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02 de octubre de 2010

“En América Latina vamos a grandes confrontaciones”

Hoy 1216 / Otto Vargas en la Feria del Libro

La situación en América Latina es todo un capítulo. En primer lugar hay que rescatar el auge de luchas que agita América Latina desde hace varios años, que viene desde México (con la lucha armada en el Estado de Guerrero, pero sobre todo desde Oaxaca y Chiapas) hasta Tierra del Fuego.
Lo fundamental es ese auge de masas, incluso en Venezuela, porque la propia nacionalización de la empresa de Techint, Sidor, tiene que ver con la lucha muy prolongada de los trabajadores de la siderúrgica por conseguir aumentos de salarios, mejorar condiciones de trabajo y que se cumplan normas que se habían establecido (y no se cumplían) a favor de los trabajadores en esa empresa.
Lo de Bolivia tiene que ver con un auge de luchas impresionante donde ha aparecido en América Latina un nuevo protagonista, que son los originarios. Desde Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile, para hablar de algunos, crece la lucha por la tierra, con un desarrollo muy importante en Brasil y en Paraguay. Aquí, en Paraguay, se logró evitar la privatización de las principales empresas con la movilización popular.

Gobiernos antiyanquis y no yanquis
Junto con esto está el otro proceso, el de los gobiernos: si se los quiere definir en una forma "gruesa" habría que decir antiyanquis, como Chávez, o no yanquis, como Kirchner, por ejemplo. Aunque el de Kirchner es uno de los más negociadores con los yanquis –ahora se van a hacer maniobras aquí con un portaaviones yanqui, y Kirchner tampoco ha puesto el grito en el cielo porque los yanquis han vuelto a poner en operaciones la Cuarta Flota, que habían creado en 1943, para garantizar sus intereses en el Caribe y en América del Sur–.
Son gobiernos que van desde algunos con posiciones antiyanquis radicalizadas, con Cuba como baluarte de la lucha antiyanqui desde el año 1959, a la que los yanquis no han podido doblegar; gobiernos como el de Ortega que han estado dominados por una gran corrupción pero son antiyanquis; ahora el gobierno de Correa en Ecuador que tiene posiciones progresistas, y es apoyado por un frente muy amplio donde incluso está el Partido Comunista Marxista Leninista; el gobierno de Morales en Bolivia, donde también hay un frente muy amplio inclusive con ministros del Partido Comunista Marxista Leninista Maoísta (el ministro de minería); esta es una realidad.
Pero los más viejitos, como yo, recordamos la década del ’70. Es inevitable, porque recordamos que tuvimos a Salvador Allende, es decir gobiernos civiles que llegaron por la vía electoral, como el de Salvador Allende que creían que desde el gobierno iban a poder tomar el Estado. Ustedes disculpen pero saben lo que le dijo el Che Guevara a Arnoldo Piñera, responsable internacional del PC en Argentina, y cuenta éste en un libro sobre eso: "los van a cagar a tiros". Y así fue, efectivamente. 
Tuvimos gobiernos militares nacionalistas y reformistas como el de Velazco Alvarado. Tuvimos el de Joao Goulart, que tenían el apoyo de un sector importante de las fuerzas armadas y aparte un apoyo popular muy grande, y que fueron derrotados. Nosotros vemos que todos estos procesos están trabados porque no han logrado destruir el aparato estatal de las clases dominantes.
Todos tienen la teoría del neodesarrollismo o del socialismo del siglo 21. El neodesarrollismo es una utopía como fue el desarrollismo en la Argentina, desarrollar el país con la Occidental Petroleum, como quería Frondizi, con la Kaiser, etc.; ahora son otros monopolios pero es más o menos lo mismo. Y de allí al socialismo del siglo 21…
Esto generó una crisis en Venezuela. Baduel, el jefe militar, planteó "¿qué socialismo, socialismo stalinista? Yo no quiero un socialismo stalinista, socialismo marxista leninista, yo quiero un socialismo cristiano y democrático". A partir de lo cual Chávez ha comenzado a hablar de Perón, es más peronista que Kirchner, porque este no pronuncia la palabra Perón, ni loco habla de Perón, nada más que cuando tiene que presidir alguna ceremonia en el PJ.
Pero esa es la realidad, encorsetado por ese Estado que lo va enchalecando, sin un partido revolucionario que dirija los cambios, con un gran esfuerzo, porque es el gobierno más avanzado en todo este proceso…

Brasil, Paraguay, Bolivia
Después tenemos otros como Lula, que aplica la teoría del partido del cual él fue muy amigo, el Partido Comunista del Brasil (PCdoB), que dice que el camino que ahora llaman neodesarrollista en Brasil sería el de la alianza con la burguesía paulista y los terratenientes del noreste de Brasil. Bueno, ya vimos dónde está Lula: no ha avanzado en la reforma agraria, no ha avanzado en la nacionalización de las empresas imperialistas… el proceso brasileño desde el punto de vista revolucionario está estancado.
El caso de Tabaré está a la vista y ahora tenemos a Lugo en Paraguay. Lugo triunfa apoyado por el Partido Liberal que es un partido más de derecha que los colorados, todavía; el que ganó las internas del Partido Liberal, para ir de vicepresidente con Lugo es un hombre de la derecha. Además la mitad de las gobernaciones, más que el Partido Liberal la ganó el Partido Colorado; aparte éste tienen mayoría en el Senado, por un senador, pero tienen mayoría los colorados; Lugo tiene que hacer alianza con Oviedo y con Castiglioni que es un proyanqui del Partido Colorado. Además como ustedes se imaginan, después de 60 años de gobierno colorado, hasta el último comisario del último pueblo de Paraguay lo puso el Partido Colorado. ¿Y cómo va a hacer Lugo para hacer un proceso revolucionario y progresista en Paraguay, me quieren decir?
Bueno, esto es lo que acaba de estallar en Bolivia, creo. Toda esa idea de García Lineras, el vicepresidente, del capitalismo indígena, todo eso no va, compañeros. Morales está ante una realidad: o avanza en el proceso de reforma agraria, para lo cual tiene que ir al ataque directo a los latifundistas de Santa Cruz, o tiene este proceso en donde poco a poco le van minando las bases de sustentación en Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija que producen lo fundamental de la riqueza en Bolivia. O destruye el viejo Estado oligárquico, a riesgo de ir a la guerra civil, o va a tener que entregarse. El otro día hubo un proceso de masas muy importante, porque el día que se hizo el referéndum en Santa Cruz manifestaron 400.000 personas en el Alto, que sigue siendo el baluarte de las fuerzas revolucionarias en Bolivia.

Solidaridad con Bolivia
Así tenemos planteado el problema en América Latina: o se generan fuerzas revolucionarias y partidos revolucionarios y la clase obrera se pone al frente de este proceso y entonces avanzaremos hacia la revolución, o vamos a vivir procesos muy sangrientos, muy difíciles; la Cuarta Flota yanqui no se mueve por casualidad.
Los yanquis están ocupados en Irak, en Irán, en Afganistán pero no van a regalar América Latina, no van a regalar su patio trasero. Por lo tanto es inevitable que vayamos a confrontaciones en América Latina muy serias, y hoy en día el centro está en Bolivia. Y el centro de nuestra solidaridad tiene que estar con nuestros hermanos bolivianos porque el proceso de Bolivia se ha agudizado tremendamente.
El otro día estuvimos con un compañero boliviano que vino al acto nuestro y le pregunté ¿dónde van en Santa Cruz? Y me contestó "a una pequeña guerra civil" y le digo ¿cómo es una guerra civil pequeña? Porque se puede saber cómo empieza una guerra civil, pero después si va a ser pequeña o grande… lo va a decir la vida.