Las elecciones “complementarias” del 25 de febrero ratificaron y ampliaron el triunfo de la Lista Rojo y Negro en Agmer, el principal sindicato docente de Entre Ríos.
El proceso electoral estuvo teñido por el alevoso intento de consumar un fraude por parte de la junta electoral (de mayoría Celeste), que para ello contó con el apoyo del gobierno de Urribarri, los vocales bustistas del Supremo Tribunal de Justicia y el Ministerio de Trabajo de la Nación kirchnerista, y el aparato de la Ctera y de las seccionales de Suteba oficialistas. A pesar de todo esto, la Rojo y Negro se impuso por 500 votos más que hace tres meses; y retuvo las seccionales y filiales que había ganado entonces, ampliando la ventaja en todos los casos.
A estas elecciones complementarias se llegó luego de meses de lucha en las calles (con movilizaciones, “vigilias”, simbólicas ocupaciones del gremio…) para impedir que el fraude se consumara. En este tiempo, la Rojo y Negro jamás apostó a descansar sobre las denuncias mediáticas y judiciales: si bien todos los caminos fueron recorridos, la principal carta que se jugó fue la de la presencia combativa (e incluso multisectorial) en el gremio y en las calles, la búsqueda de solidaridad (incluso a nivel nacional, por medio de la Lila) y la decisión hasta el último momento de no resignar una lucha que fue justa y necesaria. Se triunfó finalmente. Y de este modo, luego de 26 años de continuidad Celeste en Agmer, César Baudino (tal como lo proclamáramos ya en el acto masivo aunque no reconocido oficialmente del pasado 29 de diciembre) es el nuevo secretario general del gremio.
Escenario de conflicto
Y no hubo tiempo para festejos. El mismo jueves 26 (horas después de conocido el triunfo RyN) el gobierno provincial recibió a la Conducción Directiva Central de Agmer electa. No fue una negociación salarial: el ministro Bahl presentó una propuesta insultante del gobierno ($50 de “aumento”), acorde a lo que firmó la Ctera con el gobierno nacional en la paritaria, presentada como de discusión del piso salarial y que obviamente sería tomada por gobiernos como el de Urribarri como un nuevo techo para los salarios de los trabajadores. “No hay más que esto”, dijo el funcionario, y (previendo el rechazo que generaría la “propuesta”) amenazó que cada día de paro que realizaran los docentes sería descontado de los salarios de los huelguistas.
Con este panorama se realizó el sábado 28 el Congreso Provincial de Agmer en el que asumió (ya oficialmente) la nueva conducción provincial del gremio. Luego de los abrazos, la emoción de un momento tan largamente esperado, los cánticos combativos que recordaron para qué es que se disputó y ganó el sindicato, César Baudino se dirigió a los 90 congresales y más de 200 militantes que se habían convocado en la escuela Ramírez, de Gualeguaychú. En sus palabras, Baudino remarcó la necesidad de que cada dirigente gremial, desde el secretario general de Agmer hasta el más nuevo delegado de escuela suplente, se ponga a la cabeza de la lucha contra los gobiernos provincial y nacional que quieren descargar una vez más sobre los trabajadores el peso de la crisis actual. En ese sentido, la urgencia por coordinar nacionalmente un plan de lucha y el repudio al acuerdo paritario firmado por Ctera (que salió luego por resolución del Congreso), fueron ejes también de su discurso.
El Congreso giró fundamentalmente alrededor de la discusión de la estrategia de lucha que el gremio se dará para lograr un salario acorde a la canasta familiar real, condiciones justas de trabajo y un mayor presupuesto para la educación pública en general. La amenaza de los descuentos (concretados el año pasado) fue central en la discusión, ya que preocupa garantizar que los compañeros puedan sostener medidas que incluyan huelgas frente a la prepotencia ilegal y antipopular del gobierno de Urribarri. En este sentido, se votó la conformación del Fondo de Huelga y la convocatoria a los compañeros docentes directivos de escuelas para respaldarlos, ante el apriete del gobierno que les exige que “buchoneen” a los docentes que van al paro (confeccionando “listas” para la realización de los descuentos), poniéndolos en el rol de funcionarios de gobierno en vez de trabajadores de la educación.
El plan de lucha
Luego de rechazar la “propuesta” del gobierno (de subir el piso salarial de $1.445 a los $1.490 que “consiguió” Ctera) por “indigna y vergonzosa”, el Congreso de Agmer votó el plan de lucha: no inicio de clases el lunes 2 de marzo, con paro de 72 horas hasta el miércoles 4, acciones departamentales los dos primeros días y movilización provincial el miércoles. El próximo Congreso fue convocado para el sábado 7, donde se discutirá cómo continuar la lucha.
Sin dudas, ésta será larga e incluso difícil. En las escuelas, los compañeros lo saben. Baudino expresó que “esta pelea debe ser provincial y además nacional, porque hay 19 provincias en la Argentina que están con un conflicto de este mismo tipo” y apuntó que es posible que el día de la movilización provincial se cuente con dirigentes “de otras provincias”. La unidad de los trabajadores de la educación (con los padres y alumnos también) y la conformación de multisectoriales (a la que aludió Baudino en sus palabras y varias resoluciones departamentales), que enfrenten las políticas antipopulares y antifederales de los gobiernos nacional y provincial, son las claves para encarar con éxito esta nueva lucha.