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08 de agosto de 2020

Mar del Plata

Esa patria urgente que construye la patria futura

La experiencia de los Comités Barriales de Emergencia en la ciudad de Mar del Plata

Desde el equipo de comunicación del PTP, se pensó la importancia de ir dilucidando el entramado histórico que generaron los Comités Barriales de Emergencia (CBE) en nuestra ciudad. Un hecho sin precedentes que impregna a Mar del Plata de una organización territorial con mucho potencial y protagonismo popular. Para eso entrevistamos a Matías Maciel, referente del PTP y del Frente de Todos en la ciudad quien fue desde los comienzos parte de la gestación de los CBE. Para moderar invitamos a Agustín Moisano, secretario adjunto de la CTA-A y referente de la lista Azul y Blanca de docentes del SUTEBA. El título de la charla por Instagram fue “Pasar la pandemia y repensar la sociedad”. Acá les dejamos la entrevista completa para que puedan recorrerla. La charla fue realizada el 9 de julio.

 

Agustín Moisano: Sabemos que estás participando desde su fundación en los Comités Barriales de Emergencia y nos gustaría que nos expliques lo qué es y cómo se está dando.

 

Matías Maciel: A pesar del distanciamiento físico no hubo distanciamiento social, como vos bien planteabas en la introducción, existe un gran trabajo de articulación comunitaria que justo hoy cumple cien días, justo en el Día de la Independencia. Hace cien días se hacía la primera reunión de comité barrial. Fue en el barrio Camet. Nos juntamos con una incertidumbre muy grande. Estábamos recién comprendiendo las características de la nueva situación, una situación que nos sorprendió a todos, a las fuerzas políticas y a la sociedad. Nos juntamos para buscar respuestas en forma colectiva a una situación inédita. Abriendo la cabeza porque no podíamos dar las respuestas que generalmente damos porque la situación era, es, extraña y distinta. Un poco veíamos lo que estaba pasando en otros lugares del mundo, del continente y de nuestro país, eso nos permitió anticiparnos en algunas cosas. El aislamiento social preventivo y obligatorio que adoptó el gobierno, fue una medida sanitaria muy justa, pero ¿cómo organizar el movimiento popular para sostener ese aislamiento? Esa pregunta que ordenó la práctica y la fuimos respondiendo de forma colectiva, como se responden las grandes preguntas. Recuerdo que en esa reunión estábamos muy asustados, era el momento de mayor incertidumbre, pero nos juntamos creo alrededor de una certeza: la única forma de transitar esta situación era fortaleciendo la unidad, no había otra forma y no nos equivocamos. En esa reunión estuvieron los movimientos sociales, que son la columna central de los comités barriales, la escuela, la parroquia del barrio, la sala de salud, la sociedad de fomento. Se empezó a delinear esa unidad intersectorial que hoy son los comités barriales. Había muchas preguntas y una de ellas era si era posible construir y sostener esa unidad en un contexto tan complejo. Había grandes condiciones, eso lo sabíamos, la ciudad venía transitando cuatro años de un ejercicio democrático y de lucha muy importante contra las políticas del macrismo. Energía que se había canalizado en una campaña electoral muy intensa. (…) Pero teníamos claro que la nueva situación demandaba mayor amplitud. ¿Sería posible lograrla? La respuesta la encontramos en esa reunión y eso se generalizó. En una semana teníamos 18 comités barriales, después a las dos semanas teníamos 30 y a las tres semanas teníamos 33 comités barriales.

 

AM: Cuando decís comités, no solo es una sociedad de fomento, una iglesia, sino que constituye un montón de barrios, por ejemplo en la zona norte vos tenés Parque Camet, el Casal, todo lo que es la ruta 11, son 70 barrios organizados.

 

MM: Claro, son 33 comités barriales que van desde el paraje el Boquerón, que queda bien al sur de la ciudad, un paraje agrario, campesino, hasta el Casal que es barrio de quintas bien alejado por ruta 2, y después hacia el oeste que son los barrios profundos, la Herradura, Son Jorge, hasta Don Bosco que es comité barrial más macrocentro. Comité que ha crecido mucho porque es un sector de la ciudad que antes de la crisis no tenía tanto ejercicio de organización. Algunos números: los CBE organizan a 70 barrios, Mar del Plata tiene casi un millón de habitantes, es la quinta ciudad del país en población, y con altísimos grados de desigualdad. Los CBE son, en gran medida, el resultado de décadas de resistencia en las barriadas populares de la ciudad. Son un fenómeno nuevo con una larga tradición. Distintas generaciones en la construcción de la unidad. (…) Los Comités canalizaron este impulso y lograron ser no solo una herramienta de resistencia sino de ofensiva popular. Proponer ideas, señalar errores y reclamar respuestas fueron las líneas de trabajo (…) Comenzaron a aparecer algunas alertas para poder sostener la cuarentena con derechos, obviamente el alerta más urgente fue la alimentaria, crecían los comedores en toda la ciudad y dar respuesta a eso era obligatorio para poder sostener el aislamiento y la cuarentena, después fue surgiendo la necesidad de abordar la violencia de género, la violencia institucional y el aumento de precios.

 

AM: Hay como ejes: el tema alimentario es una necesidad, además que ya se venía avanzando en los proyectos de la soberanía alimentaria, la necesidad de avanzar en ese sentido y cayó esto de la pandemia y nos hizo pelota en este sentido, y después estos ejes que serían la violencia de género, la institucional, la sanitaria que sería hoy lo urgente, dado que está avanzando los casos de coronavirus en todos lados, hoy en Mar del Plata se han acrecentado enormemente… como vienen trabajando con esto, contaje.

 

MM: Recuperando el sentido común y la estrategia popular de articulación comunitaria en una ronda, una ronda en donde no hay alguien más que el otro sino que hay una distribución de las tareas, hay responsables de cada una de las alertas que te nombraba. La ciudad está dividida en zonas, son 4 centros de distribución que tiene que ver con lo alimentario y con la organización territorial, está la zona norte, la zona sur costa, zona sur campo y la zona oeste que sería la más grande. Desde el primer documento, ésta es quizás la perspectiva más política de los comités barriales, se planteó que la alerta sanitaria era la alerta específica de la pandemia. Y la tomamos con una idea: lo que modera la curva de contagios no es la matemática sino la sociedad. Establecimos para esta alerta una estrategia de epidemiología comunitaria y salud colectiva. Eso es lo que quizás no tienen otros países, la Argentina tiene una organización territorial, sobre todo en la base de los movimientos populares, muy profunda con mucha articulación y esto permite tener una capilaridad muy grande.

 

AM: ¿Cómo es? Se organizan los movimientos sociales, las iglesias, las sociedades de fomento, algunos gremios como la CICOP en salud, cómo es la relación de tratos que tienen con los gobiernos, el municipal, provincial y el nacional, primero sobre lo alimentario. ¿Qué postura tomó el Estado ante los comités?

 

MM: Tuvimos una discusión muy grande, la primer organización institucional que tuvo un apoyo directo a los comités barriales que comprendió su importancia fue la universidad pública. La Provincia y la Nación también dieron su apoyo. Luego tuvimos un enfrentamiento con el Municipio que era la instancia estatal que más reticencia tenía, el gobierno municipal pretendía seguir con un esquema anterior a la pandemia. Incluso algunos funcionarios de la secretaría de Desarrollo Social pretendían construir fuerza política en medio de la crisis. Repartir a punteros cercanos al poder y negar a toda la organización real que existe en los territorios. Planteamos una línea para combatir esta política: administración comunitaria de los recursos existentes, es decir, los recursos que el municipio había recibido ya sea por aportes del gobierno provincial o donaciones, era necesario administrarlos de forma articulada por los actores del barrio. Nadie mejor para administrar esos recursos que la organización territorial que es la que conoce dónde están las necesidades, bueno, al Municipio le costó entender eso hasta que los comités barriales fueron imponiendo un sentido, ganando prestigio. En ese camino fue muy importante la participación de la iglesia, de la universidad, para poner realmente sobre la mesa que era una articulación muy amplia. El municipio lo termina reconociendo y armando una mesa social, que es la que funciona dos veces por semana. Los comités barriales tienen reunión dos veces por semana donde están los tres niveles de gobierno, nación, provincia y municipio. Esa mesa tiene un centro en lo alimentario pero se empiezan a discutir otros temas. Fueron trabajando los comités en articulación con el Estado con una organización independiente, comunitaria, que tiene una dimensión muy grande que está escribiendo páginas que de alguna manera no conocíamos de la organización popular que creo que hay que estar abierto, que no hay que escribir todo porque se está escribiendo, no hay que apresurarse a ponerle categorías porque van ir construyéndose en la práctica. Son 600 referentes que se juntan una vez por semana en círculo, 33 comités, que discuten la coyuntura y también empiezan a pensar qué tipo de Mar del Plata y qué tipo de sociedad necesitamos en la pos pandemia, eso va a generar una base democrática y de conciencia social que no sabemos hasta dónde va a llegar. Sabemos que hay más de 33 mil marplatenses que comen en las 355 cocinas populares que son sostenidas fundamentalmente en casas de familias, son mujeres que abren su casa y dan solución alimentaria a muchos chicos, a muchas personas que se quedaron sin trabajo. La verdad que nos llena de orgullo y cuando se habla de esta gesta popular, es un poco mirar en cómo se cocina en esas cocinas a leña en el frío que alimentan a nuestro pueblo, es un poco llegar a ese lugar, a esa patria urgente que de alguna manera construye la patria futura porque son voluntades inquebrantables que nos llenan de orgullo y emoción y que la sociedad tiene que reconocer, y lo está haciendo. Sobre todo el rol de esas mujeres que primero en lo alimentario, ahora también son promotoras en salud, que se están sumando para hacer este trabajo de epidemiología comunitaria que está escribiendo una página inédita en el terreno de la salud, que luego va a servir de experiencia, no solo para la cuidad, de una epidemiología de cercanía. Los países desarrollados tendrán aplicaciones pero los países subdesarrollados tenemos el protagonismo popular.

 

AM: Queres detallarnos qué es el cuidarnos, en las capacitaciones que se dan, en quién las da?

 

MM: El cuidarnos es una estrategia de salud colectiva que se construye desde el barrio. Los comités barriales hicimos una propuesta y exigimos que se convoque a una mesa con los efectores de salud. Le exigimos al Intendente que la convoque porque no había una estrategia territorial para el abordaje del Covid. Nosotros estábamos estudiando lo que pasaba en los barrios populares del AMBA y veíamos un poquito las experiencias como el plan detectA, en lugares donde ya había circulación comunitaria del virus, donde no quedaba otra que apagar incendios. Llegaban los trabajadores de la salud con la organización comunitaria para poder controlar los focos de expansión del virus. La situación epidemiológica en la ciudad nos daba tiempo, la opción de anticipar y armar todo un sistema de abordaje territorial con promotores y promotoras barriales de salud, que son del barrio, se capacitan en el barrio y se quedan en el barrio. Los mismos son convocados por el comité barrial. El programa de capacitación se armó entre la comisión de salud de los comités y la Escuela Superior de Medicina, con un gran trabajo de la Cátedra de Epidemiología, también participó la facultad de Ciencias de la Salud, la Secretaria Municipal y Zona Sanitaria octava. Los promotores barriales visitan casa por casa para llevar recomendaciones y detectar sintomáticos respiratorios. Un gran radar de detección. Dada la amplitud de los CBE nos animamos a mapear a la población de riesgo, tenerlo permite anticipar situaciones y generar acciones preventivas para cuidar a las personas de riesgo. El cuidarnos empezó la semana pasada y se hicieron tres mil viviendas en solo dos zonas de la ciudad. Los CBE significan, también un reencuentro profundo de la universidad pública con los sectores populares. Fue emocionante ver en las capacitaciones a los estudiantes de Medicina trabajando con los jóvenes en los barrios. Fue un enriquecimiento mutuo.

 

AM: ¿Cuántos son los promotores hoy en día que se habían capacitado y estaban haciendo este trabajo?

 

MM: Actualmente (principios de Julio) tenemos un número que debe estar cercano a 700 promotores capacitados. Se capacitó en la zona sur oeste, Las Heras, Pueyrredón, Martillo, Parque Hermoso, Parque Palermo y Boquerón, zona norte Batán, ahora capacitando zona sur costa. Ahí ya terminó la capacitación y arrancó la implementación con 300 promotores y ahora estamos en el proceso de capacitación de la zona sur costa, que ya arrancó con una fuerza inmensa, en estos barrios hicieron una capacitación con 70, en si vamos a llegar a los 700 u 800 capacitadores. En la medida que se empieza a implementar, estamos viendo que se empiezan a sumar nuevos vecinos que quieren ser promotores de salud. El programa se va retroalimentando porque cuando llega el promotor a la vivienda, algunos vecinos que reciben esa información y que brindan información preguntan dónde me puedo anotar para promotor. Estas capacitaciones son certificadas por la universidad y estamos planificando arrancar un programa de capacitación continua para que se siga capacitando esos promotores, para que nos permita quedarnos con este programa a futuro, que no solo exista en el Covid y en la pandemia, que nos permita transitar luego todos los problemas sanitarios que obviamente tienen las ciudades de Mar del Plata y Batán. Solo contarte que en el barrio Camet donde visitamos 400 viviendas, el 50 % de las viviendas tienen población de riesgo, tienen alguna enfermedad preexistente que los coloca en grupos de riesgo, es decir la situación de vulnerabilidad es inmensa. Todos nos preguntamos cómo iba a ser esta pandemia en América latina con los niveles de hacinamiento, con las tasas de pobreza extrema. Lo que nos está mostrando el cuidarnos, es la situación en los barrios populares en Mar del Plata, nos va a permitir con información importante no solo para la denuncia sino para la construcción de respuestas y para las exigencias que la sociedad tiene que hacer.

 

AM: Eso en definitiva es una construcción de organización con protagonismo popular y no de estar esperando de que el Estado solucione porque un día tuvo la decisión política, sino que es un instrumento que le dice al Estado qué tiene que hacer, dónde hacer y cómo hacerlo y en definitiva tomar ese trabajo. Pero para pensarlo: qué anécdotas surgen, que es lo más loco que te pasó en estas capacitaciones, en estas visitas, en los comedores…

 

MM: Son muchas cosas, por ejemplo fue muy importante también en el proceso, una donación que hicieron, en plena discusión con el Municipio, cuando este no llegaba a aportar más de 3 toneladas (…) sucedió algo que los descolocó: una donación de la Federación Nacional Campesina de diez toneladas de verdura. Mar del Plata tiene un cordón frutihortícola enorme, está rodeada de campo y mucho de ese campo tiene que ver con los pequeños productores, la mayoría son alquilantes,  porcentajeros, la mayoría vive en situaciones de mucha explotación, de mucha dificultad económica. Bueno, esos sectores que una parte están organizados en la FNC y otras en MTE y otra en la UTT y el frente Agrario Evita, hicieron una donación de 10 toneladas de verduras que llegaron a los cuatro centros de distribución y eso generó un impacto político muy importante porque dejó en la claro la solidaridad del movimiento campesino, de la agricultura familiar que es un protagonista muy importante en la Argentina, no es de ahora, pero que muchas veces no se conoce la importancia de este sector. En particular en lo que refiere a la producción de alimentos. En segundo lugar, dejaron al Municipio en offside porque en ese momento el Municipio aportaba 3 toneladas, es decir que aportaban más los pequeños productores campesinos que muchas veces pagan un alquiler carísimo, no son dueños de la tierra, que el Estado municipal. Esa demostración fue clave. Fue muy importante, también, la discusión sobre la calidad del alimento que llega. No solo la cantidad, sino también el valor nutricional. Que pueda llegar pescado, carne, verdura, y en esto las donaciones que aparecieron de pescado al principio, que empezaron a llegar a los centros de distribución fue muy importante. Una anécdota que grafica mucho la injusticia de esta ciudad fue cuando llegó calamar a los barrios del norte, muchas compañeras, en las cocinas no sabían que era, no conocían el calamar. Mar del Plata es el principal puerto pesquero y el calamar es una de las principales especies que se pescan, se pescan miles de toneladas, mucho de ese calamar es el que nos roban en la milla 201 las flotas piratas que saquean nuestro recurso, o los ingleses en Malvinas. Hay mucho calamar que llega al puerto y se exporta, pero no solo el calamar, la pesca en general, se exporta el 95%, es decir que también es un derecho la llegada de fresco. Defender esto va a ser una apuesta política del movimiento popular muy importante. El plan de Mar del Plata contra el hambre ya está armado, lo armaron los comité barriales, es algo que ya está escrito, ya se sabe cómo funciona, cuántos alimentos son necesarios. El trabajo del grupo de nutricionistas tanto en los CAPS como de la universidad ha sido muy importante en agregar información de las necesidades nutricionales de esas viandas, ya tenemos el programa alimentario, estamos diseñando y construyendo el programa sanitario de articulación con las salitas y el sistema sanitario, es decir que tenemos dos vías, dos pilares de dignidad, que es el programa alimentario y el programa sanitario, y lo estamos construyendo en la práctica, nadie lo construyó en una oficina escribiendo lo que se le ocurría sino que fue la práctica social que construyó esos programas, que luego al construirse socialmente, colaborativamente, también se van a defender socialmente, colaborativamente, eso significan los comités.

 

AM: Por supuesto que es una práctica interesantísima, hay dos ejes que también abordan los comités que son la violencia de género y la violencia institucional. También ahí se está haciendo un trabajo que no nos vamos a meter de lleno ahora porque queremos dejarlo para alguna futura charla. Hay otra cuestión que lo hablábamos cuando empezaban a surgir los comités que vos decías que en definitiva lo que se está cuestionando es el tipo de democracia y hay una discusión más de fondo de una democracia más directa, más real, que vos decías. Cada lugar discute lo que necesita, lo que quiere y cómo gestionarlo y me parece que en definitiva los comités, vos decías que son como pequeños Concejos Deliberantes, porque hay un debate de fondo que no solo tiene que ver con lo alimentario y lo sanitario, ¿querés profundizar en esta idea de tomar la democracia en las manos?

 

MM: Tiene que ver con esta idea de que es necesario el protagonismo popular, primero era necesario para sostener las medidas justas de la cuarentena. La cuarentena fue una medida sanitaria que adoptó el gobierno valientemente porque el círculo rojo de la economía empresarial argentina con Paolo Rocca a la cabeza, la primer semana estaba más en la línea de Bolsonaro-Trump , fue muy difícil sostenerlo, fue uno de los gobiernos que se animó a hacer y tuvo, tiene, resultados que nadie niega desde el punto de vista epidemiológico, pero cualquier medida justa es insostenible sin el protagonismo popular y obviamente que tampoco era posible sostener el aislamiento sin la batería de políticas sociales que tomó el gobierno, el IFE, la tarjeta alimentaria, fue muy importante los ATP. El gobierno garantizó derechos con una política social importante, lo que significó una erogación fiscal significativa. Están en línea con un eje que arrancó antes de la pandemia: apostar al mercado interno, poner plata en los trabajadores, en la gente para activar el mercado interno. En pandemia el gobierno impulso esa política, que permitió garantizar derechos y que permitió sostener un poco la situación económica. 107 mil marplatenses y batanenses accedieron al Ingreso Familiar de Emergencia. En un contexto donde estaban los gobiernos anti cuarentena que planteaban privilegiar la economía, y la verdad que terminaron en cuarentenas duras como ahora le está pasando a muchas ciudades de Estados Unidos, con miles de infectados y con miles de muertos o lo que pasa en Brasil. Hay debates económicos y políticos sobre el rumbo del país, la deuda externa es el tema central. (…)

El protagonismo popular hay que impulsarlo sin miedo y animarse a ver todo lo que eso expresa, en contenido político y en contenido programático. Los movimientos populares el Primero de Mayo plantaron 100 puntos junto a organizaciones sindicales. Este programa, que no solo es económico, propone acumular las fuerzas políticas para cambiar el rumbo de la Argentina definitivamente. Terminar con un país teñido de exclusión, de pobreza, de precarización laboral. Un país donde predomina un modelo extractivista exportador que está destruyendo el medio ambiente. Para cambiar todo eso hay que acumular fuerzas sociales, y esas medidas económicas son necesarias para hacerlo acumular y así torcerle el brazo a esa derecha que está agazapada, que genera sentido común, que tiene mucho poder mediático. Contrarrestar esa fuerza significa apostar al protagonismo popular para resolver temas urgentes y en ese proceso abrir perspectivas económicas y políticas distintas. En esas perspectivas económicas, está en discusión el modelo, y el modelo se pone en discusión no solo con Vicentin sino también con reforma agraria, en el tema de la deuda, si bien es muy importante lo que está haciendo el gobierno en función de lo que venía haciendo el gobierno anterior, que era híper endeudar a la Argentina, arrodillarte ante los acreedores externos y ante el FMI, asumir una posición de fuerza en una situación muy difícil y con enemigos muy poderosos. Pero necesitamos avanzar en una comisión bicameral que pueda investigar la deuda. Pero para generar esa política hay que acumular fuerzas sociales que sostengan esas posiciones. Hay que distribuir el poder en Argentina y hay que animarse a hacerlo empoderando a los pueblos para que sean ellos mismos los gestores de las políticas nuevas, no solamente con lo que ya está escrito sino también con lo que se está escribiendo con inteligencia colectiva, siempre parados en rescatar que el rumbo actual es muy difícil, el gobierno asumió una responsabilidad muy difícil en diciembre, en un frente político muy heterogéneo. Es necesario tener claro la necesidad de sumar voluntades en una pulseada muy dura con sectores políticos muy reaccionaros, acordate que ya arrancado el año, los terratenientes de la provincia de Buenos Aires no querían que se les tocara un punto del impuesto inmobiliario de la tierra, medidas mínimas impositivas. Argentina es el quinto país con capitales offshore, la riqueza argentina está en los paraísos fiscales, hay que rediscutir el esquema impositivo, el IVA que lo pagamos los trabajadores. Es decir, tenemos que avanzar en temas muy profundos y para poder lograrlo hay que lograr que la gente tome en sus manos la política, las propuestas, tome en sus manos la búsqueda de respuestas. Es muy importante en ese sentido lo que ha hecho el Frente de Todos en Mar del Plata que ha apostado a esa construcción. El pedido del impuesto a las grandes fortunas no es algo descabellado. San Martín también tuvo que hacer un impuesto a las grandes riquezas en Cuyo para poder cruzar Los Andes y Martín de Güemes también tuvo que imponer un impuesto a los grandes terratenientes de esa época para poder armar el ejército que sostuviera la batalla en el norte argentino. Digamos que hoy tenemos que cruzar grandes montañas y para eso es necesario tocar las grandes riquezas.

 

AM: Hay que tener en cuenta que son medidas que no son descabelladas ya que se están tomando en otras partes del mundo, porque pareciera que uno las dice y parece un loco y en verdad son medidas que hoy en día están aplicando, los ingleses la van aplicar, los alemanes ya la tienen. Pero volviendo a los comités, qué sería necesario para potenciar los comités, es decir para que este trabajo que se viene realizando se amplíe y que sea una política pública.

 

MM: No lo digo formalmente, lo que decía al principio que las respuestas se van construyendo de forma comunitaria, creo que hay conciencia de la necesidad de sostener este trabajo en los actores que participan, eso es lo más importante porque no podemos depender de la institucionalización de los comités barriales para su continuidad, tampoco de los recursos, sino de la conciencia de la necesidad de los mismos, y esa conciencia es la que sostiene el trabajo cotidiano, el esfuerzo a pesar de que los recursos no son suficientes pero hay una conciencia de que si luchamos juntos podemos estar mejor. La importancia de salir del sectarismo a pesar de las diferencias de cada uno, muchas veces las fuerzas políticas nos vamos enfrascando en nuestras respuestas en nuestras propias ideas y la verdad es que en esa construcción de identidades políticas distintas es una gran posibilidad (…) trabajar sin sectarismos en la unidad popular y usarla para construir programas que den respuestas a los grandes problemas sociales, económicos, culturales y políticos de la ciudad. Eso son los CBE.

 

Fuente: www.ptpmdp.org