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19 de junio de 2013

En 27 años las mujeres hemos conquistado este espacio y defendemos su carácter plural, federal y heterogéneo. La única condición para participar es ser mujer.

¡En noviembre vamos todas a San Juan

28 Encuentro Nacional de Mujeres

En medio de una gran alegría y mucha emoción por haber realizado con éxito el 27 Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) en la provincia de Misiones, miles de mujeres decidimos que nuestra próxima sede sería San Juan. Una gran ovación se escuchó ese día en el anfiteatro. Fue así, con toda la democracia que representa que las propias mujeres decidan en qué provincia nos encontraremos al año siguiente. “Nos vamos todas para San Juan porque el Encuentro sigue siendo Federal”, decía uno de los cantitos que se escucharon esa mañana. Y es en este federalismo en el que radica una de las principales características. Nos permite conocer la situación en la que se vive en cada rincón del país, sus necesidades, sus luchas, sus conquistas.
Las mujeres sanjuaninas se comprometieron en ese momento a recibirnos a todas, a las miles que allí estábamos y a las que no. Tomaron en sus manos la responsabilidad de trabajar para garantizar la realización en el 28 ENM.
A fines del 2012, decenas de mujeres de San Juan armaron una Comisión Organizadora, amplia, independiente y autónoma. La conformación de la Comisión es un hecho fundamental. Mujeres que, funcionando de manera horizontal, tienen durante un año la tarea de preparar un Encuentro para 20 mil mujeres o más. Que definen la fecha propicia para realizarlo, garantizando el alojamiento, consiguiendo viandas, lugares para realizar los talleres, resolviendo los cientos de problemas que se presentan antes, durante y después. Que tienen la tarea de organizar el Encuentro a pesar de las dificultades, del ninguneo, las calumnias y los intentos de ruptura.
Cada Comisión Organizadora se encuentra con diferentes situaciones, las provincias no tienen el mismo desarrollo, ni la misma estructura, ni la misma situación política. En el primer Encuentro de Neuquén la Comisión decidió, por primera vez, pedir escuelas para que las mujeres pudieran alojarse, ya que por un lado no había suficiente capacidad hotelera pero principalmente para realizar un Encuentro masivo, abaratando costos y facilitando que mujeres con pocos recursos pudieran participar. A partir de allí, cada año, fue imprescindible contar con las escuelas para albergar a las miles que comenzaron a ser parte de los Encuentros.

“Contra la Barrick vamos todas San Juan…”
Este año, las mujeres del país nos preparamos para viajar y meternos en la realidad de una provincia con problemáticas muy serias. Una provincia donde las mujeres luchan por sus derechos pero aún el gobierno no ha adherido a la ley Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, donde es un triunfo conseguir que a una mujer le practiquen una ligadura de trompas, donde los embarazos adolescentes y de niñas son numerosos y no se aprueba la educación sexual en todos los establecimientos educativos; donde los índices de violencia: maltrato, abusos, trata, violaciones y femicidios son elevados.
Vamos a una provincia donde el gobierno de Gioja, en consonancia con el de Cristina K, descarga la crisis sobre el pueblo con salarios de hambre, tanto en la ciudad como en el campo, con precarización laboral; ese mismo gobierno que desde hace diez años tiene negocios con la megaminería contaminante y saqueadora. La Barrick se instaló en San Juan para llevarse el oro, los millones de dólares y también la vida y la salud de la población, dejando migajas y destruyendo el medio ambiente. “Contra la Barrick vamos todas San Juan…” decía otro de los cantitos que se oían en el cierre del Encuentro de Posadas, porque la bronca y la lucha contra estas empresas imperialistas que siempre se benefician a costas del pueblo trabajador, es de miles en todo el país. Vamos a San Juan por segunda vez, conociendo el carácter reaccionario de un sector muy grande de la iglesia de la provincia. En 1997 ese sector de la iglesia sanjuanina armó un encuentro paralelo, realizando marchas en contra, difamándonos y realizando varios hechos más que atentaron contra el funcionamiento del Encuentro, pero que no pudieron romperlo. Fue en esa oportunidad donde el “Qué momento, qué momento a pesar de todo les hicimos el Encuentro”, se hizo carne perdurando hasta hoy.
Por todos estos motivos y por muchos más, miles de mujeres elegimos San Juan como sede del 28 Encuentro, poniendo en manos de la Comisión Organizadora garantizar su realización. Algunas polémicas en torno al tema del cambio de fecha se fueron suscitando en este último tiempo. Entendemos que a cientos de kilómetros no se puede intentar resolver y decidir la organización del Encuentro, como se ha hecho. No estamos de acuerdo ya que destruye el federalismo, uno de los principios fundamentales de los ENM. Como dice una carta de compañeras feministas de diferentes organizaciones: “El cambio de fecha ha sucedido muchas veces en estos años. Sin ir más lejos, cuando el Encuentro sucedió en Neuquén. De manera que no puede ser éste un motivo para la división del Encuentro”. Estamos convencidas de que eso es así.
En 27 años las mujeres hemos conquistado este espacio y defendemos su carácter plural, federal y heterogéneo. La única condición para participar es ser mujer; no sólo participamos las que estamos organizadas y en la lucha, no sólo las que estamos a favor del aborto, las teóricas del género o las ateas. Participamos todas y todas somos parte de él, haciendo oír nuestras voces, escuchando, dando los debates, opinando. No estamos de acuerdo con que el Encuentro sea para unas pocas. No acordamos con las ideas que plantean que no sirven porque no son resolutivos, o porque allí las mujeres van a “hacer catarsis, a llorar”. Esto demuestra que algunos sectores no comprenden la importancia que tiene para muchas mujeres subir a un micro, alejarse de sus responsabilidades diarias, ponerse de frente consigo mismas, comprender que las cosas pueden transformarse y transformarte. Es necesario entender la complejidad del proceso que atraviesa una mujer desde que deja su casa para participar del Encuentro por primera vez hasta que avanza en la comprensión de la doble opresión que sufrimos las mujeres en esta sociedad, la necesidad de tomar la palabra y salir a la lucha por sus derechos y la lucha por la libración del pueblo.
Por ello, desde cada rincón del país nos estamos organizando para ser parte durante el mes de noviembre del 28 Encuentro Nacional de Mujeres.