.R. tiene 49, y hay 2 diputados de Identidad Soberana, un partido nuevo, encabezado por el Dr. Salle. Este es un personaje que se presenta como antisistema, anticasta, que se destacó por crear un movimiento antivacuna durante la pandemia, quiere eliminar la Ley de Aborto, la Ley de Género y la Ley Trans, etc.
La izquierda antiimperialista consecuente y de lucha, la Unidad Popular-Frente de Trabajadores, obtuvo unos 10.000 votos, el 0,41%. Está integrada por el Movimiento 26 de Marzo, el Partido Comunista Revolucionario, Partido Humanista, Modeju (jubilados), Partido de los Trabajadores y el Frente de Trabajadores en Lucha.
El PCR, con su lista 960, obtuvo algo más de 1.000 votos en los 12 departamentos donde se presentó, siendo el sector más votado el 26 de Marzo.
Es la segunda elección en la que retrocedemos en la votación, desde la del 2014 donde la UP obtuvo 27.000 y un diputado, y el PCR, 4.300 votos.
En esta elección también se presentaron dos plebiscitos de reforma constitucional, el de la Seguridad Social, por recuperar la edad de retiro jubilatorio a los 60 años, subir las jubilaciones mínimas al nivel del salario mínimo nacional (unos 550 dólares) y eliminar las AFAPs, fondos de ahorro previsional, que son una verdadera estafa del capital financiero, ya acumulan 24.000 millones de dólares de los trabajadores y luego pagan jubilaciones de miseria.
Este plebiscito, que fue impulsado desde el Pit-Cnt (central obrera) organizaciones sociales y políticas como la UP-FT, con la papeleta blanca del SÍ, obtuvo cerca de un millón de votos, un 40%, pero necesitaba el 50% más 1.
El otro plebiscito, el de los Allanamientos Nocturnos, impulsado por la derecha y la ultraderecha también fracasó.
El plebiscito de la Seguridad Social fue claramente el tema central en esta campaña electoral y antes de ella con la recolección de las 430.000 firmas para lograr la posibilidad de su presentación. Se opusieron al plebiscito popular, la derecha y la ultraderecha, las cámaras empresariales, los organismos de crédito internacional y también la mayoría de los sectores del Frente Amplio y su fórmula presidencial.
El propio expresidente Mujica y su sector, el MPP, fueron ´parte muy importante de esta verdadera campaña reaccionaria contra los derechos del pueblo trabajador que expresaba este plebiscito y su propia base los castigó, ya que 2/3 de los votantes del FA votaron incluyendo la papeleta blanca del Sí.
La lucha obrera y popular se abrirá paso nuevamente desde la lucha sindical y social y desde las calles que son el terreno del pueblo.
Foto: Yamandú Orsi (Frente Amplio) y Álvaro Delgado (Partido Nacional)
hoy N° 2034 06/11/2024