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16 de febrero de 2022

“Estamos en emergencia con el tema adicciones”

En los barrios no hay droga buena y droga mala

Conversamos con la compañera Mita Martínez, dirigente de la CCC de Escobar y miembro de la dirección del PCR de la zona norte del Gran Buenos Aires.

Mita es una compañera que viene llevando una lucha de muchos años en el tema de adicciones, pelea que ha sido personal en algunos casos con alguno de sus hijos, y con un sobrino asesinado por un tranza. Por eso, cuando comenzamos a conversar sobre los pibes muertos por la cocaína adulterada, nos dice: “Esto para nosotros, para nuestra Corriente, nuestro Partido y el Movimiento ni un Pibe Menos por la Droga fue un golpe muy duro. Nosotros venimos peleando en este tema de las adicciones todos los días. Tenemos una CAAC (Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario)desde hace un año en Maquinista Savio, Escobar, y hay otra en la sede de la CCC en Manuel Alberti, Pilar, hace cinco años. A mí me angustia muchísimo, porque me toca muy de cerca, a mí y a mi familia. Por eso lo primero que hicimos fue solidarizarnos con las familias de los fallecidos. Y como sabíamos que teníamos que salir desde el primer momento hicimos una marcha.

“Nosotros denunciamos y decimos siempre que estamos en emergencia con el tema adicciones, y muchas veces no somos escuchados. En la Municipalidad de Escobar se rechazó un proyecto de ordenanza para que declare esta emergencia.

“Sabemos que esto salió a la luz porque en horas se murieron muchas personas por este consumo de cocaína adulterada. Nosotros sentimos como propio el dolor de esas familias, porque sabemos que siempre se mueren, y son nuestros pibes de los barrios los primeros que caen, pero no son visibilizados. Con este caso, en los barrios no se hablaba de otro tema.

“Por eso, como organización, desde Ni Un Pibe Menos, con los que venimos realizando distintas actividades en la pelea para sacar del consumo a las pibas y a los pibes, salimos a denunciar que esto es otra pandemia. Tuvimos la pandemia del gobierno de Macri, tenemos la pandemia del coronavirus, y tenemos la pandemia de las adicciones.

“Venimos en una pelea muy desigual, y sabemos que de esto se sale colectivamente. Con la lucha hemos arrancado un montón de cosas, como las CAAC, pero nos sentimos solos porque de los que están arriba a nadie le conviene que esto se termine. Sabemos que sin una revolución de abajo donde nosotros podamos dar vuelta la situación, esto no se va a terminar.

“Eso no significa que bajemos los brazos. Peleamos todos los días. Porque que nosotros salvemos un pibe o una piba ya es ganancia. Muchas veces te ningunean, te dicen “qué vas a hacer contra los narcos”, o contra el consumo, que está muy naturalizado. La derecha lo naturaliza, como siempre decimos, no es lo mismo un pibe que se fuma un porro en nuestros barrios, que uno que se fuma en Palermo, que lo hacen aparecer como muy cool.

“En los barrios no hay droga buena y droga mala. La droga mata de cualquier manera. Los pibes en nuestros barrios toman la peor resaca.  Por eso estamos totalmente en desacuerdo con la legalización de la marihuana y otras sustancias. Vamos a seguir peleando contra eso. Porque sabemos que un pibe empieza con un porro, pero sabemos dónde termina. Y los pibes se mueren”.

Años de lucha por justicia

“Nosotros tuvimos lamentablemente que sufrir la muerte de un sobrino a causa de la droga, cuenta Mita. Hace siete años, a Nahuel Ortiz, que tenía 15 años, lo mataron cuando fue a comprar un porro. Él llevó 20 pesos y el porro salía 50. El tranza del barrio le pegó un tiro por la espalda. Ahí empezó nuestro calvario como familia, acompañando a mi hermana. Fueron años de lucha, y como siempre recalca Gloria, mi hermana, tuvimos la suerte de tener un Partido y una organización que nos respaldó siempre, y nos enseñó a luchar y no bajar los brazos.

“El Estado nos dejó solos. Nos cansamos de golpear puertas por Nahuel. En ese momento no había CAAC como ahora. Te doy un ejemplo. En la Fiscalía de Campana, antes de que lo maten a Nahuel, pedimos asistencia sicológica para él. La asistente social nos tomó los datos y dijo que iba a hacer una visita. Llegó a la casa una semana después de que lo maten.

“Mi hermana, que es una guerrera, mientras nosotros hacíamos movilizaciones se metió por todos lados buscando al asesino de su hijo, que se había fugado. Fue por su lucha que lo terminaron agarrando, porque al principio a nadie le importaba. Nahuel era un número. Y hace un año y medio conseguimos que lo enjuicien al tranza, y una condena de once años y medio. Nahuel no tuvo la oportunidad que tuvo mi hijo, al que lo interné y hoy hace una vida normal como cualquier pibe de los barrios, que tiene sueños y ganas de seguir”.

“Los narcos están en Nordelta, no en nuestros barrios”

Para finalizar, Mita asegura: “La situación en los barrios se agudizó con la pandemia. Porque los pibes al principio no podían salir a ningún lado, entonces los tranzas se llenaron los bolsillos. Todos sabemos que esto es moneda corriente en los barrios. Yo en mi cuadra tengo dos que venden. Como madre me genera muchas contradicciones, porque no puedo aceptar que vendan. Hay muchas maneras de rebuscárselas sin llegar a vender droga. Son muchos los que trabajaban o tenían una changa y terminaron vendiendo.

“Después que murió Nahuel nos tuvimos que replantear cómo seguir la lucha. Porque habíamos hecho una denuncia masiva contra los tranzas del barrio, y vinieron las represalias. Tirotearon la casa de mi mamá, amenazaron a mi hijo y a otro sobrino. Por eso discutimos en el Partido y en la Corriente y decidimos poner el centro en salvar a los pibes y no en las denuncias.

“Porque está todo tan sucio que si vos denunciás, los mismos milicos le avisan a los tranzas. En los barrios no vendés si no estás arreglado con la policía. Después, a un tranza si lo agarran no le dan más de cuatro años, y a un pibe por robar una bicicleta estando drogado, le dan siete u ocho años. Y como siempre decimos, los narcos están en Nordelta, no en nuestros barrios.

“Hoy seguimos con más fuerza. Desde nuestra CAAC sentimos que así sea un pibe o una piba que venga, es una vida. Porque a esos 24 que murieron las madres ya nos los tienen más. Por eso vamos a seguir marchando y haciendo lo que haya que hacer para que los pibes vengan al CAAC y se capaciten. Seguimos gritando más fuerte que nunca “¡Ni un pibe menos por la droga!”.

Hoy N° 1901  16/02/2022