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23 de julio de 2014

El 8 de junio comenzó en la ciudad de Santa Fe una lucha ciudadana que puso al descubierto una política del Municipio similar a la del gobierno nacional cuando transfiere recursos públicos a la esfera privada. 

En defensa del espacio público

Ciudad de Santa Fe

Hablamos de negocios millonarios que benefician a un puñado de empresas inmobiliarias, mientras que, por otro lado, la ciudad de las inundaciones sigue siendo un monumento a la inequidad social.

Hablamos de negocios millonarios que benefician a un puñado de empresas inmobiliarias, mientras que, por otro lado, la ciudad de las inundaciones sigue siendo un monumento a la inequidad social.
El tradicional Parque Alberdi, ubicado frente al puerto, es uno de los escasos espacios verdes del microcentro de la ciudad, muy utilizado y querido por los vecinos. La UTE constituida por las empresas constructoras ParkCentro, CAM y Ponce fue beneficiada por el gobierno municipal del intendente José Corral (radical de la línea de Barletta). Mediante la aplicación de la Ordenanza Nº 11.852 de iniciativa privada, se les autorizó a construir 300 cocheras semisoterradas, concesionadas por 30 años. El monto final de la obra (estimado en más de 30 millones de pesos) contrasta fuertemente con el ínfimo e irrisorio monto del canon a pagar ($12.000 anuales) y el costo de las cocheras en el área: alrededor de $600 por mes.
Esta construcción no sólo altera fuertemente el paisaje y los monumentos del Parque, sino que también representa un negocio millonario para particulares, usufructuando un espacio público que le pertenece a todos los santafesinos. El inicio de las obras (extracción de árboles, vallado del predio, ingreso de maquinarias) generó una indignación creciente entre los vecinos e instituciones vinculadas con la protección del patrimonio. De una mateada informativa de 150 personas se pasó en el término de una semana a un abrazo al Parque de 700 integrantes que derivó en la decisión de efectuar un “acampe” en el lugar y asambleas ciudadanas periódicas.
Un segundo abrazo reunió a más de 2.000 personas y originó una movilización a la Municipalidad peticionando la nulidad de lo actuado y la preservación del Parque. Tras un recurso de amparo, una medida cautelar determinada por la Justicia frenó la ejecución de la obra. La causa, actualmente en manos del juez, continúa conjuntamente con el acampe y la movilización.  En tanto, la asamblea ciudadana recibió el aporte de numerosos vecinos provenientes de distintos barrios de la ciudad, que manifestaron su apoyo y dieron a conocer sus propios problemas, vinculados especialmente a la necesidad de obras de mejora y defensa frente a las inundaciones en curso.
Como expresan en un comunicado: “reafirmamos que en este movimiento, la única bandera que se levanta es la defensa de lo público como un bien de todos; y que nuestro patrimonio cultural, histórico, natural y social no debe ser utilizado como una mercancía sino que debe ser defendido y protegido como un derecho. Así también esta asamblea reafirma que no se constituye de manera partidaria. Entendemos que la situación que nos afecta trasciende el ámbito municipal y se repite tanto en los distintos gobiernos provinciales como a nivel nacional, donde se observan decisiones políticas que priorizan los intereses privados sobre lo público.
“Por este motivo es preciso comprometerse y aunar esfuerzos para unir voluntades y que sigamos construyendo y recuperando el protagonismo ciudadano. Entendemos que nuestra lucha no es en contra de una persona, de una gestión o partido en particular, sino a favor de un modelo de ciudad más inclusiva, donde la prioridad sea la gente y no los negociados millonarios o la especulación inmobiliaria. Felicitamos a toda la ciudadanía en general y a las organizaciones sociales y políticas que se hacen eco de esta causa colectiva”.