No se podrían reflejar totalmente, cuarenta años dedicados con mucha pasión y mucha paciencia a la tarea revolucionaria desde múltiples ángulos.
Sus inicios como estudiante antes del golpe en la militancia en la izquierda peronista, el FEN, su militancia en la época de la dictadura, en que decide quedarse en el país y ahí empalma con la línea del Partido Comunista Revolucionario, para no abandonarlo jamás.
No se podrían reflejar totalmente, cuarenta años dedicados con mucha pasión y mucha paciencia a la tarea revolucionaria desde múltiples ángulos.
Sus inicios como estudiante antes del golpe en la militancia en la izquierda peronista, el FEN, su militancia en la época de la dictadura, en que decide quedarse en el país y ahí empalma con la línea del Partido Comunista Revolucionario, para no abandonarlo jamás.
Rápidamente se incorpora a la comisión Femenina y participa de la construcción del Cuarto Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario.
Se incluye en el proyecto de la fundación del Irdes, donde profundiza el estudio de la psicología social, herramienta que la acompañara en la construcción de Clínica Samec y en la creación de la Esc. de Psic. Soc. de San Lorenzo, dando desde allí respuestas en la década del noventa a la gran crisis de desocupación del cordón industrial.
A pesar de haber sido golpeada de la manera más artera, tan parecido a la muerte propia, como es el asesinato claramente político de su hijo Enriquito, Gra transformó su dolor en lucha y militó activamente para la construcción y fortalecimiento de Madres de Plaza 25 de Mayo, en sus épocas más gloriosas, dando batalla sin cuartel, no siempre comprendida, para ganar al partido para la causa de las libertades democráticas.
Y esto se expresó, siendo parte de la lectura de parte del documento del 24 de marzo del 2010 en Rosario a pedido unánime de todas las organizaciones de derechos humanos.
En esa militancia de muchos años, comenzó a desarrollar sus convicciones sobre el papel de las mujeres en la lucha por la revolución.
Partiendo de la doble opresión, caminó y luchó por desarrollar experiencias, organizaciones y debates para ganar al Partido y a sus militantes en la convicción de que es imposible unir a todo el pueblo para la revolución, si a la vez no luchamos por los derechos de las mujeres y contra la doble opresión. Habiendo participado en la organización de los encuentros Nacionales de mujeres en Rosario, no se puede pensar sin Gra la consolidación de esta profunda escuela de masas, de frente único reconocida en todo el mundo.
En el 2003 desarrolla una lucha titánica por unir lo más heterogéneo del movimiento de mujeres en Rosario en esa Comisión Organizadora, siempre al borde de la ruptura y lograr finalmente la realización exitosa, culminando con la lectura de la carta de Romina Tejerina en el Monumento a la Bandera.
No se pueden pensar sin Gra la organización de las mujeres de los barrios en el ‘90 y el 2000, la creación de las guarderías, comedores, casas de la mujer en Rosario, la experiencia de luchar contra el hambre y a la vez contra la violencia de género, o por el aborto legal para no morir. Practicó la línea de unidad, dentro y fuera del Partido, muchas veces fuimos concientes de esas batallas por la admiración que logró de personas y grupos con los cuales manteníamos profundas diferencias, que la hizo convertirse en un punto de unidad en las organizaciones de mujeres de la zona e incluso nacionalmente, ya que participó también de la Comisión Nacional de mujeres del PCR.
Masivo y emotivo homenaje
Cuatrocientas personas nos reunimos el viernes para homenajearla: la familia, camaradas y amigos. Hubo muchas adhesiones. Hablaron una amiga del Mov. Ecuménico de su militancia en derechos humanos, Inés Cossi, la camarada Clelia Iscaro, Laura Delmonte, Luz Bagnasco y Luis Molinas.
Se leyeron muchas adhesiones: de Mariana Vargas, de Miguel Rubinich, de Psicología Social, del Bloque Socialista del Concejo Deliberante, de compañeras de Avellaneda. Estuvieron presentes compañeras de La Plata, de La Matanza, mujeres que integraron la Comisión Organizadora del Encuentro Rosario 2003: M. Luisa Aguirre, Mabel Gabarra, Lucrecia Aranda, Yolanda Medina y demás camaradas y dirigentes sociales. Sobre el cierre las compañeras Adriana Linch y Claudia Simino representaron la obra que también hicieron en el Homenaje del Encuentro de Mujeres en Bariloche.
En lo dicho se destacaron de Gra su entusiasmo contagioso por la lucha, su trato sencillo y directo, su capacidad de investigación y de escucha, su capacidad organizativa, su disposición para con las mujeres más sencillas y las más explotadas.
Cuarenta años de Gra en la lucha revolucionaria, ya forman parte indisoluble del desarrollo del PCR, de las luchas del pueblo y particularmente de nosotras las mujeres.
Compañera, maestra y amiga Gra, está en nosotros rescatar tu bandera y seguir tus huellas hasta la victoria.
