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02 de octubre de 2010

Durante su visita a la Argentina con motivo de la celebración del 40º aniversario del PCR, hoy dialogó con Jürgen Schäuble, miembro del Partido Marxista Leninista de Alemania, sobre el actual momento de las luchas sociales en su país.

En Alemania hacia una nueva ofensiva obrera

Hoy 1220 / Partido Marxista Leninista de Alemania (MLPD)

—Los diarios argentinos silencian casi por completo la realidad social en Alemania…
—En el curso del último año la inflación fue más del 10 por ciento. Oficialmente dicen que es sólo del 3 por ciento, pero sabemos que es mayor, y que la situación social es mala.
Uno de los movimiento sociales que han surgido es el de las “Marchas de los lunes”, iniciadas en el 2004. Comenzaron en alrededor de 100 a 120 ciudades, y en muchas todavía siguen realizándose, todos los lunes o lunes por medio.
Uno de los puntos que se reclama es el aumento del subsidio por desempleo en 50 euros, aproximadamente el 10% del subsidio mensual que cobran los desocupados (que es de 347 euros más cierta cantidad para el alquiler).
La situación social empeora. Algunos sectores van hacia la pobreza absoluta. A mucha gente ya le han cortado la luz porque no puede pagarla.

—¿Cuáles son las causas de ese empeoramiento de la situación social?
—Al gobierno en realidad no le interesa crear nuevos empleos y que los desempleados vuelvan a trabajar. Las “Marchas de los lunes” reclaman la derogación de la ley “Hartz IV”, que pretende reducir el subsidio de desempleo y obliga a los desocupados a aceptar cualquier empleo por 1 euro la hora. Así se busca enfrentar a los trabajadores ocupados y desocupados. Por eso mismo la “Hartz IV” hace descender los salarios de los obreros ocupados. El gobierno dice que ahora en Alemania hay muchos nuevos empleos, pero se trata de trabajadores contratados y con salarios muy bajos, lo que a su vez presiona hacia abajo el salario de los demás trabajadores.
Por eso en las “Marchas de los lunes” pelean juntos los trabajadores y los desocupados: se trata de un mismo problema y una misma lucha.
La ley Hartz lleva el nombre del jefe de personal de Volkswagen, amigo personal del ex canciller socialdemócrata de Alemania, Schröder. La caída de Schröder y de otros responsables de la ley Hartz IV tiene mucho que ver con las “Marchas de los lunes”.Nuestro Partido participa y promueve ese movimiento; en la actualidad no es muy fuerte pero sigue siendo un movimiento de masas organizado. En cada ciudad tiene un delegado, y los delegados de todas las ciudades se encuentran una vez al año para organizar sus actividades comunes a nivel nacional.
Para mucha gente estas marchas son su forma específica de organización. Algunos participan del movimiento en forma independiente; otros como integrantes de organizaciones sindicales, de mujeres, de jóvenes, de organizaciones religiosas –católicas o luteranas– o municipales. Es un movimiento muy variado, pero la unidad es bastante fuerte. Cualquiera puede expresarse en las asambleas a micrófono abierto: los únicos a quienes no se les permite intervenir es a los fascistas. Es un movimiento “autoorganizado”: no depende de un sindicato, ni de un partido y tampoco del nuevo partido llamado “La Izquierda”.
En cuanto a la cantidad de gente que se nuclea en este movimiento –quizá 20 personas en una ciudad, 100 en otra–, creo que con las asambleas a micrófono abierto donde la gente se para, se interesa, escucha, posiblemente llegarán a unas 10 mil personas como mínimo. Nuestro Partido respeta esa auto-organización, y una de nuestras tareas es ayudar a ella en todo lo posible.
Una vez por año se hace una gran manifestación en Berlín, para expresar que no aceptamos a ningún gobierno que esté de acuerdo con esa ley. El año pasado hubo 7 mil personas en la Marcha.

—¿Hay actualmente alguna gran empresa en lucha, como la que hubo hace algunos años en la Opel (nombre de la automotriz General Motors en Alemania)?
—El gobierno –que es una coalición de los dos principales partidos de los monopolios, el socialdemócrata (SPD) y el socialcristiano (CDU)– tenía planes aún peores para los desocupados, pero no los ha llevado a cabo por miedo a que se produzcan luchas mayores. En el último año y medio ha logrado frenar la lucha obrera. Sin embargo, el desarrollo hacia la ofensiva obrera sigue aún algo más despacio. Tanto el gobierno como los dirigentes sindicales hacen todo para impedir las huelgas o frenarlas. Hace un tiempo, los trabajadores del ferrocarril lucharon durante meses enconadamente por un aumento salarial. Pero la dirección sindical cerró un compromiso sin aprovechar la fuerza combativa de los trabajadores. En los últimos tiempos hubo varias negociaciones colectivas y también paros y luchas sindicales en este marco, pero los empresarios y las direcciones sindicales se esfuerzan para ahogar las luchas e impedir una extensión de éstas.
Hace 4 o 5 años, cuando fue la lucha de la Opel, había un auge; ahora eso se calmó. Pero la situación en que el gobierno puede manejar las cosas para evitar luchas está tocando su fin. Sigue la transición hacia la ofensiva obrera en amplia escala, iniciada en 2004.

—¿Ese ascenso se manifiesta también en otros movimientos?
—Bueno, por ejemplo un año atrás hubo manifestaciones de los trabajadores de la salud, médicos incluidos. El 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, hubo actividades en diversas ciudades, donde se vio que mucha gente quiere hacer algo contra el empeoramiento de las condiciones de vida.
El gobierno da lugar a los fascistas para que expresen sus ideas. Pero donde aparecen con sus manifestaciones, también aparece gente en contra de ellos. Mi partido, el MLPD, apoya una campaña de firmas que está en curso para que se prohíba al partido fascista NPD (Partido Nacional Democrático).
Otro movimiento en el que se trabaja es el ecologista. El gobierno planea construir en el estado federado de Westfalia del Norte 24 usinas de electricidad a carbón, quemando los recursos fósiles. Hay movimientos en varias ciudades por este tema. Nosotros pensamos que se necesita un movimiento internacional, ya que en todo el mundo son las mismas grandes empresas las que causan principalmente la contaminación, y son los responsables del inicio de un cambio cualitativo hacia una catástrofe ecológica global. También hay protestas de campesinos. Se trata de los tamberos que proveen la leche a los 2 o 3 grandes monopolios de esa industria. Los campesinos manifiestan en contra de los bajos precios para los tamberos, con los que no pueden producir y vivir, mientras los precios para los consumidores de leche aumentan.
Entre la gente aumenta la crítica al capitalismo, y la búsqueda de una sociedad alternativa, una sociedad socialista.
Para terminar, quiero trasmitirles el saludo fraterno de mi Partido, el MLPD, y nuestras felicitaciones por los 40 años del PCR de Argentina.
También personalmente estoy muy orgulloso de participar en esta celebración. Por los lugares que he estado recorriendo, siento que estamos peleando la misma lucha.