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13 de noviembre de 2019

Lo que quieren ocultar los opresores

Elecciones y lucha de clases

Las elecciones del 27 de octubre, con la derrota del gobierno macrista y el triunfo del Frente de Todos, dejaron otras cosas además de los obvios análisis políticos.

Trascendió a las redes y a los medios el ataque a un joven presidente de mesa en la localidad de Moreno, por ser morocho y de gorrita. Las redes sociales se poblaron de mensajes de odio hacia los sectores populares. En el mismo sentido se expresaron algunos dirigentes macristas, deseando úlceras a reconocidos artistas votantes del Frente de Todos. Por si no alcanzara con estos ejemplos dentro de nuestro país, así como el presidente de Brasil Jair Bolsonaro dijo que los argentinos elegimos mal, su hijo Eduardo Bolsonaro se pavoneó en fotos con un fusil automático, comparándose con una foto del hijo del presidente electo caracterizado como el personaje Pikachu de la serie de animé Pokémon.

Todo esto vuelve a mostrar una de las cuestiones que más se trata de ocultar por parte de quienes dominan: que vivimos en una sociedad dividida en clases sociales, que estas clases tienen intereses y aspiraciones distintas y se enfrentan entre sí, a veces de manera enmarañada o caótica. Esto es lo que los marxistas conocemos como lucha de clases. Como recuerda Lenin “La historia de todas las sociedades que han existido –dice Marx en el Manifiesto Comunista (exceptuando la historia de la comunidad primitiva, añade más tarde Engels– es la historia de la lucha de clases”.

Porque estos ataques que aparecen como cuestiones personales o individuales, cargados de odio hacia los humildes, homofóbicos, racistas, expresan intereses de clase. Y por eso aparecen con claridad en estos momentos de tensión política, cuando ya el maquillaje y la hipocresía con que se recubren los defensores de los intereses de las clases dominantes en tiempos “normales”, se caen y dejan paso a los verdaderos rostros.

Porque como sigue recordando Lenin en su artículo Carlos Marx, de 1914, éste escribía “Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y aprendices; en una palabra, opresores y oprimidos se enfrentaron en secular antagonismo unos con otros, mantuvieron una lucha constante, ya velada, ya abierta; lucha que siempre terminó con una transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento general de las clases contendientes”.

En un país como el nuestro, oprimido por las cadenas del latifundio y la dependencia, disputado por distintas potencias imperialistas, las diferencias de las distintas clases sociales, y la lucha de clases, se hace más compleja, y los intereses de esos sectores opresores dominantes, nacionales y extranjeros, aparecen las más de las veces ocultas en estas expresiones que hemos mencionado.

Por eso es importante recordar que la clase obrera, su principal aliado el campesinado pobre y medio, y el resto de las clases y sectores populares interesados en la liberación nacional, tienen una táctica que es la de la lucha de clases, no del ataque individual o personal, partiendo siempre de los intereses de las clases populares.

Esta “teoría de la lucha de clases” como la llamó Lenin nos ayuda a ver lo que está detrás de las repudiables expresiones de los Bolsonaro, Amadeo y las de tantas y tantos defensores de este gobierno hambreador y entreguista, y a reafirmar nuestro camino revolucionario.

Hoy N° 1791 13/10/2019