A través de un decreto, la provincia de Corrientes declaró la emergencia por seis meses desde el 1 de enero. San Miguel está entre los 12 departamentos afectados, cercanos a las cuencas del río Corrientes y el Santa Lucía, y de lagunas y humedales desbordados por las extraordinarias precipitaciones caídas desde mediados de diciembre del 2014 y la primer quincena de este mes.
A través de un decreto, la provincia de Corrientes declaró la emergencia por seis meses desde el 1 de enero. San Miguel está entre los 12 departamentos afectados, cercanos a las cuencas del río Corrientes y el Santa Lucía, y de lagunas y humedales desbordados por las extraordinarias precipitaciones caídas desde mediados de diciembre del 2014 y la primer quincena de este mes.
Las zonas cercanas a las cuencas son las más visibles en pérdidas.
La Unión Campesina junto a otras organizaciones del departamento de San Miguel realizaron notas y reuniones con el Concejo municipal y la Intendencia para lograr la declaración de Emergencia. La repuesta fue favorable. Se realizaron asambleas de parajes para que los compañeros expresaran sus pérdidas así como las necesidades y formas del reclamo. La UC se unificó en el reclamo de $3.000 mensuales por productor durante la emergencia, más semilla y gasoil. La gran cantidad de agua provocó la pérdida de la cosecha y afectó el reinicio del ciclo de la producción de enero y febrero cuando se ara y siembra para el invierno. La inflación, el transporte encarecen todos los costos para los campesinos lo que presagia un año muy difícil que agravará las condiciones de vida y producción, por lo se hace imprescindible obtener apoyo nacional, provincial y municipal en la emergencia.
Las emergencias productivas nunca llegan a los campesinos pobres. Abarcan a los ganaderos a quienes se apoyará con 13.300.000 pesos del Fondo del Bicentenario, a los arroceros con subsidios de tasas para la toma de créditos, a los tabacaleros con el fondo del tabaco. Los campesinos pobres en la “década ganada” son inviables para el gobierno. Por ello no aparece ayuda para los que producen mandiocas, maíz, algo de sandía, zapallo, gallinas. Los campesinos pobres que el gobierno los denomina “con economía de subsistencia” no los tiene en cuenta en las emergencias; y son mayoría en Corrientes y otras provincias del norte. Son los más afectados, porque producen para su familia y para vender. Es el caso de los campesinos de la Unión Campesina que necesitan un subsidio para sostenerse mientras realizan la producción y que no están en condiciones de aceptar créditos porque no podrán devolver el préstamo. Ese es el motivo del pedido de los $3.000 para mantenerse en el campo y evitar la expulsión a las villas de pueblos y ciudades.